Construir el arma política que permita al pueblo trabajador avanzar en su tarea de conducir las acciones necesarias para arribar a una vida mejor, donde pueda alimentar y educar a sus hijos, proporcionarles vivienda, disfrutar de un ingreso producto de su trabajo, de esparcimiento y cultura, requiere grandes esfuerzos del propio pueblo.
El primero de ellos es concebirse como constructor de dicha arma política, es decir, de la necesidad de trabajar día y noche para consolidar la unión de obreros, colonos, campesinos, comerciantes, estudiantes, el pueblo trabajador, en suma, que no cuenta con las grandes riquezas, pero que es dueño de sus manos para trabajar.
Esto es lo que los une, crear con sus manos, todo lo posible por crear. Lo cual genera en todos ellos determinados intereses, mismos que les pueden permitir unirse como un solo hombre, como los verdaderos creadores de la riqueza, para que una vez generada les dé la oportunidad de continuar impulsando su desarrollo a una mejor calidad de vida.
El segundo esfuerzo, tiene que ver con la contradicción que, si bien son ellos los creadores de la riqueza, no son quienes ven resueltos sus problemas con esto que han creado –aunque el mundo se esté resquebrajando por tanta riqueza creada, pero acumulada en unas cuantas manos– pues no depende de ellos su distribución.
Poner en claro esto les permitirá comprender que hay cada vez mejores condiciones sociales, económicas y políticas, que les pueden llevar a que la distribución de esta riqueza dependa de ellos y por tanto, no escatimar esfuerzo para hacer lo necesario en la tarea de crear, de construir su unidad férrea en torno a un programa, para un proyecto que delinee los pasos a seguir para cambiar su situación de postración y explotación.
Si lo hemos entendido y comprendido, el siguiente paso, es decir, el tercer esfuerzo, nos permitirá incorporarnos sin problemas a cumplir con el compromiso de materializar en los hechos todo lo anterior: concebir que es el pueblo trabajador quien tiene la solución, pues debe crear y construir el arma política llamada: Movimiento Antorchista Nacional (MAN).
Que siendo el creador de la riqueza entiende que, con su unidad de propósito, con su esfuerzo y trabajo debe contribuir en resolver la necesidad económica que implica crear y desarrollar a la organización antorchista. Que el antorchismo cuenta con un proyecto claro y científico del país que queremos y podemos construir, para lo cual no solo debemos organizarnos y unirnos para resolver nuestros intereses, sino los intereses comunes de todos, los intereses de la patria.
Todo el antorchismo como un solo hombre debe sumarse al llamado de la Comisión Financiera que realiza durante el año y al fin de este, actividades económicas que permiten enfrentar esta tarea trascendente y definitiva, pues sin ella ninguna verdadera organización del pueblo trabajador puede salir adelante.
El problema de la pandemia de salud que afecta al mundo y a nuestro país, recrudecida con la pandemia política que padecemos los mexicanos con el actual gobierno de: ¡Por el bien de los ricos, engañemos a los pobres! dificulta la actividad.
Por ello mismo, la comisión encabeza la actividad económica de fin de año que consiste en la rifa de una Motocicleta marca Dinamo, Renegada, modelo 250, cuyo costo del boleto es módico, lo que permite que se pueda participar, haciendo un esfuerzo. El número ganador será el que corresponda a las últimas 5 cifras del premio mayor de la Lotería Nacional del 24 de diciembre.
Todos, como un solo hombre, con entusiasmo y alegría, contribuimos como cada año con esta importante tarea, misma que nos ha facilitado sortear los problemas y sobre todo en estos últimos años, ayudando a salir adelante de las dos pandemias: la de salud y la política que pretende nuestra desaparición.
Los antorchistas tamaulipecos debemos tener claro que Antorcha existe por la existencia del pueblo trabajador, que a pesar de que este es el productor de la riqueza vive en la pobreza y debe avanzar en la construcción de su arma política: el Movimiento Antorchista Nacional, para que esta riqueza bien distribuida acabe con la pobreza y le permita acceder a una vida mejor, una vida digna acorde a sus avances como especie humana.
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