Creo que todos los antorchistas y todos los priistas de Chimalhuacán sabemos cuáles fueron los resultados de las elecciones del 2 de junio, tanto a nivel municipal como nacional: Morena salió ganadora, se llevó “carro completo”, como se decía en los tiempos del viejo PRI; es decir, ganó la mayoría de los cargos de elección popular: gobernadores, senadores, diputados federales y locales, presidencias municipales y desde luego la Presidencia de la república.
Con esos resultados, como no puede ser de otro modo, los morenistas están locos de contento: en Chimalhuacán han hecho pintas y puesto espectaculares donde dicen “gracias a tu confianza ganamos”, pero, veamos las cosas con un poco más de cuidado, ¿cuáles son las razones del triunfo del morenismo y sus paleros?
Los morenistas también acusaban al PRI de hacer programas para tener clientela electoral, pero ahora aquellos no sólo son más clientelares que el PRI, sino que condicionan de manera inescrupulosa e ilegal los programas sociales.
Primera: la compra de votos mediante los programas sociales, que según declaraciones del propio gobierno federal llegaron a 28 millones de personas y, si Claudia Sheinbaum obtuvo 35 millones de votos, eso quiere decir que obtuvo 7 millones de votos que no dependen de los programas sociales, eso no es mucho mérito.
Además, esos votos fueron obtenidos mediante la coerción: la gente votó a la fuerza porque fue amenazada de que si no iba a votar por Morena le quitarían el apoyo y, como la gente está muy pobre, por su pobreza fue a dar su voto a cambio del apoyo económico de algún programa social. Creo que todos vimos a personas de la tercera edad ir a votar con bastón, en andaderas y hasta en silla de ruedas.
Debemos recordar que en el breve tiempo que Morena fue oposición decía: “Hay que tener dignidad, no vendas tu voto”, pero ahora Morena es el principal partido comprador de votos.
Los morenistas también acusaban al PRI de hacer programas para tener clientela electoral, pero ahora aquellos no sólo son más clientelares que el PRI, sino que condicionan de manera inescrupulosa e ilegal los programas sociales; actúan de manera facciosa y hasta gansteril en el manejo de los programas sociales.
A nuestros activistas que hicieron campaña a favor del doctor Carlos Rivera, la gente les decía:
“Estoy de acuerdo con todo lo que me dices, sé bien que Xóchitl Flores no ha hecho nada, pero si no voto por Morena me quitan mi programa social, no tengo trabajo, mis hijos no me apoyan.”
Entonces, ¿dónde está la confianza que dicen los morenistas que les brindó la ciudadanía? El pueblo no les tiene ninguna confianza y menos cariño, el voto del 2 de junio fue un voto comprado, un voto cautivo, un voto corporativo.
Segunda: los candidatos morenistas empezaron a hacer campaña un año antes del proceso electoral, en contra de lo que establece la ley electoral, se promovieron por todos los medios gastando millones, muchos millones de pesos del presupuesto público, porque no fue de su salario; ¿en dónde quedó la austeridad republicana?
Tercera: el corporativismo que tanto le criticaron al PRI, regresó en todo su esplendor: Morena usó de manera ilegal e indiscriminada a toda la burocracia del Gobierno federal, de los estados morenistas y de los municipios, a quienes amenazó para que toda su familia votara por Morena si querían conservar su trabajo.
Los empleados de todas las dependencias, los sindicatos, etcétera, fueron obligados a votar por el partido en el poder; mejor que en los tiempos del PRI no pudo haber ocurrido.
Cuarta: Morena y su coalición en realidad no tuvieron una verdadera oposición: Xóchitl Gálvez ni siquiera visitó Chimalhuacán y figuras priistas relevantes como el exgobernador y exsenador priista Eruviel Ávila saltaron como buenos chapulines al morenismo, al igual que Alejandra del Moral, excandidata priista al Gobierno del Estado de México, quien lo hizo unos días antes de la elección.
Triunfó Morena y ¿qué gana México? ¿Qué ganamos como nación? Creo que no ganamos mucho o más bien casi nada.
Veamos más de cerca las cosas. En su embriaguez de triunfo ahora hablan de construir el segundo piso de la cuarta transformación. Pero la pregunta es ¿dónde está el primer piso de esa cuarta transformación?
Yo no lo veo por ningún lado, veamos ese sistema de salud de primer mundo que nos prometió AMLO. ¿Dónde está? Decir que la salud en México ahora es de primer mundo es una burla y una ofensa para los mexicanos más desprotegidos.
La educación sigue por los suelos, los mexicanos seguimos ocupando, junto con Brasil, los últimos lugares en la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La paz y la tranquilidad que nos iban a devolver en 30 días, luego en 90 hasta que dijo el presidente que le tuviéramos paciencia… pero ya acabó el sexenio y esa paz y tranquilidad nunca llegó; al contrario, la cifra de muertes violentas se acerca a los 200 mil y son más de 100 mil desaparecidos (datos de la Comisión Nacional de Búsqueda), casi 300 mil personas afectadas, un verdadero horror.
A pesar de todo lo dicho, el PRI en Chimalhuacán y todos los que nos sumamos a la candidatura del doctor Carlos Rivera, obtuvimos la cantidad de 82 mil votos, resistimos el primer periodo del mal gobierno de Xóchitl y nos preparamos para el segundo periodo, para su segundo piso, que esperemos no se caiga igual que se cayó la línea 12 del metro.
¡Ni un paso atrás, sigamos luchando, Chimalhuacán y México nos necesita!
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