De los 85 municipios del estado de Guerrero, fueron Acapulco de Juárez y Coyuca de Benítez, los más afectados, entre los trece más golpeados por el huracán “Otis” este 25 de octubre; Atoyac de Álvarez, Benito Juárez, Técpande Galeana, San Marcos, Florencio Villarreal, Petatlán, Zihuatanejo de Azueta, Chilpancingo de los Bravos, General Heliodoro Castillo, San Miguel Totolapan, Ajuchitlán del Progreso. Y más de 34 restantes, haciendo un total de 47 municipios.
El estado cuenta con una población de 3 millones 540 mil 685, situándose como uno de los cuatro estados con mayor grado de marginación, Chiapas con 22.9 %, Guerrero 19.4 %, los otros dos son Oaxaca con 14.2 % y Veracruz con 12.8 %, en ese orden. Es decir, a nivel nacional ocupa el segundo lugar con más pobres, de su población el 66. 4% y segundo lugar, por el número de habitantes en condiciones de marginación.
La suma de la población de los municipios afectados es de 2 millones 569 mil 336; el 72.56 % del total de la población, lo que nos permite afirmar que el más afectado es el pueblo trabajador del estado de Guerrero.
De los 47 municipios, Acapulco tiene 779 mil 566 habitantes; Chilpancingo de los Bravos 233 mil 354; Zihuatanejo de Azueta 126 mil; Chilapa de Álvarez, 123 mil 122 y Coyuca de Benítez con 75 mil, donde se concentra la población que no tendrá trabajo y por mucho tiempo no tendrá ingresos.
Toda esta población quedó inerme ante la falta de información, de la peligrosidad del meteoro, por parte de las autoridades, las cuales estaban avisadas por el Centro Nacional de Huracanes (FIU), que se acercaba un peligroso huracán que podría convertirse en categoría cinco, por las condiciones de altas temperatura de las aguas del mar.
Para entender la peligrosidad del asunto, hay que saber que los huracanes son fuertes vientos, que giran en grandes círculos. Se inician como depresiones tropicales que van ganando fuerza por la humedad y el aire caliente, con lluvias; se convierten en huracanes al alcanzar el viento velocidades de 120 km por hora.
Los huracanes se dividen en categorías 1, 2, 3, 4, 5, tomando en cuenta la intensidad de los vientos. Un huracán categoría cinco, supera vientos de 252 km/h. La posible catástrofe estaba anunciada a las autoridades y no hicieron nada para informar a la población. Este fue el dato registrado esa noche: “...a las 00.40 horas se produjo una ráfaga de 329 km por hora. Así como vientos sostenidos de 182.28 km/h.”.
AMLO dice que la exigencia, la denuncia, es pura politiquería, porque “se le ataca” y quiere responsabilizársele hasta de los huracanes.
¿Por qué sucedió de esta manera?, ¿cuál es la explicación?, ¿negligencia, desatención, abulia? Es el resultado de la soberbia, de la altanería y de venir socavando y acabando lo que por años se venía construyendo y atendiendo la desgracia. Es el resultado de los ataques a la ciencia, y a quienes a través de años han trabajado en un esfuerzo por estar preparados para poder actuar, y enfrentar estos meteoros recurrentes.
La gente ha perdido todo: su trabajo, sus pertenencias, sus seres queridos, sus casas, sus siembras, sus animales, su patrimonio y ha quedado aún más inerme de lo que ya estaba. A merced de la rapiña, la desesperación, del hambre, la sed, de la desventura, y de la demagogia de quienes han medrado por años con su pobreza y tenían y tienen la tarea de poner los recursos que administran, humanos, tecnológicos y económicos al servicio de sus gobernados, es decir, del pueblo. Sin embargo, fallaron.
Pero el señor presidente Andrés Manuel López Obrador dice que los reclamos, la exigencia, la denuncia, es pura politiquería, porque “se le ataca” y quiere responsabilizársele hasta de los huracanes. Y se defiende diciendo que se va a atender el problema y que él tiene, su Gobierno, tiene dinero, porque ya no es como antes, y ahora se va a atender a todos, hay para ello, porque ya acabó con la corrupción.
Vienen días muy difíciles; aun más para el pueblo trabajador. Trabajadores, obreros, colonos, campesinos, maestros, estudiantes, amas de casa, unidos deben salir adelante. Exigir al gobierno atienda el problema y organizarse para ir tomando en sus manos estas tareas, las de estar pendientes de los meteoros y de todo lo necesario que hay que hacer, para estar preparados ante el problema.
Es tiempo que la juventud estudiosa, que los profesionistas comprometidos con su pueblo, que el pueblo consciente, que va aprendiendo, año con año ante cada meteoro, se organice y encabecen la tarea con el pueblo de Guerrero organizado, la exigencia de la reconstrucción y de todo lo necesario para poner de pie al estado: el Gobierno y los empresarios deben invertir en la reconstrucción, regresando al pueblo la riqueza, las ganancias que han recibido de explotarlos por años.
Con esta tarea de organizarse y exigir a los detentadores del poder y del dinero que atiendan la emergencia y se apliquen en la reconstrucción de los pueblos, colonias y fuentes de trabajo, cuenten con el antorchismo tamaulipeco que estará pendiente y atento al llamado de sus hermanos guerrerenses.
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