López Obrador ya se va a su rancho, supuestamente a descansar, porque ya terminó su periodo de Gobierno en México. Muy bien, qué bueno: la verdad es que estamos muy contentos de que ya se vaya a su rancho o a donde quiera.
Pero los ciudadanos debemos preguntarle: ¿Cumplió con todo lo que prometió durante su campaña política en 2018? ¿Resolvió los problemas más graves y profundos del país? ¿Redujo los alarmantes niveles de pobreza y desigualdad? ¿En la casa de los mexicanos ya no hay hambre y todos ganan un salario que alcanza para comprar la canasta básica? ¿Hay más empleo formal?
Casi 100 millones de mexicanos permanecen en la pobreza mientras la riqueza de los ultrarricos creció exponencialmente durante el sexenio de Morena.
¿Hay servicios de salud para todos los mexicanos y todos son atendidos en los hospitales, sin importar si su enfermedad implica costosas operaciones y estudios? ¿Se redujo el crimen, las matanzas, los asesinatos, con la política de “abrazos, no balazos” de López Obrador? ¿El sistema educativo se modernizó y somos ahora una potencia educativa?
Hay muchas más preguntas que seguramente usted se hace en estos momentos.
Todos los mexicanos, sean adeptos o críticos de Morena, deberían hacerse estas preguntas y buscar las respuestas en los datos que ofrece el Gobierno o los especialistas, porque México debe analizar si le convino llevar a Morena al poder o no.
México debe saber si Morena se comportó de manera diferente a la “mafia del poder” presentada por el PAN y el PRI, o hizo exactamente lo mismo. México debe analizar los resultados de sus Gobiernos y, una vez hecho esto, tomar acciones para superar las deficiencias.
El domingo 1° de septiembre, en un evento en el Zócalo de la Ciudad de México, AMLO hizo un balance de sus “logros” durante los seis años de Gobierno. El 1° de octubre le entregará el poder presidencial a Claudia Sheinbaum Pardo, la morenista elegida por él para que gobierne durante seis años al país, de la mano de una avasalladora mayoría morenista en la cámara de diputados, de senadores, de gobernadores y de alcaldes.
En pobreza y desigualdad, el presidente de México logró en seis años que los ricos sean extremadamente más ricos y que los pobres sean más pobres.
Actualmente, en México viven 96 millones de pobres, según datos del especialista Julio Boltvinik. Y según estudios de Oxfam, 9 millones de personas no “saben si mañana tendrán con qué alimentarse”, debido a que viven en la pobreza extrema.
Mientras tanto, la riqueza de los ultrarricos creció 58 % en términos reales, es tanta como la que tiene la mitad más pobre de los mexicanos, alrededor de 63.8 millones de personas.
La fortuna de Carlos Slim y de Germán Larrea creció 70 % durante los últimos cuatro años, es decir, durante el Gobierno de AMLO. Esa fortuna equivale a la riqueza de la mitad de la población más pobre de América Latina y el Caribe, unos 334 millones de personas.
En salud, durante el Gobierno de AMLO se registró un incremento de más de 30 millones de mexicanos sin servicios de salud pública, porque en 2018 había 20 millones de personas que declararon estar en esta condición; y en 2022 ese número ascendió a 50.4 millones.
Es decir, casi la mitad de la población mexicana no cuenta con servicios de salud para atenderse una gripe o una enfermedad grave. En el Gobierno de Morena se dejó morir a mucha gente porque en las clínicas no hay doctores, medicinas, están cayéndose y en los hospitales no hay una política seria para comprar medicinas o contratar a más doctores, enfermeras, etcétera.
Ahí está el fracaso absoluto de la “megafarmacia” y los 800 mil muertos por covid, según las cuentas obtenidas por los especialistas, o las muertes de los niños con cáncer, que fue un problema grave en el sexenio.
En inseguridad, vamos de mal en peor. En el sexenio suman casi 200 mil víctimas de homicidio doloso, entre matanzas o asesinatos en todos los estados del país, así como 51 mil desapariciones de personas y desplazamientos forzados en poblaciones situadas en medio de las disputas por los grupos del crimen organizado.
López Obrador superó en crímenes y homicidios a los sexenios de Enrique Peña Nieto, que tuvo 156 mil asesinatos, a Felipe Calderón, que tuvo 120 mil, o a Vicente Fox, que tuvo 60 mil asesinatos.
En educación, también vamos de mal en peor. Los tres secretarios de educación que impuso AMLO eran los primeros que debían recibir una buena educación primaria, para que supieran qué debían hacer.
En cambio, seguimos siendo un país que no lee, que no sabe matemáticas, que no sabe escribir ni las ciencias naturales o sociales, porque al Gobierno de López Obrador y de Morena no le interesa que el pueblo se eduque, porque un pueblo educado es un pueblo que exige y que se rebela.
Hay muchas cosas más que destacar, pero podemos afirmar que el sexenio de AMLO fue un fracaso total y que nos perjudicó a los pobres, que somos casi 100 millones, o sea, la mayoría.
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