El Morelos que se esperaba con la frase “por el bien de todos primero los pobres ” ha cumplido cuatro años. Desde el 1 de octubre de 2018, en su primer día, el gobierno electo aseguró que darían resultados en poco tiempo; sin embargo, la realidad va de mal en peor. ¿Qué sucedió? Que las buenas intenciones se las llevó el viento, los problemas siguen sin resolverse.
En lo que va del año no hubo obra pública y la que se hizo fue simbólica; líderes de diferentes sindicatos y constructoras se han manifestado en los medios de comunicación por la falta de contratos para obra pública y con esto. El alza en la tasa de desempleo en el estado continúa, y se complica ahora con la propuesta de retirar a los comerciantes ambulantes del primer cuadro sin darles alguna alternativa de solución a la problemática que vive la sociedad con los empleos informales.
En otro sector, la Secretaría de Salud sufre un desabasto de medicamentos en 40 % de los centros de salud que administra la dependencia, lo que nos dice que 107 de esas instalaciones no tienen medicamentos, equipamiento, ni muchos menos doctores de tiempo completo. En fin, rubros importantes que aún nos dejan un muy mal sabor de boca.
Los políticos pertenecen a una sola clase en el poder, que es la que controla los medios de producción y busca que el estatus legal y económico siga siendo el mismo: que sean ellos quienes decidan a los gobiernos.
Ante esta bola de nieve, debemos ver que los políticos pertenecen a una sola clase en el poder, que es la que controla los medios de producción y busca que el estatus legal y económico siga siendo el mismo: que sean ellos los que decidan a los gobiernos para no afectar sus intereses.
Por eso el Movimiento Antorchista, desde su nacimiento, ha buscado por todos los medios a su alcance hacerle ver esta situación a la gente y ha llegado a la conclusión de que hace falta en México un partido político de nueva clase que garantice gobernar con él y para el pueblo trabajador y todos los sectores sociales.
Han pasado 49 años de lucha incansable y valerosa: somos una fuerza de millones de mexicanos que no sólo exigen vivienda y agua, sino que además, exigen que se gobierne de forma distinta; que se ejerza el recurso. En otras palabras, exigen el poder político de la nación para cambiar la suerte de los olvidados: eso somos los antorchistas.
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