En la actualidad, vivimos una realidad que en las últimas décadas se ha caracterizado por la saturación de mensajes, contenidos, discursos y la imposición de la ideología capitalista dominante, es decir, de la burguesía, los cuales se difunden de distintas formas, pero principalmente a través de los medios de comunicación de masas (prensa, televisión, radio, cine, internet), mismos que se han desarrollado exponencialmente con los avances tecnológicos, y que, en su última etapa, se han focalizado en las redes sociales, con sus efectos de enajenación y debilitamiento racional de las mentes, principalmente de los más jóvenes; eso con la finalidad de manipular y condicionar las conciencias del pueblo trabajador sometido a condiciones de explotación del mismo sistema que también controla los gobiernos y los poderosos medios de comunicación a nivel mundial, ocasionando que los mensajes y discursos predominantes sean los que convienen a los intereses de la clase burguesa, para mantener el control de su dominio sobre las masas.
En este contexto, donde la clase trabajadora está en condiciones de indefensión ante la saturación de mensajes emitidos por los emisarios de la burguesía, y ante la necesidad imperiosa de convencer a las masas de su situación para que tomen conciencia de su realidad de explotación y desigualdad en la que viven, es importante fomentar el desarrollo de herramientas intelectuales y prácticas que permitan al pueblo más concientizado contrarrestar la manipulación y la imposición de la ideología dominante.
En este sentido, se encuentran el fortalecimiento de las artes y la cultura de nuestro pueblo mediante la práctica de disciplinas como la danza folclórica, el teatro, el canto, la poesía y la oratoria.
Al respecto, destacamos la oratoria, siendo esta una disciplina que se ha construido y perfeccionado a la par del desarrollo de las sociedades humanas, teniendo su origen en la cultura griega, que en la actualidad se ha definido como “el arte de hablar en público con elocuencia, con la finalidad de persuadir o conmover al auditorio”.
De acuerdo con lo anterior, este arte de hablar con elocuencia nos permite exponer en público un determinado asunto de manera clara, atractiva y sobe todo comprensible, de tal forma que las habilidades oratorias permiten al orador convencer, persuadir, y atraer a la audiencia, situación que es fundamental en nuestra sociedad actual donde los sujetos viven enajenados e inconscientes sumidos en el consumo permanente de los contenidos mediáticos de las redes sociales.
Es precisamente esta característica de eficacia en la persuasión mediante el discurso argumentado oral y corporal, que hace de esta disciplina una herramienta eficiente para la lucha revolucionaria de nuestro pueblo; anteriormente ya explicamos de la imperativa necesidad de educar a un pueblo sometido, enajenado, e inconsciente, bajo la ideología dominante, al cual debemos sacar de su letargo mental para que tome conciencia de su situación, de su realidad de explotación deshumanizada, pero para lograr esto, los que somos la vanguardia del pueblo organizado, debemos antes persuadirlo, convencerlo, y por ello debemos utilizar las mejores herramientas que la misma humanidad ha desarrollado como es el arte de la oratoria.
Está acreditado en la historia que, en cada sociedad, su clase dominante crea sus formas de imposición de la ideología que le permite justificar y mantener su posición, sus privilegios y su ejercicio del poder mediante la explotación de la clase sometida, mientras que, en la base económica, que es el principal motor de la sociedad, el pueblo trabajador es cada vez más sometido a condiciones de explotación que lo sumen en la pobreza a causa de las desigualdades que ocasiona la inequitativa distribución de la riqueza.
Pero esta forma de explotación no se puede sostener para siempre, ya que, como afirman Marx y Engels, “toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases”, y dice Marx por su cuenta que “las clases sociales se constituyen en la confrontación; sólo existen plenamente si, tomando conciencia de sus intereses, luchan contra otras clases”, pero esta lucha del pueblo organizado para transformar su realidad en mejores condiciones de bienestar no se va a lograr por si sola, ya que mediante el control del Estado y la imposición de la ideología dominante la burguesía mantiene sometido en cuerpo y mente, a la clase trabajadora (que por sus características es la única capaz de hacer una lucha revolucionaria en este sistema capitalista) para que esta se sienta conforme, para que no se organice, para que no tome conciencia de su explotación y para que no actué (revolucionariamente) para cambiar su situación realidad.
Ante esta situación, es imperativo que la vanguardia del pueblo consciente luche para organizar y educar a nuestro pueblo sometido y explotado, ya que es una condición obligatoria que los cambios verdaderamente sustanciales de nuestra sociedad, se va a lograr solo con la participación consciente y organizada del pueblo mismo.
Por esta razón, es una tarea importante construir herramientas que ayuden al pueblo oprimido a educarse para esta lucha revolucionaria y que de forma organizada puedan combatir las injusticas de este país, y en consecuencia logremos transformar de fondo este sistema capitalista de explotación.
Al respecto, el Movimiento Antorchista Nacional, fiel a su tarea de educar y organizar al pueblo de México, fomenta el desarrollo de las disciplinas artísticas entre el pueblo trabajador. Específicamente, el pasado 23 de abril realizó la IV Jornada Nacional de Oratoria en las capitales de todos los estados, en esta ocasión como señal de protesta por los asesinatos de nuestros compañeros antorchistas Conrado y Mercedes N., y su pequeño hijo, por quienes exigimos justicia al Gobierno del Estado de Guerrero.
En la actualidad, vivimos una realidad que en las últimas décadas se ha caracterizado por la saturación de mensajes, contenidos, discursos y la imposición de la ideología capitalista dominante, es decir, de la burguesía, los cuales se difunden de distintas formas, pero principalmente a través de los medios de comunicación de masas (prensa, televisión, radio, cine, internet), mismos que se han desarrollado exponencialmente con los avances tecnológicos, y que, en su última etapa, se han focalizado en las redes sociales, con sus efectos de enajenación y debilitamiento racional de las mentes, principalmente de los más jóvenes; eso con la finalidad de manipular y condicionar las conciencias del pueblo trabajador sometido a condiciones de explotación del mismo sistema que también controla los gobiernos y los poderosos medios de comunicación a nivel mundial, ocasionando que los mensajes y discursos predominantes sean los que convienen a los intereses de la clase burguesa, para mantener el control de su dominio sobre las masas.
En este contexto, donde la clase trabajadora está en condiciones de indefensión ante la saturación de mensajes emitidos por los emisarios de la burguesía, y ante la necesidad imperiosa de convencer a las masas de su situación para que tomen conciencia de su realidad de explotación y desigualdad en la que viven, es importante fomentar el desarrollo de herramientas intelectuales y prácticas que permitan al pueblo más concientizado contrarrestar la manipulación y la imposición de la ideología dominante.
En este sentido, se encuentran el fortalecimiento de las artes y la cultura de nuestro pueblo mediante la práctica de disciplinas como la danza folclórica, el teatro, el canto, la poesía y la oratoria.
Al respecto, destacamos la oratoria, siendo esta una disciplina que se ha construido y perfeccionado a la par del desarrollo de las sociedades humanas, teniendo su origen en la cultura griega, que en la actualidad se ha definido como “el arte de hablar en público con elocuencia, con la finalidad de persuadir o conmover al auditorio”.
De acuerdo con lo anterior, este arte de hablar con elocuencia nos permite exponer en público un determinado asunto de manera clara, atractiva y sobe todo comprensible, de tal forma que las habilidades oratorias permiten al orador convencer, persuadir, y atraer a la audiencia, situación que es fundamental en nuestra sociedad actual donde los sujetos viven enajenados e inconscientes sumidos en el consumo permanente de los contenidos mediáticos de las redes sociales.
Es precisamente esta característica de eficacia en la persuasión mediante el discurso argumentado oral y corporal, que hace de esta disciplina una herramienta eficiente para la lucha revolucionaria de nuestro pueblo; anteriormente ya explicamos de la imperativa necesidad de educar a un pueblo sometido, enajenado, e inconsciente, bajo la ideología dominante, al cual debemos sacar de su letargo mental para que tome conciencia de su situación, de su realidad de explotación deshumanizada, pero para lograr esto, los que somos la vanguardia del pueblo organizado, debemos antes persuadirlo, convencerlo, y por ello debemos utilizar las mejores herramientas que la misma humanidad ha desarrollado como es el arte de la oratoria.
Está acreditado en la historia que, en cada sociedad, su clase dominante crea sus formas de imposición de la ideología que le permite justificar y mantener su posición, sus privilegios y su ejercicio del poder mediante la explotación de la clase sometida, mientras que, en la base económica, que es el principal motor de la sociedad, el pueblo trabajador es cada vez más sometido a condiciones de explotación que lo sumen en la pobreza a causa de las desigualdades que ocasiona la inequitativa distribución de la riqueza.
Pero esta forma de explotación no se puede sostener para siempre, ya que, como afirman Marx y Engels, “toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases”, y dice Marx por su cuenta que “las clases sociales se constituyen en la confrontación; sólo existen plenamente si, tomando conciencia de sus intereses, luchan contra otras clases”, pero esta lucha del pueblo organizado para transformar su realidad en mejores condiciones de bienestar no se va a lograr por si sola, ya que mediante el control del Estado y la imposición de la ideología dominante la burguesía mantiene sometido en cuerpo y mente, a la clase trabajadora (que por sus características es la única capaz de hacer una lucha revolucionaria en este sistema capitalista) para que esta se sienta conforme, para que no se organice, para que no tome conciencia de su explotación y para que no actué (revolucionariamente) para cambiar su situación realidad.
Ante esta situación, es imperativo que la vanguardia del pueblo consciente luche para organizar y educar a nuestro pueblo sometido y explotado, ya que es una condición obligatoria que los cambios verdaderamente sustanciales de nuestra sociedad, se va a lograr solo con la participación consciente y organizada del pueblo mismo.
Por esta razón, es una tarea importante construir herramientas que ayuden al pueblo oprimido a educarse para esta lucha revolucionaria y que de forma organizada puedan combatir las injusticas de este país, y en consecuencia logremos transformar de fondo este sistema capitalista de explotación.
Al respecto, el Movimiento Antorchista Nacional, fiel a su tarea de educar y organizar al pueblo de México, fomenta el desarrollo de las disciplinas artísticas entre el pueblo trabajador. Específicamente, el pasado 23 de abril realizó la IV Jornada Nacional de Oratoria en las capitales de todos los estados, en esta ocasión como señal de protesta por los asesinatos de nuestros compañeros antorchistas Conrado y Mercedes N., y su pequeño hijo, por quienes exigimos justicia al Gobierno del Estado de Guerrero.
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