El pasado 6 de junio, acabamos de presenciar la elección más grande en la historia de nuestro país, donde la gente tuvo la oportunidad de elegir a gobernadores, presidentes municipales, diputados federales y locales. Según datos del INE se eligieron 500 cargos federales, y 20 mil 311 de carácter local. En esta ocasión como en las anteriores en la boleta electoral los mexicanos tuvimos la oportunidad de tener una variedad de partidos políticos, de los que ya han venido participando desde hace años, como el PRI, PAN, PRD y otros; pero también de otros partidos nuevos, como son Redes Social Progresistas (RPS), Partido Encuentros Social (PES) y Fuerza México. Según los lineamientos del Instituto Nacional Electoral, dice en el artículo 94 de la Ley Federal de Partidos Políticos, la pérdida del registro se da si el partido no consigue el 3% de los votantes.
En esta elección, los datos emitidos por el PREP con un total de 90.2% de actas contabilizadas, el PES contaba con 2.6808%. Cabe mencionar que este partido ya es la segunda vez que pierde su registro por la misma causa. RSP 1.7233%, el cual fue fundado el pasado 19 de enero de 2019, como una asociación civil, y tuvo su registro ante el INE el 14 de octubre de 2020. Y por último Fuerza México 2.5057%, fundado el pasado 19 de octubre de 2019 por Gerardo Islas Maldonado, exintegrante del partido Nueva Alianza y Pedro Haces, ex senador de Morena y líder sindical. Los datos pueden variar, pero no alcanzan el 3% requerido por el organismo electoral.
En México tenemos una burocracia muy rancia e incongruente, comenzando con el presidente y su discurso mañanero que trata de defender a capa y espada su política errónea. Si realmente se estuviera aplicando una política austera, yo creo que uno de los principales flancos a atacar sería el financiamiento de todos los partidos políticos en el país. En esta elección se erogó un poco más de 14 mil millones de pesos repartidos en algunos más y otros menos en todos los partidos registrados ante el INE. ¿Cuántas escuelas, carreteras, centros de salud se hubieran podido construir? ¿A cuántos enfermos de cáncer, leucemia, inválidos y de más se hubiera podido ayudar? Yo creo que a muchos. Pero lo más grave diría yo, está en estos tres partidos políticos que debutan muy mal en estos comicios electorales, quienes no fueron capaces de generar simpatía con el pueblo para que por lo menos no hubieran perdido su registro, pero no solo eso es lo grave, sino el propio financiamiento que se le otorgó, el dinero que se tuvo que asignarles que bien hubiera podido utilizarse en mucho mejores cosas. Datos emitidos por el medio informativo Imagen Televisión, dice que cada partido de los que van a desaparecer (PES, RSP y Fuerza México) recibieron cada uno un total de 141 millones, 823 mil, 139 pesos, multiplicado por tres, suman un total de 425 millones, 469 mil, 417 pesos, y si se suma la cantidad de 62 millones 946 mil 299 pesos, que recibieron en octubre de 2020 cuando obtuvieron su registro, en su totalidad se fueron a la basura 488 millones 415 mil 716 pesos: una burla para el pueblo, al que prefieren tenerlo sin agua potable, electricidad, sin medicinas… para mejor dárselos a partidos políticos que son unos verdaderos parásito del dinero que se recauda de todos los mexicanos.
Nuestra sociedad no necesita de partidos que les paguen dinero para jugar con el pueblo. Nuestro país necesita otra calidad de partidos y de líderes políticos, de verdaderos líderes políticos y no payasos que un buen día se les ocurrió ser candidatos y para su suerte fueron arropados y aceptados por estos efímeros partidos. Si los mexicanos realmente queremos cambiar esta sociedad, por una donde haya una justa distribución de la riqueza, donde se le dé prioridad al gasto social en las zonas marginadas, donde se construyan escuelas, hospitales, carreteras, se generen empleos y demás, necesita organizarse y formar un verdadero partido de la clase pobre. Antorcha lo está construyendo, con dificultades, pero es la única organización que trabaja los 365 días del año para concientizar y preparar al pueblo para tomar el poder. Es una tarea titánica, pero necesaria y urgente.
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