Únicamente frente a las narices del presidente Andrés Manuel López Obrador el neoliberalismo ya desapareció. Pero en México persiste la política neoliberal instaurada a partir de 1982, y es una mentira que con la llegada de la Cuarta Transformación nuestro país abandonara esta política económica.
Recordemos que en 2019, el presidente, por decreto, aseguró que ya había terminado con el neoliberalismo que tanto dañó a México. Pero la realidad es otra: los millones de mexicanos seguimos inmersos en una economía neoliberal.
Un día sí y otro también, AMLO mina las instituciones electorales y organismos autónomos que fueron creados en beneficio de los ciudadanos.
La economía neoliberal no se termina por decreto ni por la retórica que utiliza el presidente, ya que en varias ocasiones durante su conferencia mañanera gusta afirmar: “en los gobiernos neoliberales, en los gobiernos de antes”; es decir, asume que en México funciona otro sistema económico. Una total mentira. México es capitalista y, por lo tanto, neoliberal.
Quizá en su entendimiento, México dejó el neoliberalismo debido a la intervención del Ejército en diversas áreas, como la seguridad, la construcción de las grandes megaobras y caprichos presidenciales, la distribución de medicamentos y libros, etcétera.
Lo que sí hizo el presidente López Obrador fue destruir sistemáticamente estructuras e instituciones enfocadas en reducir la desigualdad. La salud es uno de ellos, los fideicomisos que ayudaban a los más pobres, como el Fonden; la educación, con la reducción en la inversión para infraestructura, a cambio de eso, becas y tarjetas. Y así una larga lista.
Por otro lado, un día sí y otro también, AMLO mina las instituciones electorales y organismos autónomos que fueron creados en beneficio de los ciudadanos.
Si bien es cierto que en varias instituciones y organismos existían actos de corrupción, nepotismo, aviadores y demás, la decisión de López Obrador fue cancelarlos, otros dejarlos sin recursos y, el más recurrente, atacarlos desde la conferencia mañanera, acusando sin comprobar. En lugar de una revisión a fondo del funcionamiento que permitiera una eficiente y pulcra operación.
Jorge Basave Kunhardt, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, respondió en consignó en la Gaceta Universitaria en 2022 a la pregunta sobre si el neoliberalismo ha llegado a su fin, casi 40 años después de su instauración en México:
“Se puede decir que no, pues sigue habiendo una gran cantidad de políticas de apertura de mercado y no hay una regulación de la tasa de interés efectiva ni del flujo de capitales, aunque ahora cada país va adecuando sus políticas neoliberales como mejor puede”.
Desde su punto de vista, el neoliberalismo trajo, en un principio, ciertos beneficios a los países cerrados, como un mayor flujo de capitales y la integración de innumerables empresas al comercio exterior y a las grandes cadenas productivas; sin embargo, al final de cuentas, muchas de esas naciones perdieron en esta apertura y padecieron una mayor pobreza.
“En México, el gasto público está en su mínima expresión, una de las recetas del neoliberalismo, por lo que éste sigue formando parte de nuestra economía. Además, no hay una reforma tributaria y hacendaria que pueda recoger los recursos que nos hacen falta para crecer y desarrollarnos, no se aplica una tasa impositiva creciente a los sectores de mayores ingresos, no se impulsa la banca de desarrollo, que le serviría al gobierno para dar créditos a los sectores empresariales que no cuentan con la posibilidad de conseguir dinero fuera, y se carece de un proyecto económico definido que atraiga inversiones. Así pues, no sólo con declarar que el neoliberalismo ha sido desterrado de nuestra nación se cambia esta forma de producir y dirigir la economía”.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario