Sin duda, el 2020 fue un año difícil para todos los mexicanos, y cuando hace unos meses se manejaba un panorama catastrófico de 60 mil muertos, el mal manejo de la pandemia ha cobrado, hasta la fecha, 171,234 personas fallecidas en nuestro país. Y en Sinaloa se supera la cifra de los 31 mil 900 casos de covid-19 y más de 4 mil 790 muertes. Y en el municipio de El Fuerte, que es donde me detendré, desde el inicio de la pandemia se tiene registro de 426 casos confirmados y 122 defunciones, poniendo al municipio alerta para enclaustrarse en sus casas.
Sin embargo, con las cifras anteriores, los habitantes del municipio de El Fuerte en Sinaloa (más de 97 mil), de los cuales el 15% representan al grupo originario Yoreme-Mayo, se ven obligados a trabajar en condiciones no adecuadas, elevando la posibilidad de contagio de covid-19, siendo los siguientes sectores más desprotegidos : jornaleros agrícolas y obreros de las maquiladoras, las familias de las zonas rurales, que viven con sus salarios mínimos que apenas alcanza para la comida del día siguiente; que además, este año por la contingencia, se incrementaron sus gastos en los hogares, por ejemplo, al cerrar las escuelas los estudiantes tienen que pasar tiempo al televisor con el programa llamado "aprende en casa", o comprar un teléfono inteligente para las clases en línea, y los que pudiesen, contratar el servicio de internet para investigar sus tareas en la web; los recibos de luz se elevaron por la enclaustramiento de las familias sin tener piedad para los descuentos por parte de la CFE, y en algunos de los casos solo hubo convenios de pago.
Las fiestas tradicionales, que provocando una preocupación en las personas mayores porque sería la primera vez que detendrían el cumplimiento de sus devociones que concluyen en fiestas y celebraciones en donde se refuerza la fe cristiana y del yoreme, se tuvieron suspender o, en algunas en las que no se podían prescindir de sus raíces como el festejo de la semana santa, solo hubo restricción al público, realizándola el conjunto de fiesteros, oficios y danzantes.
Los estudiantes también sufren las consecuencias del encierro. Debido a que más de 865 mil alumnos continuaron las clases en la modalidad a distancia, las formas de estudiar y de enseñar por parte del magisterio tuvo un giro inesperado, pues hay maestros que siguen en proceso de aprendizaje para utilizar los medios electrónicos como smartphones, tablets, o plataformas digitales como Google Meet, Zoom, o incluso aplicaciones como el Whatsapp o Messenger… indispensables para mantener el contacto entre alumno-maestro. Y quienes resienten más los estragos son los jóvenes indígenas, que viven en comunidades rurales en donde no llega la señal telefónica para mantener dicho contacto, y a pesar de que algunas escuelas no usan plataformas para realizar trabajos, sino a través de cuadernil la mayoría de los padres no tienen los conocimientos básicos o para ayudar a sus hijos o ni siquiera cuentan con cincuenta pesos para el internet a la semana. La polémica en algunos hogares es: ¿compro internet o comida? Viéndose obligados a mandar a trabajar a los hijos e hijas mayores de la familia.
Y a pesar de reconocer que el mundo entero no estaba preparado para una pandemia, y menos un país del tercer mundo como el nuestro, hubo un relajamiento por parte de las autoridades para tomar medidas más severas como la cuarentena obligatoria, asegurando obligadamente la alimentación de los más desprotegidos, programas de internet gratuito para escuelas o espacios públicos, apoyos a pequeños negocios, sin embargo, con lo expuesto con anterioridad del municipio se nota claramente que la prioridad no fue la seguridad del pueblo, sino las obras "majestuosas” del gobierno federal, sustentado lo que mencionó en que para este 2021 del Presupuesto de Egresos de la Federación no se etiquetó ni un solo peso a la compra de vacunas contra la covid-19.
A lo que nos queda, además de tomar las medidas recomendadas como el uso del cubrebocas, la sana distancia, el constante uso del lavado de manos, también tomar conciencia del tipo que gobierno que tenemos, uno que no vela por la seguridad de los creadores de riqueza del país: los trabajadores; por los estudiantes, futuros profesionistas; amas de casa, con arduo trabajo doméstico y ahora académico, por los mexicanos. Es necesario tomar posición política, organizarse y luchar, aunque desde nuestras casas (por redes sociales), junto al Movimiento Antorchista, que lleva 47 años luchando por los pobres de México.
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