Desde hace 50 años, el Movimiento Antorchista Nacional ha organizado a los sectores vulnerables de la ciudad y el campo, agrupando en sus filas a obreros, estudiantes, amas de casa, comerciantes y, desde luego, a campesinos dedicados a labores agropecuarias.
A estos se les han explicado las razones que dan origen a la pobreza y desigualdad en que viven, para que reconozcan que no es el destino ni el castigo divino lo que los ha orillado a vivir así, sino que esto es consecuencia de la explotación a la que son sometidos.
A través de la lectura de volantes, conferencias y obras del marxismo, donde se analiza cómo los medios de producción son propiedad de unos pocos millonarios y el resto de la gente posee sólo la fuerza de trabajo contenida en su propio ser, miles de mexicanos aceptan que esta cualidad se vende como cualquier mercancía a cambio del salario convenido con los patrones.
Los programas del bienestar tienen controlados a los mexicanos empobrecidos, que han renunciado a las obras comunitarias que generan desarrollo regional.
Esta labor de politización tiene el fin de despertar la conciencia de la clase social explotada y para que surja la necesidad de luchar para terminar con la expoliación del hombre por el hombre, pasando a una etapa superior que tenga como objetivo central la producción de satisfactores sociales que sean distribuidos de forma equitativa entre todos los miembros de la sociedad.
Además, sabiendo que la pobreza se manifiesta de distintas formas, hemos expuesto en los tres niveles de gobierno el sentir de millones de mexicanos que han sido marginados de los programas oficiales o han esperado años sin atención a sus necesidades básicas, como servicios públicos de electrificación, agua entubada, drenaje o pavimentación, que son parte básica del progreso actual.
La tarea no ha sido sencilla. Los enemigos de la organización popular han desarrollado campañas de desprestigio en contra del antorchismo nacional a través de los medios de comunicación, pero tampoco han dudado en la agresión física, ocasionando la muerte de varios destacados líderes a manos de los grupos caciquiles acostumbrados a mandar y a que se les obedezca.
También hemos padecido la represión del Estado mexicano, que se ha puesto del lado de los grupos de poder para mantener al pueblo en la pobreza y la ignorancia.
A pesar de todo, seguimos defendiendo los derechos de petición y libre asociación contenidos en la Carta Magna. En cuanto a las solicitudes de acciones comunitarias y peticiones individuales, se cumple con toda la papelería señalada; además, siempre se dialoga para que se encuentren alternativas de solución.
Pero en donde nos hemos encontrado con negativas, o incluso con agresiones de los funcionarios, el camino es claro: nos hemos dispuesto a dar la batalla porque nos asiste la razón y el derecho.
Y como producto de la labor de gestoría, hay comunidades y regiones de todo México donde se encuentran instaladas diversas obras de agua potable, drenaje sanitario, canchas, domos en escuelas, calles y carreteras pavimentadas.
Con estas acciones se ha demostrado que el pueblo organizado es un impulsor del desarrollo del país, y los zacatecanos, específicamente en municipios como Guadalupe, Fresnillo, Trancoso, Jalpa, Vetagrande y Pánuco, han reconocido la labor emprendida por Antorcha para acercar acciones que han cambiado la vida de los pobladores.
AMLO ha instrumentado todos los ataques al pueblo organizado con el aparato de gobierno federal y, en más de 120 ocasiones, se ha referido en contra de Antorcha desde la máxima tribuna del Gobierno que en campaña prometió respetar la diversidad de expresiones políticas y de ideologías.
Por otra parte, las tareas que se propuso Antorcha son las de alfabetizar, educar y politizar al pueblo para evitar que sea fácilmente manipulado y engañado. Sostengo que urge que la gente sea analítica, crítica y propositiva ante el actuar gubernamental y los problemas que le compete resolver.
El presidente López Obrador dice que el origen de los problemas es la corrupción, por lo que, desde campaña, se enfocó en acusar a todos los políticos y Gobiernos del pasado, así como a los de la reciente oposición, pero todo ha empeorado en los cuatro años de transformación.
Los antorchistas sostenemos que la causa profunda de la pobreza es la mala distribución de la riqueza social. Derivado de eso, nos hemos mantenido al lado de los trabajadores, explicándoles esta verdad para convencerlos de organizarse y dar la lucha ante la explotación desmedida y el miserable salario pagado por su fuerza de trabajo.
Claudia Sheinbaum ya es la presidenta electa y gobernará los próximos seis años. Afirma que dará continuidad a los programas monetarios de AMLO, que forman parte de la estructura electoral que la llevó al triunfo al controlar a más de 28 millones de mexicanos, que también sufrieron amenazas para quitarles los programas si no votaban por ella.
Los programas del bienestar tienen controlados a los mexicanos empobrecidos, que han renunciado a las obras comunitarias que generan desarrollo regional. Por eso debemos analizar la realidad política del país.
Nosotros no debemos ser cómplices de los excesos de Morena; al contrario, debemos denunciar que, a cambio de las becas, el país se va a pique por el desempleo, la pobreza y la inseguridad, aunque se afirme lo contrario.
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