A poco tiempo de terminar uno de los sexenios que prometían un cambio benéfico en nuestro país, nos sorprende cada día como se ha deteriorado el país, ya que, quienes están en el poder piensan que, extinguiendo todo lo que se instauró en el pasado es malo y que ellos tienen el remedio infalible, en un mundo creado sólo en la cabeza de los políticos.
Empleo, seguridad, economía, deporte, cultura, salud, en todos vemos que hemos ido en retroceso y un caso que llama la atención, en estos momentos, es la educación; y es que mucho de lo que las personas hacen tiene que ver con la educación desde sus diferentes enfoques y para el caso de la que se recibe en los centros educativos también ha ido para atrás.
Como ejemplo tenemos que los contenidos de los planes y programas, los contenidos de los libros de texto no han sido tratados correctamente, ahora podemos ver que en los libros de historia se señalan personajes históricos buenos y malos como si el alumno no tuviera criterio para discernir quién defendió a la patria y quien no y el colmo llega cuando quieren imponer una historia oficial señalando todos los defectos de los anteriores presidentes, que si bien no fueron una blancas palomitas, tampoco lo es el actual presidente y el cual tratan de señalar como el redentor o mesías del pueblo; debería entender el Poder Ejecutivo que de esa manera no se pasa a la historia y ya no decimos de la reducción del número de páginas de los libros de texto de matemáticas.
Otra modificación a la política educativa sustitución de los grados por fases, el cambio de los grados escolares como los conocemos actualmente, que abarcan los tres de preescolar, seis de primaria y tres de secundaria, será sustituido por seis fases que los agrupen a todos, que a consideración de la Secretaría de Educación Pública (SEP) busca encontrarle sentido a lo que se explica de los temas y que los alumnos comprendan, apliquen y expliquen los contenidos que están aprendiendo, sin embargo, no hay claridad por parte de la secretaría en su plan, además de que el gobierno no ha querido dar información sobre las afectaciones educativas que padecen los estudiantes en México.
En la parte económica, hemos visto marchas de maestros por sus salarios caídos; en el mejoramiento de la infraestructura de las escuelas, tampoco se ha visto avances, más bien vemos robos en épocas vacacionales porque ni veladores existen, o desgajamientos de techos o bardas que son un peligro para el alumnado, hay escuelas con mobiliario demasiado viejo, y en cuanto a material didáctico está peor, si una escuela tiene edificios en mal estado menos pensar en otro tipo de material que sea entregado para mejorar la enseñanza.
A todo esto, se suma la deserción escolar que es uno de los problemas que más afectan la educación en México; a raíz de la pandemia miles de niñas, niños y adolescentes se retiraron de las clases por diferentes razones, entre ellas se destacan: inserción en actividades laborales y domésticas, cierre definitivo de las escuelas y la falta de herramientas tecnológicas para comunicarse con sus docentes, en esto cabe la pregunta ¿dónde está el mejoramiento en cuanto infraestructura? Según el informe de World Vision México, el 15.34% de las y los menores encuestados confirman que una de las razones para abandonar la educación fue el no acceso a servicios de internet, medios de comunicación y equipos de cómputo, además el informe “Peso a peso, la inversión de México en la niñez y adolescencia” en México no existe presupuesto específico para la atención a la salud mental de niñas, niños y adolescentes.
La 4T, lejos de mejorar la calidad educativa, la ha desprestigiado, le importa más quién continúa en el poder. Empezarán en menos de dos meses las clases y es importante que las autoridades se den cuenta de que la educación es el fundamento básico para la construcción de cualquier sociedad, por tanto, se tiene que invertir para construir una sociedad mexicana, saludable y próspera.
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