Cada año, se realizaba la Feria de Tecomatlán; el miércoles de ceniza se hacían las actividades religiosas, y en el lecho del río, que debido a los escasos meses de lluvia de julio a octubre, era abundante, bajaba un afluente fuerte, que arrastraba tierra y dejaba lugares amplios –como pequeñas islas– que con el sol de los otros ocho meses, la tierra se resecaba y se compactaba.
Por eso, junto a la primaria "Miguel Hidalgo" dónde se formaba un amplio espacio de tierra compactada, se construía con madera el toril (corral) donde se realizaba el jaripeo, una de las principales atracciones, pues durante varios días de la feria, congregaba a niños, jóvenes, adultos, a las familias enteras.
Y río abajo, en el cruce de la calle que va a la presidencia municipal, se formaba otro amplio espacio de tierra compactada, conocido como "La barranca", en él se establecían varios juegos mecánicos que van de feria en feria y que hacían también, la delicia de niños, jóvenes y parejas de enamorados que por una determinada cantidad podían subirse a marearse con tantas vueltas.
Desde luego, era una fecha esperada, pues como en muchos pueblos de nuestra patria, son los días de cierto asueto para el campesinado, el empleado, el obrero o jornalero, las amas de casa y no se diga para niños y jóvenes. Era el gran evento esperado por todos, sobre todo, por quienes ejercían el oficio de comerciantes o producían artículos para la venta; el panadero, el carnicero, el dulcero, pequeñas tiendas de abarrotes, el que vendía golosinas; tanto del poblado como de los municipios vecinos que se establecían varios días ofreciendo sus productos.
Quienes pasamos nuestra infancia en estos hermosos pueblos, podemos recordar un sinnúmero de eventos y sucesos que nos transportan a aquellos tiempos y nos invitan a la reflexión. Cuánta gente se reunía y participaba, cuántos toros y de dónde venían al jaripeo, cuántos montadores, cuántos invitados, cuántos juegos mecánicos, cuántos comerciantes; esto era un referente, un índice del desarrollo económico, social y político de los pueblos, de su estado de salud y de bonanza, de cohesión, de unidad, de hermandad.
Pues bien, quiero e invito a reflexionar al posible lector, sobre cómo es que en este municipio, que era uno de los más atrasados –sino el primero con más atraso– de los 217 municipios poblanos, se ha transformado en 48 años en el faro que irradia luz, sobre el ¿qué hacer?, de los pueblos del estado de Puebla y de todo México, para cambiar su situación.
Alguien puede decir que por qué hablar y escribir sobre esto y no sobre los problemas que nos atañen y que vivimos como tamaulipecos o como mexicanos. Precisamente por eso, porque aquí está la solución a esos problemas.
Llamo su atención sobre ¿qué fue o cuál fue una de las noticias principales que ocupó los noticieros del 17 de febrero? "... Se cancela La Jerezada, el desfile, el evento para elegir reina de la feria, el baile. Todo lo que hacía de la feria del municipio de Jerez del Estado de Zacatecas, una feria digna de visitar".
Aquella feria de Tecomatlán, que hacía las delicias de los tecomatecos, se ha convertido, en "La feria de la unidad de los pueblos", se realiza durante toda una semana, inicia con un gran desfile que concentra a cientos de familias y jóvenes de las instituciones educativas no solo de la cabecera municipal de Tecomatlán, sino de todos los municipios de toda la región, con sus bandas de guerra, sus grupos culturales, grupos de animación, por igual a grupos de danza, bastoneras, un gran desfile multicolor que derroche alegría, entusiasmo, vitalidad, energía, producto del sentido de pertenencia, de trascendencia, de necesidad y de un espíritu de progreso, de futuro.
El desfile sale del arco de la entrada a cuyos lados se encuentran las principales instalaciones educativas, el Instituto Tecnológico Agropecuario, el Centro de Bachillerato N°110, la Normal Superior “Mixteca Baja” y recorre las principales calles del poblado, hace una parada frente a la Sociedad Cooperativa Agropecuaria "Antorcha Campesina" (SCAAC) y llega a la monumental plaza de toros "La Antorcha", inmueble con capacidad para albergar a diez mil personas. Ante un lleno impresionante y pasando por el centro de la plaza, da energía y vitalidad a los asistentes.
Llegan a la feria diariamente entre ocho mil y 10 mil ciudadanos, haciendo un total de más de 150 mil visitantes a la feria. En este sitio, en esta plaza se realiza a diario un programa cultural con el folclor más representativo del país, ejecutado por los grupos antorchistas de danza y baile de los distintos estados del país; jaripeo con las mejores ganaderías del país, la presentación de las principales bandas y conjuntos musicales, así como de artistas de mayor popularidad en el país, día tras día, mismos que amenizan después del jaripeo, el baile popular cada noche.
¿Qué cuál es el costo de la entrada? Es sin costo ¿cómo? ¡Sin costo!, ¡sí, es gratis! Hay un sin número de actividades durante cada día en distintos escenarios, en el auditorio Clara Córdova Morán, en la explanada de la presidencia municipal, en los campos y canchas deportivas. Presentación de grupos culturales de baile y danza, de música popular y de concierto, representación de obras de teatro ¡todo esto sin costo alguno!, ¡todo esto de gran calidad!, ¡todo esto con alegría del que da y el que recibe! ¿Qué? amor, felicidad, por la vida, por vivir la vida, por ser mexicanos. Viva México. Un México nuevo, de alegría, entusiasmo y progreso. ¡El México de la unidad del pueblo organizado! y ¿cómo ha sido esto posible?
¡El pueblo, el pueblo organizado en Antorcha Campesina, en unidad con sus gobernantes, emanados del trabajo, de la lucha y de esa unidad! ¡Ven visítanos! ¡Vívelo, disfrútalo! ¡Viva la feria de la unidad!¡Viva Tecomatlán!¡Viva Aquiles Córdova Morán!
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