El día de ayer por la noche, individuos a bordo de dos motocicletas realizaron varios disparos frente al domicilio de la dirigente estatal del Movimiento Antorchista en el estado de Hidalgo, la profesora Guadalupe Orona Urías, en la colonia Luz del Carmen Ocón, en la ciudad de Pachuca.
Casualmente la agresión se comete cuando están por reiniciarse las movilizaciones en la entidad para exigir al gobierno del estado se atiendan las demandas de miles de hidalguenses que no cuentan con servicios básicos en sus comunidades y que fueron planteadas desde hace dos años, sin que hasta el momento se haya mostrado disposición al diálogo ni por el gobernador ni ningún funcionario de esta administración.
Son ya casi mil los aspirantes a cargos de elección popular los que se han bajado de la contienda en varias entidades federativas ante los ataques de grupos criminales.
De tal manera que lo sucedido anoche es, sin duda, un acto intimidatorio que busca acallar y doblegar, por medio del terror, a los inconformes, a pesar de ser un derecho que tenemos los ciudadanos y que está plasmado en nuestra Carta Magna.
No hay ninguna duda: este acto represivo retrata de manera completa la forma en que los gobiernos morenistas de Hidalgo y también de todas las entidades federativas en donde se han hecho del poder reaccionan ante la organización y la lucha de quienes les exigen que cumplan el compromiso que hicieron de mejorar las condiciones de vida de sus gobernados.
Una vez más se demuestra que su slogan de “primeros los pobres” es sólo para engañar a la población para que les dé su voto y confianza y de esta manera hacer lo que tanto criticaban cuando eran oposición, llenarse los bolsillos de dinero a través de saquear las arcas de los gobiernos ya sean municipales, estatales o las de la nación.
En estos últimos seis años son cientos los casos de corrupción y enriquecimiento ilícito los que se han registrado a todos los niveles de Gobierno, mientras la pobreza y la violencia se señorean por todo el territorio nacional.
Recientemente, diversos medios de comunicación han documentado cómo el proceso electoral que estamos viviendo se ha convertido en el más violento en la historia de nuestro país. Se ha señalado, por parte de los diferentes Institutos Electorales, que son ya casi mil los aspirantes a cargos de elección popular los que se han bajado de la contienda en varias entidades federativas ante los ataques de grupos criminales.
En Zacatecas fueron 217 mujeres las que renunciaron a sus candidaturas por violencia; en Michoacán son 190 los candidatos que han renunciado a sus postulaciones por amenazas y en el Estado de México la cifra llegó a 149 los aspirantes que declinaron ante el clima de inseguridad en el estado. Y son ya 30 los candidatos que han sido asesinados y todavía faltan quince días para que concluya este proceso electoral.
Mientras tanto y a pesar de la situación tan grave que se vive en el país, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló en una de sus conferencias de prensa mañaneras que “No hay más violencia, solo hay más homicidios”, mostrando con ello su insensibilidad y menosprecio por la vida de los mexicanos.
Y aunque con su narrativa pretende hacernos creer que México atraviesa por un buen momento, lo cierto es que la violencia, los homicidios dolosos y las desapariciones vienen a demostrar todo lo contrario y prueba de ello es que su política de “abrazos y no balazos” ha sido un rotundo fracaso.
Otro dato más. De acuerdo con cifras del SNSP, el mes de abril fue el más violento desde octubre de 2022 con 2 mil 681 crímenes, lo que significa que diariamente se cometen 89.3 asesinatos en el país, con estos datos ya se rebasaron los 180 mil asesinatos en lo que va del sexenio de AMLO. Y en el colmo del cinismo señala:
“Les puedo decir que ha habido menos agresiones que en otras elecciones, nada más que ahora hay mucho sensacionalismo, es temporada de zopilotes”.
Sirvan estas líneas para enviar mi solidaridad y afecto a la maestra Guadalupe Orona y al antorchismo hidalguense quienes son víctimas, una vez más, de las acciones criminales de los grupos de poder de ese estado y que quede claro, este hecho no es aislado, es parte de la violencia política que hay en el país.
Finalmente, hago un fraterno llamado a todos los mexicanos para que reflexionemos serenamente, el voto que tendremos que emitir el próximo 2 de junio, ya que en nuestras manos tenemos la posibilidad de cambiar de rumbo y así, quitar el poder a quienes han teñido de rojo a nuestra nación y dejando sólo dolor y sufrimiento a millones de familias.
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