¿Qué es el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la Cuarta Transformación? Partimos del hecho de que López Obrador es el primer presidente de México que se autodenomina de izquierda, por lo menos en su discurso, porque en los hechos es otra la realidad.
La visión del gobierno de López Obrador para el desarrollo del país está encuadrada en lo que él llama Cuarta Transformación, pues a través de este esquema, que no es más que electorero, justifica el momento histórico de su administración como un evento clave de la historia de México, similar a lo que fueron los movimientos armados de la lucha por la independencia (1810), las Leyes de Reforma (1858-1861) y la misma revolución de 1910 que concluyó con la promulgación de la constitución vigente hasta nuestros días.
De esta forma, el inquilino de palacio nacional pretende significar que su gobierno va a tener una relevancia de cambio y transformación al igual que estos eventos históricos, lo que a mi parecer es de mucha pretensión y arrogancia, porque hay que ser conscientes de que estos procesos históricos de cambio coyuntural de ninguna forma son producto de las acciones de una sola persona o de hechos aislados entre sí, sino que obedecen a procesos sociales, políticos y económicos bastante complejos.
Entre las principales características de este gobierno fallido, aunque existen diferentes posturas y enfoques para calificar la administración de López Obrador, diversos líderes de opinión de nivel nacional e internacional coinciden en que él tiene características de autócrata con un modus operandi populista y que su principal herramienta es la polarización y la desacreditación.
Esto se refleja en las constantes declaraciones vertidas en sus mañaneras trasnochadas con ataques a periodistas, a organizaciones sociales, intelectuales, científicas, médicas, maestras, contra todo aquel que no se subordine a dictados, resaltando su carácter autoritario que no tolera a los que tienen y defienden ideas diferentes, entre otros aspectos, con esas actitudes el mesías representa un peligro para las incipientes democracias latinoamericanas.
Entre los desaciertos más evidentes del gobierno de la Cuarta Transformación se observa principalmente la falta de seguridad, como un flagelo estructural que la gestión de López Obrador no ha logrado controlar, y que en las últimas fechas ha causado un descontrol en todas las latitudes del país.
Además de las polémicas y bastante cuestionadas obras y reformas legales, que con su afán por concluir sus tres grandes obras emblemáticas (el aeropuerto internacional en la base aérea militar de Santa Lucía, la refinería en Dos Bocas, Tabasco, y el Tren Maya), adicionalmente, la 4T ha instruido a los legisladores de su partido para sacar a cualquier costo reformas constitucionales: la eléctrica, la electoral y la de la Guardia Nacional, para que ese cuerpo pase a formar parte del Ejército. Todas estas reformas han sido criticadas y cuestionadas por diferentes sectores de la opinión pública.
Otro desacierto de López Obrador es que, aunque él ha insistido reiteradamente en que no influirá para determinar quién será el candidato oficial para buscar relevarlo en la Presidencia de la República, aludiendo la figura del tapado referido anteriormente en la práctica política de la sucesión presidencial. Pero también son muchas las voces que afirman que, a juzgar por el trato que le da y la manera como se refiere a ella, sería Claudia Sheinbaum, la actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la virtual candidata, por encima del canciller Marcelo Ebrard o el dirigente parlamentario en el Senado, Ricardo Monreal.
Podemos concluir que a pesar de la expectativa y promesas de un cambio histórico que pretendía representar López Obrador como figura caudillista cargada de protagonismo, la supuesta transformación quedó corta.
Su administración está pasando por un proceso de desmitificación en la que sus resultados son malos, incrementó de la pobreza, desempleo y el feroz aumento de la inseguridad, superando la capacidad del estado para proteger a la ciudadanía y el inusitado aumento de precios en la canasta básica que provoca que la población más vulnerable y marginada no les alcance para comer dignamente.
Por todo lo anterior, consideramos que la 4T es un proyecto pretencioso y fallido que no ha sido capaz de atender las necesidades más apremiantes del pueblo a quienes solamente ha destinado apoyos asistencialistas con fines electorales que no les garantizan una vida digna con servicios públicos de calidad y una remuneración justa del trabajo.
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