MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

No basta el combate a la corrupción para sacar a México

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El sureste mexicano encabeza los sitios con mayor nivel de pobreza laboral, especialmente los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. La pobreza laboral refleja a la población mexicana que con su ingreso mensual no puede comprar la canasta básica de alimentos.

La pobreza laboral es una situación en la que el ingreso laboral de un hogar no es suficiente para alimentar a todos sus miembros.

Lamentablemente los que más sufrieron está inflación fueron la clase media baja y baja, quienes al quedar sin trabajo o con apenas la mitad del salario percibido, al no contar con ingresos o ahorros suficientes se ven privados de poder adquirir los productos para solventar la alimentación de sus familias o los gastos más indispensables.

Se trata de un escenario de bajo crecimiento económico y alta inflación, en pocas palabras no se impulsa la actividad económica del país y los precios siguen aumentando, generando pérdidas y más pérdidas que a todos los ciudadanos nos afectan y nos seguirán afectando, principalmente en los bolsillos, esto más que un golpe a los bolsillos de los ciudadanos, es un golpe al bienestar de las familias mexicanas, el país se desmorona y el presidente continúa con sus proyectos caprichosos como la refinería de dos bocas, el tren maya, el aeropuerto de santa Lucía. Ya no hablemos de la cancelación del aeropuerto en Texcoco que resultó no solo una mala idea, sino un fuerte golpe a la economía nacional, no queda más que agregar que como en su momento lo dijo antorcha; AMLO no tiene claridad para ser un líder que necesita el país, capaz de tomar las decisiones adecuadas en el momento correcto, "Primeros los pobres" decía y ahora sí son, pero los primeros afectados ante su ineptitud; el presidente aseguró que habría empleos bien pagados para los indígenas y que no tendrían que abandonar sus comunidades, miles de ellos confiaron en su palabra. Pero ahora la realidad les ha abierto los ojos, como lo evidencia la migración laboral hacia el norte del país, cuyas cifras crecen. Esta situación se ha agudizado con la pandemia de Covid-19. Como ocurrió con otros grupos pobres, el gobierno de AMLO les negó apoyos emergentes. En el caso de los indígenas, sobre todo de Oaxaca, Puebla y Guerrero, familias completas se han visto obligadas a buscar trabajo en campos agrícolas del norte del país.

¿Acaso Bastó el combate a la corrupción para sacar a México del hoyo en que se encuentra? La respuesta es más que evidente, la pobreza está al alza, este crecimiento de la pobreza en México se debe a la política de austeridad, a la falta de apoyos dirigidos específicamente a los que más lo necesitan, entre ellas las clases medias afectadas con la pérdida de ingresos, así como el manejo errático y desinformado de la economía entre las causas del incremento en las cifras de pobres en México y más aún, a los pobres que se han quedado sin empleo.

El gobierno mexicano dejó en el desamparo a la mayor parte de la población y no se le puede achacar a la pandemia. Los primeros golpeados han sido los pobres y seguirán siendo los mismos, en tanto sigan las políticas de la 4T.

Otra prueba más del crecimiento acelerado de la pobreza es la poca capacidad adquisitiva de los mexicanos. En este sentido la revista Proceso destaca el valor de la canasta alimentaria debajo de la cual se considera a una persona en pobreza extrema el cual subió a un 5.5 % en el entorno rural y un 5.3 en el urbano, para alcanzar mil 360 pesos y mil 778 pesos mensuales por persona, es decir la pobreza avanza inconteniblemente bajo el régimen de la 4T.

Las políticas de López Obrador fracasan, no por las necesidades que las motivan ni por los objetivos que persiguen, sino porque no sabe bien cómo beneficiar a unos a costa de restarle bienestar a otros. Esto, junto con el propósito básico que las orienta (el combate a la corrupción), lo lleva a tomar medidas que no benefician a nadie, o, lo que es lo mismo, que perjudican a todos.

Regresa la interrogante, ¿acaso bastó el combate a la corrupción? Claro que no, porque el remedio está a la vista: reparto equitativo de la renta nacional; la redistribución de la riqueza social, haciendo funcionar correctamente la productividad. No lucha anticorrupción, que eso es solamente estar luchando contra molinos de viento.

Cuando hay que explicar esto, nos vemos en desventaja frente a la “explicación fácilmente entendible” de AMLO por el espíritu práctico de las masas, justificando que todo lo malo fue por la corrupción. Pero a pesar de eso, la verdad está de nuestro lado y se la debemos decir a la gente ahora, aunque no nos crea. Ya van 3 años y la situación va empeorando, al final de este sexenio, la vida le habrá enseñado que el combate a la corrupción solo trae más pobreza y desigualdad para ella, porque la corrupción no es la causa del problema, sino una consecuencia más de este sistema económico. Y entonces verá clara como la luz la verdad que ahora se le hace difícil captar. Ese será el momento de iniciar un nuevo rumbo, mejor para todos.

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