Está por terminar el gobierno de López Obrador y la promesa de transformar el país en uno de potencia mundial no solo no se ha cumplido, si no que se ve más inalcanzable que hace 5 años. Pues es que a lo largo de sus casi ya seis años de mandato ha cometido una serie de atropellos, tropiezos, desatinos, e irreverencias que han sumergido a México aún más en su atraso tecnológico, científico, político, económico, cultural, académico; en pocas palabras en la miseria en la que, con gobiernos anteriores, ya estaba sumergido.
Y es que no se necesita ser un experto en materia económica para entender que la pobreza en el país ha aumentado en niveles muy grandes; ni un experto en medicina para explicar por qué gente enferma que puede curarse con medicamento ha fallecido en su casa; ni mucho menos un letrado en materia educativa para darle respuesta al enorme rezago educativo y al sin fin de deserciones escolares. Todo esto se debe a que el presidente en turno se ha empeñado en desarrollar proyectos que solo benefician a las clases adineradas y algunos otros, por capricho, en los que se despilfarra el dinero sin beneficiar a los que somos mayoría como el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas y su aeropuerto AIFA en el que nadie quiere volar.
Ahora, por si no fuera poco ya con todo lo que “ha hecho” quiere ponerle la cereza al pastel con el nuevo Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024, un proyecto de presupuesto que revela una marcada orientación hacia el gasto público destinado a programas sociales. Gran parte de este presupuesto se va a destinar a transferencias en efectivo a través de sus famosos programas Becas Benito Juárez, Jóvenes Transformando el Futuro, Jóvenes Escribiendo el Futuro, entre otros, con un porcentaje significativo de alrededor del 67.6%.
Además, el PEF 2024 contempla un preocupante incremento del 41% en términos anuales reales en la partida destinada a la deuda, esto significa que una quinta parte de los ingresos del Gobierno provendrá de préstamos que no irán necesariamente a proyectos productivos, violando con esto la Constitución que obliga a que la contratación de deuda esté atada a inversión que, de réditos a la nación, esto es, que haga crecer su cartera de activos rentables.
No solo se observan recortes drásticos en áreas críticas como el medio ambiente, el turismo y la salud, si no que, además, se destaca un notable incremento en el presupuesto asignado a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) con un aumento del 131.8%, cuando en este año se ha destinado en promedio solo 1.8 de cada 10 pesos del presupuesto que fue destinado al área educativa a rubros como libros y materiales educativos.
El gobierno vuelve ha reducir considerablemente los recursos educativos destinados al aprendizaje y la permanencia de los estudiantes en las escuelas, acabó con las Escuelas de Tiempo Completo (ETC), que ayudaban y beneficiaban a miles de niños y madres de familia, quitó los apoyos para los comedores escolares que servían para que todos los niños que están en condiciones de pobreza y que asistían a la escuela tuvieran la oportunidad de tener algo en sus estómagos antes de comenzar las clases. ¿A dónde se fueron esos recursos?
Una parte, a los inservibles programas asistenciales y la otra, a los bolsillos de los funcionarios.
No es que esté mal que se esté apoyando a los estudiantes con becas y otros programas, pero hay que tener claro que las becas son política social, no educativa. Para mejorar la educación hay que destinar presupuesto a lo que realmente son prioridades, infraestructura, actualización docente, incrementos salariales que beneficien a los maestros, materiales de laboratorio, de música, deporte entre algunos más que ayudan al desarrollo integral de todos los estudiantes.
Además de lo anterior, el presidente de está olvidando que ya pasaron dos años después de la pandemia y aún no hay algún programa que esté revirtiendo todo el rezago educativo que provocó la misma, no hay estrategias tampoco que estén preocupadas por hacer volver a los miles de estudiantes que tuvieron que dejar la escuela para insertarse en las filas del empleo informal para ayudar al sustento de sus hogares, y mucho menos está pensando en hacer una actualización en los planes y programas de estudio que beneficie el desarrollo de la ciencia y tecnología para el mejoramiento de la sociedad, para muestra solo hay que voltear a ver los nuevos libros de texto.
En resumen, educación decrece 0.81% en términos reales, defensa 121% y universidades públicas estatales crecen 0%, Fondo para la Gratuidad y el Programa para Desarrollo Docente crecen 0% y becas de posgrado crecen 0%. Está muy clara la política que está preparando el presidente para antes de salir de su mandato. Dejar a México en el letargo académico, que lo imposibilite de despertar la conciencia y luchar por sus necesidades, enajenado con temas fuera de la realidad social y que van creando un espíritu cada vez mayor de individualismo entre las masas, eso es lo que pretende hacer.
Es por eso que necesitamos despertar a la gente, abrirle los ojos y entender que al gobierno de la 4T no le interesa el bienestar de los mexicanos, que su único interés es seguir manteniéndose en el poder destinándole grandes sumas de dinero a las próximas elecciones dejando de lado la necesidad de la gente. Somos cada vez más mexicanos que estamos inconformes con este gobierno y al presidente le llegó la hora de rendir cuentas y hacer efectiva su enmienda de primero los pobres. El resultado, ya todos lo sabemos.
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