Se acerca cada vez más el segundo informe de Gobierno de la actual administración estatal, programado para el próximo 6 de septiembre, y las “megaobras” y anuncios de inversiones millonarias no se han hecho esperar.
La más sonada es la remodelación de la Plaza Juárez y el Palacio de Gobierno donde, de acuerdo con funcionarios del propio Gobierno de Hidalgo, se gastarán más de 100 millones de pesos del presupuesto público del estado en, como dijo un trabajador hidalguense, “cambiar los cristales y llenar de pajaritos y animalitos guindas el Palacio de Gobierno”.
Tratando de justificar este despilfarro de quienes pertenecen al partido que predica la “austeridad republicana”, uno podría pensar “bueno, se invirtió en “La Casa de Todos”, pero… ¿realmente es “La Casa de Todos”?
Todo esto para celebrar con gran pompa el informe de gobierno del señor gobernador Julio Menchaca, donde se espera asista el presidente López Obrador.
Pero, preguntémonos: ¿valía la pena dejar a miles de hidalguenses sin obra pública? ¿No era mejor inversión realizar obras de introducción de drenaje y agua potable en las cientos de colonias y comunidades donde no se cuenta con estos servicios básicos?
¿No servía más apoyar al campo del Valle del Mezquital, tan golpeado por las inclemencias del tiempo y el abandono gubernamental? ¿Las escuelas y centros de salud donde no cuentan con instalaciones dignas no merecían un poco de ese gasto? ¿Los maestros? ¿Las calles llenas de baches y terracerías que se delatan?
De acuerdo con la Revista Acrópolis, que entrevista al titular de la Oficialía Mayor de Hidalgo, Edgar Orlando Ángeles Pérez, en tan sólo los trabajos de rehabilitación del piso de la explanada, se invertirán 25 millones 185 mil 658.49 pesos.
La remodelación del Palacio de Gobierno, que consistió en el remozamiento del interior de los pasillos, la remodelación de la Sala del Pueblo y el cambio de cristales del inmueble oficial, tuvo un costo de más de 40 millones de pesos (otros dicen 41 millones de pesos).
La remodelación “de afuera”, correspondiente al retiro y colocación de nuevos cristales en las cuatro caras del inmueble oficial, tuvo un costo de 30 millones de pesos.
A ello se suma el cambio de elevadores en el recinto, por cuyos trabajos la Sipdus erogó 5 millones 925 mil 977.18 de pesos. En total, tomando en cuenta los montos aproximados más bajos, se gastarán ¡101 millones 111 mil 635.67 pesos en embellecer estos espacios!
Tratando de justificar este despilfarro de quienes pertenecen al partido que predica la “austeridad republicana”, uno podría pensar: “bueno, se invirtió en “La Casa de Todos”, como dicen las paredes del Palacio de Gobierno de Hidalgo”, pero… ¿realmente es la Casa de Todos?
No, los manifestantes, pertenecientes a los distintos sectores, que día tras día arriban a las puertas de este edificio pueden constatar que no se les recibe como si fuera su casa, en la que se han gastado y se siguen gastando el presupuesto público fruto del pago de sus impuestos.
No, tan sólo al acercarte te recibe algún elemento de seguridad o algún trabajador cuya labor es evitar que perturbes la tranquila comodidad de los funcionarios y disuadir a los manifestantes de entrar en el recinto.
Si consiguen ser recibidos para poder plantear sus peticiones, solo se permite la entrada a tres o cinco personas, en la Casa de Todos no hay cabida para grupos de ciudadanos.
Conseguir una audiencia con los funcionarios de nivel alto es casi imposible, primero tienes que salvar la larga fila de directores, secretarios y que reunión tras reunión de trabajo repiten el mismo discurso:
“… somos un Gobierno diferente, que tiene la directriz de recibir al pueblo y escucharlo”
“… estamos trabajando pero hay muchos problemas heredados por las administraciones pasadas”
De solución alguna a las demandas concretas que se presentan no hay rastro alguno.
Como atestiguan las constantes protestas, que por todos lados se manifiestan, los bloqueos ocurridos en distintos puntos del estado todos los días de las recientes semanas, los hidalguenses no están conformes con esta forma de política donde se hace uso de la demagogia para gobernar sin atender y sin resolver.
Por casi dos años ha sido imposible que el señor gobernador reciba a campesinos, amas de casa, trabajadores, estudiantes, maestros, afiliados al Movimiento Antorchistas que en constantes ocasiones y diversos medios han tratado de ser atendidos por él.
Solicitan solución al pliego petitorio entregado desde diciembre de 2022 donde se demandan peticiones de diversa índole como la inversión en obra pública, en pavimentaciones, escuelas, centros de salud, programas de apoyo al campo, subsidio para albergues estudiantiles, entre otras.
Hasta la fecha ninguna de ellas ha sido resuelta. Durante casi dos años, no ha sido capaz el Gobierno de Hidalgo de invertir en alguna de estas demandas y nuevamente, seguimos los hidalguenses sin obras ni servicios básicos, pero sí tenemos cambio de vidrios en un Palacio de Gobierno en el que no se recibe al pueblo.
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