México es un país con una riqueza natural espectacular, ha soportado 500 años de extracción minera de oro y plata, de petróleo, cobre y ahora de litio; además de 11 122 km de litoral marítimo, que bañan dos océanos (el Pacífico y el Atlántico); En sus 1,964,375 km2 de extensión territorial alberga bosques, cadenas montañosas, zonas desérticas, selvas, humedales, pantanos, lagunas, manglares, mares y playas. Pero no tiene sentido hablar de riqueza sino hablamos de seres humanos. México cuenta con una mano de obra preparada y eficaz, necesaria para la operación industrial de grandes maquiladoras, incansable para producir y cosechar en las peores condiciones de inclemencia del clima y lo peor pero más importante: barata; pero, a pesar de ello, es impresionante la riqueza material producida en México, nuestra economía está basada en el libre mercado, orientado a las exportaciones. Somos la 1.ª economía más grande de Hispanoamérica, la 4.ª de América Latina y la 3.ª economía de mayor tamaño de toda América, solo después de la de los Estados Unidos y la de Brasil, Según datos de 2014, el producto interior bruto supera el billón de dólares, convirtiendo a la economía mexicana en la 13.ª más grande del mundo.
Somos muy ricos, pero nos toco ser pobres. Nuestro presidente sonríe, canta “gracias a la vida que nos ha dado tanto…”, promueve la felicidad y presume un México libre de corrupción y con mejor nivel de bienestar; lo cierto es que el ingreso nacional está muy mal distribuido. Las inversiones vendrán dado que en nuestro país es más barata la mano de obra, lo que trae como consecuencia que los capitales se interesen en producir ya que obtienen márgenes de ganancia superiores a cualquier otro país por pagar salarios más bajos. Tómese cualquier sector de las industrias de fabricación de maquinaria, automotriz, aeroespacial, eléctrica y electrónica, el costo de las de importaciones de maquinaria serian igual en cualquier país, pero si la mano de obra es ´más barata, será preferido invertir en México; agregando que al contar como socio comercial a los Estados Unidos y un peso devaluado, las exportaciones serán mayores y provocaran ganancias extraordinarias. Es decir, la riqueza producida es grande, pero beneficiara solamente a los dueños del capital, porque gracias a los salarios bajos los trabajadores seguirán siendo pobres. Esta es la clave de la política económica de nuestro gobierno en los tiempos de la llamada “cuatrote”: salarios bajos; por eso el presidente está feliz cantando gracias a la vida.
Finalmente, México es un país muy rico, solo que el gobierno difunde una ideología de sumisión. Ayuda a los ricos, castigando los salarios reales, creando ilusiones, con incrementos nominales al salario, que la inflación y la devaluación se comen, incluso bajándolos en términos reales a niveles de mayor miseria. La clase trabajadora tiene que reflexionar, que los legisladores de morena y ese gobierno están creando las condiciones para que a México fluyan las inversiones a costa de empobrecer a los mexicanos con los salarios más bajos del mundo. La firma del T-MEC es la confirmación de la política entreguista, del futuro injusto para millones de mexicanos que trabajan y producen la riqueza y el resultado, será otra vez, un PIB como el de los mejores del mundo, pero mayor miseria para los trabajadores tanto del campo como de la ciudad. La única forma de combatir la miseria es creando conciencia para modificar la sumisión de los trabajadores pobres a los causantes de su desgracia, dejar de seguir a un presidente que a su vez se ha sometido a los intereses del capital de extraer riqueza produciendo pobreza en el país. Lo opuesto a trabajadores sumisos es la existencia de trabajadores consientes, organizados y por tanto revolucionarios.
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