* Laura Patricia Silva Celis, directora teatral de la obra Muertos sin sepultura, de Jean Paul Sartre, comparte en entrevista su visión sobre el poder transformador de las actividades artísticas
“Cuando nos acercamos al arte, este nos transforma, nos renueva, nos disciplina, nos estructura de tal forma que se tiene un sentir, un por qué hacer algo; te hace ser propositivo, agente de cambio, de lucha, de transformación y desde luego te hace más humano, porque el arte es algo que sólo los seres humanos podemos hacer y es que cuando tú haces arte te humanizas y humanizas a las personas, te vuelves mejor ser humano. Yo te aseguro que nadie que haya entrado a ver una obra de teatro, ya sea como espectador, como director, actor o como escritor, ya no vuelves a ser la misma persona”. Así lo señaló la maestra de teatro Laura Patricia Silva Celis.
Silva dirigió la obra Muertos sin sepultura, de Jean Paul Sartre, la cual se presentó en el marco del XXIII Encuentro Nacional de Teatro, organizado por el Movimiento Antorchista Nacional, en el Teatro de La Paz.
La experta en arte teatral nos compartió las siguientes reflexiones:
“Vale la pena en primer lugar reconocer que ya hay muchas obras de teatro escritas por grandes dramaturgos, que ya hay mucha poesía escrita por grandes poetas, que hay un arte al que hay que regresar, rescatar y producir, porque si aprendemos del legado que nos han dejado los grandes artistas a lo largo de la historia, vamos a tener la posibilidad de crear. Los grandes pintores empezaron admirando a otros grandes pintores, por lo que veo que, igual, en toda disciplina artística como la pintura, la escultura, el arte literario, la danza, la poesía, cuando tu te empapas de eso, sabes elegir el buen arte y vas a poder producir o crear buen arte.
Mi propuesta es primero, que no le tengamos miedo al buen arte, que tratemos de entender lo que nos dicen los clásicos y lo que nos dicen los grandes artistas que ha dado esta humanidad y que nos atrevamos a crear en base a ellos, y que podamos crear nosotros cosas nuevas ¿Por qué no?
Los jóvenes universitarios con los que trabajé así lo sintieron, se identificaron con el personaje y dieron lo mejor de sí mismos en el escenario, pusieron todo su talento, profesionalismo y todos sus dotes histriónicos para hacer de una forma excelente su papel, de tal forma que hicieron suyo el libreto.
Ellos se transformaron, aprendieron cosas nuevas, y hasta yo aprendí como directora de la obra, porque me puse a investigar a fondo toda la historia de la obra de Jean Paul Sartre.
Yo creo que el arte transforma, te canaliza, te ayuda a ser mejor ser humano, sobre todo en un mundo donde la pérdida de valores está a flor de piel, y es muy evidente ver violencia, desigualdad, injusticias, narcotráfico, crimen organizado, inseguridad, son justamente estados muy primitivos en los que se conducen las personas por sus puros instintos y no por la razón, tienen actitudes muy deshumanizantes.
En cambio, cuando empiezas a darte cuenta de que hay una propuesta en la que tú te puedes sentir mejor ser humano, vas a ver que el arte te transforma.
Te pongo un ejemplo: Hace mucho tiempo que yo conocí a un joven que había vivido cosas muy fuertes, y grafiteaba la escuela, pero hablé con él y le dije que mejor estudiara pintura: que había talleres gratuitos que ofrecía el Movimiento Antorchista en la Casa del Estudiante ‘José Martí’, y después pintó profesionalmente, e incluso participó con su obra en concursos nacionales que el movimiento realiza y me dio las gracias, porque le hablé de forma prudente, con respeto, para que cambiara de actitud y se acercara al arte y estudiara pintura, y es que a veces lo que falta es hablarles a nuestros jóvenes con prudencia, con amor y respetando su dignidad, sin gritarles, ni herirlos, ni faltar a su dignidad, hay que hablarles por la buena y se convirtió en un gran pintor de paisajes naturales, porque le hablé de una manera diferente a la que hacen los demás.
No pueden grafitear para dañar nuestros hermosos monumentos históricos y arquitectónicos, porque el arte no es para destruir o hacer el mal, es para construir y hacer el bien, sólo es cuestión de canalizar a nuestros jóvenes, el arte es propositivo, hace una propuesta bien canalizada para ser agentes de transformación.
La obra de Juan Paul Sartre ‘Muertos sin sepultura’, la escribe cuando él estaba en un conflicto existencialista, porque se daba cuenta de las injusticias que se vivía con la invasión nazi, de la opresión de la primera y la segunda guerra mundial.
Habla del genocidio, del odio, como el de quemar los libros y quemar gente, y tenía el problema que no tenía una ideología a la cual acogerse, aunque al final se hizo marxista. Pero él entendió que debía tener una línea filosófica y política, para poder entender del problema y saber lo que tenía que hacer para cambiar lo que estaba pasando.
Yo creo que Sartre recoge un momento histórico que sí ocurrió, y que le ocurrió a muchos otros, porque Jean existió, fue una persona que aprehendieron los militares, lo torturaron y lo mataron.
Aquí la propuesta es ver cómo una causa, como la libertad, la justicia, la paz y cómo se convierte en un gran problema cuando la humanidad está sometida a una situación de opresión, donde se pretende que prevalezcan los intereses de grupos que son minoritarios en su cantidad, pero con mucho poder, y que son capaces de matar y acabar con la humanidad nada más porque así les conviene.
Es algo como lo que pasa actualmente en Gaza y que puede escalar a problemas más graves; a mí me duele mucho que estén haciendo ese genocidio en Gaza, lo que está sucediendo actualmente en la parte de Rusia, que está en conflicto con Ucrania, que creo que está siendo apoyada precisamente por un grupo de opresores que quieren someter al mundo.
A Ucrania, Biden le da misiles para que ataque a Moscú, y hace lo que le dice Biden; Rusia responde a ese ataque y se culpa a Rusia realmente, pero eso es un absurdo, porque cuando la justicia como causa no les conviene a los grupos opresores, entonces lo más común desgraciadamente, es tomar a las personas que encabezan o que creen en esas causas para someterlas a tortura y martirios inhumanos y pretender que así se acaba una causa.
La propuesta de Sartre nos dice que nos podrán matar a todos, pero mientras haya libertad, esa causa no ha terminado y es algo que le vamos a heredar a la humanidad.
A lo mejor no nos vamos a enterar de lo que les pasó a ciertas personas en concreto, pero si nos vamos a enterar de lo que la historia escribió. Todos nos vamos a enterar de lo que ocurrió, eso es lo que dice Sartre en ese final de la obra, tendremos la posibilidad de cambiarlo.
Viene a ser un thriller psicológico porque nos mantiene al filo del asiento cuando vemos que están torturando a alguien, porque te duele, y desgraciadamente esto no queda en sólo una puesta en escena sino en una realidad palpable. Hay que aprender de la historia, esa es la enseñanza que también nos deja la obra Muertos sin sepultura”.
La maestra dijo además que nunca ha escrito teatro; sólo lo ha dirigido. Sin embargo, le fascina estudiarlo y ha dirigido también desde hace décadas obras de Molière, Elena Garro, William Shakespeare, y reconocidos autores clásicos.
El arte no es para destruir o hacer el mal: es para construir y hacer el bien; sólo es cuestión de canalizar a nuestros jóvenes, pues una propuesta artística bien canalizada crea agentes de transformación.
Por último dijo, que el artista tiene una gran responsabilidad revolucionaria, porque con su propuesta es capaz de cambiar de raíz conductas equívocas, y de mover las conciencias de las personas a las que se dirige el arte que proponga:
“…y es bien importante porque cuando tú logras eso, cambias a las personas para bien, logras humanizar, concientizar, crear agentes de cambio y transformar conciencias de raíz, eso me consta a lo largo de tantos años que tengo de maestra de artes escénicas y de directora y creadora teatral, lo que quiere decir que lo haces cobra sentido y tiene una causa por la cual seguir luchando.
La importancia es que las cosas cobren sentido, que las cosas se entienden mejor y sobre lo que se entiende mejor se pueden crear mejores cosas, en término de cómo el artista se revoluciona, es el que su obra sea capaz de transformar conciencias, capaz de impactar y de cambiar y que ese cambio desde luego sea positivo hacia el progreso, desarrollo y bienestar de la sociedad”.
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