“A un plan obedece nuestro enemigo: de enconarnos, dispensarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo, hacer por fin a nuestra patria libre. Plan contra plan.”
José Martí
Decía yo en una opinión anterior que el Movimiento Antorchista siempre ha manifestado las diferencias con el proyecto de la Cuarta Transformación por considerarlo un despropósito total. Su victoria en el 2018, a pesar de que Antorcha la consideró una consecuencia del hartazgo popular por la corrupción de los partidos tradicionales y por identificarse con el discurso populachón de López Obrador, creyendo falsamente que sería la salida a sus problemas, la reconoció. La respuesta de la 4T fue la persecución hacia Antorcha desde presidencia hasta los mínimos niveles de gobierno.
Casi llegamos a los tres años de gobierno y mucha gente que votó por Morena ya no está tan contenta. ¿Los motivos? A la vista de todos: pésima administración de la pandemia y de la economía que ha devenido en el aumento de muertos y pobres, por mencionar lo más grave: 220 mil muertos según datos oficiales y 9.8 millones de nuevos pobres según el Coneval.
Las elecciones están a la vuelta de la esquina y todas las encuestas registran cómo la aceptación de Morena va a la baja. Con respecto a los gobernadores, Morena tiene una intención de voto, en promedio, de 17 puntos por abajo que en 2018. En el caso de los diputados federales, la intención de voto efectiva ubica a Morena con 40% de las preferencias.
En Puebla, a parte de los motivos antes mencionados, se agregan de manera más insistente que a nivel federal, la lucha intestina entre los propios morenistas digna de un show de Laura Bozzo, el pésimo gobierno de Barbosa, la desastrosa administración de Claudia Rivera y el caso repugnante del violador morenista, excandidato a diputado federal, Saúl Huerta, lo que imposibilita a que el bloque morenista vuelva a obtener 23 de los 41 diputados locales que tiene actualmente, la presidencia municipal y los diputados federales.
Según una encuesta realizada el 24 de abril por el Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales (Cemees), la calificación que le dan los poblanos a las administraciones morenistas en los tres niveles de gobierno es la siguiente: aunque Morena tiene una simpatía arriba (35%) de los demás partidos, PRI y PAN (14%), calificándolos de manera individual AMLO tiene una calificación de 6.4 con una aprobación del 68%, Barbosa 5.2 con 50%, Claudia 4.5 con 38%.
Señala también el dato comparativo: mientras que por Morena votó en el 2018 el 58%, en esta elección baja a 38%; por su parte, por el PAN y el PRI votó el 13 y 11% respectivamente, ahora votaría el 15% en ambos partidos. Pero debido a la alianza los partidos participantes obtendrían el 30% y Morena el 39%, una diferencia que puede remontarse en poco tiempo. Individualmente, en la capital, la alianza lleva la delantera, pues un 37% votaría por Eduardo Rivera y por Claudia sólo el 21%, señalando que el 23% dijo que por ninguno.
En el caso de la diputación local por el distrito en cuestión, casi el 90% ni siquiera conoce a su actual representante José Juan Espinoza, quien se encuentra escondido en Estados Unidos, acusado por el desvío de más de 100 millones de pesos, poniendo de manifiesto la hipótesis conocida de que la inmensa mayoría de los elegidos en el 2018 llegaron al cargo por la ola morenista. Sólo a la doctora Soraya Córdova Morán, una luchadora social de larga trayectoria, la conocen arriba del 10%, con una aprobación del 43%, por encima del abanderado morenista Toño López (36%), lo que le da la delantera en la próxima elección, pues votarían por ella el 29%, mientras que por el morenista Toño López el 23%, a reserva de que el 32% por ninguno.
Como puede ver, estimado lector, el hecho de que López Obrador no vaya a aparecer en las boletas del 6 de junio, sí cambia todo el escenario, poniendo en riesgo que pueda retener su mayoría. Aunque a menos de 30 días de las elecciones, la alianza Va por México tiene una imagen negativa, lo cierto es que, en varios lugares, como lo es en la capital poblana, la gente va comenzando a diferenciar entre persona y partidos, entre hechos y promesas, poniendo mayor atención a quién van a elegir. Eso pone, evidentemente, en aprietos a los candidatos morenistas, pues muchos que llegaron por esa vía, están haciendo uso de todo, incluyendo las viejas prácticas que bien aprendieron en sus partidos de origen, para volver a quedar.
Es en ese contexto que debe entenderse por qué de nueva cuenta Morena acude a las falacias ad hominem de siempre para atacar al Movimiento Antorchista Poblano, ahora a través del candidato de Morena para la diputación del mismo distrito, José Antonio López Ruíz, exsubsecretario de Vivienda de la Secretaría de Bienestar, sirviéndole de coro los plumíferos de poca monta intelectual de siempre y las clásicas páginas difamadoras que nunca pueden faltar en campaña.
Toño López es un empresario, licenciado en Administración Financiera por el Tec de Monterrey, fue asignado para llevar acabo el “programa estrella”, “Hacer vivienda, hacer futuro”, según él, un programa muy significativo para el gobierno de Miguel Barbosa, quien "por primera vez hará 870 viviendas en 12 municipios del estado". Eso y sus respectivas propuestas bastarían como carta de presentación. Pero no. Toño López no lleva sus supuestos resultados, como dice su slogan, sino que lleva por delante las mismas calumnias que ha lanzado Barbosa y su caterva al Movimiento Antorchista. ¿Por qué? Debería preguntarse el electorado.
La respuesta es muy sencilla. Porque el objetivo de Toño López no es mejorar las condiciones del distrito 20, su objetivo, como él mismo lo dijo en una reunión en la colonia Belén, es llegar a la presidencia municipal, por eso dice que su lucha es contra Antorcha pues quiere venderle al electorado que "un joven preparado y emprendedor está luchando contá una mafia", pero no, no nos confundamos, detrás de él está Barbosa y ese pacto tiene como fin golpear a Antorcha y que él llegue a la presidencia. No más. Así debe entenderse su candidatura. ¿Ahora ven el objetivo real del "proyecto estrella"?
La baja popularidad, la falta de credibilidad de su partido y el objetivo de acabar con Antorcha, ha puesto nervioso a Barbosa y piensa echar toda la carne del asador en estas elecciones, poniendo a su ex funcionario como punta de lanza. Comenzaron con las difamaciones de siempre, pero no se quedarán ahí, pues ya han demostrado todo lo que están dispuestos a hacer para no perder el poder: inventar desnudos, perseguir líderes, fabricar delitos, etc.
La lucha entonces, no es contra Toño López, la lucha nuestra no es incluso contra éste proyecto a todas luces fracasado, erróneo, encabezado por el peor gobernador que ha tenido Puebla (según el propio Inegi y datos oficiales), sino a favor de un proyecto constructivo que de propuestas y buenos resultados para sacar a nuestro estado y país del atraso en que nos ha sumergido la 4T.
¿Vamos a dejar que Barbosa extienda sus tentáculos para hacerse de poder absoluto en beneficio de sus intereses? ¿Vamos a creernos los resultados de un empresario que en su corta edad salta de una subsecretaría a la candidatura de una diputación? Una vida de lucha y construcción de viviendas y mejores condiciones de vida por más 38 años no puede pasar desapercibido. Por eso, por cada ataque que lance Morena y Toño López, la doctora Soraya dará una solución, por cada calumnia que lancen ellos, otras familias más se sumarán. Ellos tienen los medios, el recurso y el poder. La doctora tiene sus hechos y el respaldo popular. Plan contra plan.
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