“Almas que se revuelcan en el lodo,
¿por qué serán las almas
que siempre han de manchar las vestiduras
de aquel que lleva vestiduras blancas?”
Este certero poema del cual tomo unos versos es de Nicolás Guillén, poeta cubano con una gran sensibilidad que logra penetrar como él mismo lo dice, en las lobregueces de las almas malvadas. Con ellos quiero dar a conocer mi indignación e inconformidad ante el ataque artero y ofensivo que lanza el pseudo periodista Mario Alberto Mejía al líder de los antorchistas del país, el ingeniero Aquiles Córdova Morán.
La saña y malignidad conque está escrito el ataque, la visceralidad y arrogancia del comunicador, las ignominias de que hace gala son sorprendentes y no pienso repetirlos para no elevar a quien le gusta solazarse en el cieno.
Quiero, por el contrario, resaltar la grandeza del conductor de masas número uno en este país; quien ha consumido su vida trabajando en la educación y organización del pueblo pobre de México; quien ha enfrentado las más rudas tormentas que han ido desde el intento de asesinato hasta la infame persecución de medios y plumíferos cuyo único mérito es ganarse el pan a costa de ensuciar trayectorias ajenas; quien ha convencido a más de dos millones y medio de mexicanos de organizarse y trabajar coordinadamente para mejorar sus condiciones de vida.
Una vida entera de lucha y congruencia entre lo que dice y hace le ha valido a este gran hombre rodearse de los hombres más sensibles y nobles del país, que unidos a su causa trabajan incansablemente en pueblos y colonias llevando progreso y desarrollo a los mismos como nadie.
Esa experiencia y la visión de país que se ha propuesto conquistar contempla cuatro acciones concretas con las que podría darse un salto hacia adelante en el combate a la injusta distribución de la riqueza nacional, para disminuir la miseria y marginación social, a saber: la creación de empleos, la mejora sustancial del salario de los trabajadores, la aplicación de una política impositiva progresiva y la inversión en obra social, para darle solución a las demandas más sentidas de la población.
El ingeniero Aquiles Córdova ha entendido y explicado pacientemente la necesidad del desarrollo del capitalismo y su sustitución necesaria e histórica y ha proyectado una visión de futuro que ofrece soluciones a problemas que, a simple vista, parecen insolubles para los luchadores sociales en materia de elecciones, crisis económicas, la manipulación de la democracia, la crisis del socialismo, etc. En suma, se ha atrevido a exponer un proyecto sustentado científicamente.
Y a este poderoso cerebro, a este gran pensador, se le ofende y se le cuestiona basados únicamente en el visceralismo y protección gubernamental. Pero ante este tipo de ataques arteros, yo levanto la voz para impedir que se agreda y se vicie la verdad.
Alguien tiene que poner un alto a los que, aprovechando el poder de la pluma, se dedican a confundir al pueblo que los lee y -por desgracia- cree en ellos. Y ese alguien es un yo colectivo multitudinario: los antorchistas del país, quienes gracias a la dirección y trabajo incansable del ingeniero Aquiles, vemos con claridad y distinguimos a los que de mala fe trabajan en contra del pueblo mas necesitado de este país, para dejarle claro que no sólo estamos para defenderle por escrito sino en cualquier otro foro que sea necesario. Suscribo y subrayo. Y como dijo el célebre caudillo Emiliano Zapata: “el que no tenga miedo, que pase a firmar”. Sea.
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