Por esta vía me he permitido denunciar el bloqueo administrativo que ejerce el ayuntamiento de Ecatepec en contra de mis compañeros antorchistas de ese municipio. Palabras más, palabras menos, he dicho y demostrado: 1) que las peticiones comunitarias que le formulamos a la actual administración, datan desde el año 2012, o sea, llevan tres largos años de espera para que sean atendidas sin encontrar una respuesta satisfactoria; 2) que tales peticiones son demandas muy sentidas por la población, puesto que se trata de asuntos tales como la carencia de agua entubada, de drenaje sanitario y pluvial, de la falta de luz eléctrica, de escuelas en pésimas condiciones materiales, de alumbrado público, de la falta de centros de salud, y de inseguridad, entre otros; 3) he dicho que esas peticiones se hicieron en tiempo y forma ante el alcalde en turno (Pablo Bedolla López) y que éste, en su campaña política, ofreció resolver nuestro pliego petitorio y firmó ante notario público sus compromisos en el mes de mayo de 2012; asimismo, que esos acuerdos volvieron a suscribirse en otra minuta "de buena fe", en el mes de junio del año 2013, acuerdos que, por supuesto, se incumplieron olímpicamente. Ahora añado que apenas el nueve de septiembre del año que corre tomamos nuevamente acuerdos con el alcalde interino, Sergio Díaz Hernández, quien supuestamente en una actitud muy "autocrítica", admitió sin ambages sus incumplimientos, realizó compromisos para ejecutarlos en muy corto tiempo y, aseguró, que él personalmente se encargaría de vigilar que dichos acuerdos se cumplieran. Pues bien, al momento de escribir estas líneas, ninguno de los acuerdos tomados con el alcalde con tanta "solemnidad" se han ejecutado, razón por la cual, pese al sol, el frío y la lluvia que todos los días caen inclementes sobre el plantón de los antorchistas frente al palacio municipal, nuestra voluntad de lucha se mantiene incólume, y ahí seguiremos porque la razón y el derecho nos asisten; sólo haremos un receso los días 15 y 16 de septiembre por respeto a las fiestas patrias que los antorchistas celebramos como lo hace todo el pueblo de México.
Ahora bien, para que la opinión pública de Ecatepec esté oportuna y verazmente bien informada, me llamó mucho la atención el contenido de una encuesta que publicó hace unos 15 días el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), prestigiada y reconocida encuestadora por su seriedad y profesionalismo (que por cierto nada tiene que ver con Antorcha), cuyo trabajo se titula "La ciudades más habitables de México". La sección que más interesa al caso en comento, es la referente a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, que abarcó a las 16 delegaciones de la CDMX y a los cinco municipios más poblados del Estado de México, donde se encuentran: Ecatepec, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Tlalnepantla y Chimalhuacán. Y ¡oh sorpresa!, me encontré con que el GCE coloca a Ecatepec, dentro de las 21 ciudades estudiadas, casi en el sótano, en el lugar número 19, tocante al índice de Satisfacción de los Servicios Públicos, en tanto que Chimalhuacán, el otrora municipio más abandonado de la entidad y del país, se situó en el honroso primer lugar, por encima incluso de las poderosas delegaciones del D.F. Ecatepec resultó reprobado en prácticamente todos los servicios que presta: en recolección de basura, en desazolve de drenaje, en pavimentación y bacheo, en alumbrado público, en atención y fugas de agua potable, en salud, en fomento al deporte y en la falta de seguridad pública.
Esto significa, sin lugar a dudas, que las autoridades municipales que han estado al frente de Ecatepec en los últimos años, desatienden gravemente a la ciudadanía en general y no solamente a los antorchistas que, si bien somos un grupo importante, de todas maneras somos minoría. Otra vez: ¿y cómo se explica que Ecatepec se ubique en el antepenúltimo lugar (sólo arriba de las delegaciones de Xochimilco y Tlalpan) si es el municipio con más presupuesto para ejercer, año con año, en obras y servicios (4 mil 500 millones de pesos) y a eso se añade que ha sido, con mucho, el municipio más apoyado por el hoy gobernador del Estado, tal vez con razón, por ser oriundo de Ecatepec? La pregunta no admite muchas opciones: se explica, simple y sencillamente, porque falta mística y profesionalismo en el servicio, porque se trabaja con desgano y, probablemente, el presupuesto asignado tiene fugas, de esas que encarecen mucho las obras o, de plano, de aquellas que aparecen en la contabilidad pero no en la realidad. Sea lo que fuere, aquí aparece con toda nitidez una de las cuatro razones que Antorcha critica al actual modelo económico del país, a saber: el mal gasto social que se hace con el presupuesto del erario, pues el dinero que es del pueblo (producto del pago de sus impuestos y de la venta del petróleo) no se mira reflejado en más y mejores servicios públicos. Así están las cosas y no hay para donde hacerse.
Ahora bien, felicito y saludo al ayuntamiento de Chimalhuacán por el primer lugar obtenido, que estuvo encabezado por el Ing. Telésforo García Carreón (hoy diputado federal) y que, para conocimiento de los ecatepequenses, estamos hablando de un alcalde de extracción antorchista. Y debe decirse que, este notable lugar, se obtiene a pesar de que Chimalhuacán cuenta con un presupuesto proporcionalmente mucho menor que el de Ecatepec; y no sólo eso, sino que Chimalhuacán traía un rezago añejo que lo colocaba en el vergonzoso último lugar (el lugar 74), de las 74 ciudades más pobladas del país en el año 2000, justamente cuando Antorcha comenzó a gobernar este municipio. La encuesta del GCE, pues, me permite decir, a manera de conclusión, primero, que los antorchistas no sólo criticamos lo que otros hacen mal, por ejemplo en Ecatepec, sino que la experiencia en Chimalhuacán donde nosotros somos gobierno (igual que en Ixtapaluca), nos permite también ser evaluados por la ciudadanía, que en materia de calificar a los buenos y malos gobiernos es la que tiene la última palabra. Y la diferencia está a la vista. Segundo, me permite afirmar, asimismo, que Antorcha sí sabe para qué es el dinero de un ayuntamiento, y no sólo en el Estado de México, sino en otros municipios que gobernamos, por ejemplo, Tecomatlán y Huitzilan de Serdán, en Puebla, entre otros, que son modelo de progreso y desarrollo a nivel nacional. Y estamos seguros de que estos modelos de inversión honesta y atinada del gasto social, perfectamente se podrían aplicar en todo el país, con gobernantes honrados, trabajadores, sensibles al sufrimiento del pueblo y con mística de servicio. Algún día, ya no muy lejano.
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