El manejo de un puesto como autoridad pública es una encomienda y a quien le toca ejercerla debe hacerlo con una visión de ayudar, con la correcta ejecución de obras y servicios que beneficien a la ciudadanía en general, así se debe corresponder a la confianza otorgada de administrar los recursos del pueblo, eso es lo ideal, pero casi siempre ocurre lo contrario, claro ejemplo es el actual gobierno de Morena.
Afortunadamente el estado de Quintana Roo no es gobernado por el partido del presidente y no por ello se puede decir que las cosas van bien, aunque una cosa sí es evidente es que en los municipios donde Morena se logró posicionar, con "máxima aceptación&rdquo, las cosas cada vez van de mal en peor pues sus acciones dejan ver los verdaderos propósitos de quienes ahí militan o se dicen simpatizantes del partido morenista.
En el municipio de Benito Juárez, donde la cabeza de gobierno es Mara Lezama Espinoza, ex locutora de un programa de denuncias, irónico, que logró la aceptación de la gente, los problemas se agravan, cada vez hay menos empleo, la inseguridad aumenta, no hay servicios públicos en las colonias y los poblados están abandonados; son problemas que la alcaldesa y el Cabildo municipal parecen desconocer o simplemente ignoran y prefieren priorizar el resaltar la imagen de su partido con sus prospectos a candidatos para las próximas elecciones.
El caso del municipio Solidaridad es muy parecido, ahí a Laura Beristaín, desde asumió el cargo de edil municipal, se le ha criticado por su forma de gobierno y no es para menos pues los índices delictivos han aumentado a tal grado de liderar en este aspecto en el Estado.
No se gestionan ni ponen en marcha proyectos significativos para la comunidad y mucho menos se ha priorizado en mantener y mejorar los servicios públicos que en este lugar son muy escasos y deplorables. Ah, pero al igual que en Benito Juárez la prioridad es resaltar la imagen de la presidenta y la de los próximos candidatos.
Y como tercer ejemplo de esta ingobernabilidad Morena está el caso de Othón P. Blanco donde las circunstancias se notan más incorregibles, pues aparte de la falta de visión en este municipio, su "gallo” Otoniel Segovia Martínez muestra una actitud retrograda e impositora con un cierto toque de represión, el gobierno en este lugar a manejado siempre que se guían por órdenes de sus superiores y que todo lo que hacen es en base a los decretos de López Obrador y por algo se nota de porque las cosa van tan mal, pues en el panorama nacional la situación es similar.
También es notorio los actos irregulares que se dan en la administración de Segovia Martínez y es que en este periodo se destinaron 25 millones de pesos tan solo para 14 obras públicas que hasta el día de hoy siguen en proyectos o los que se iniciaron quedaron inconclusos y ahora esperan más presupuesto para estos trabajos; pero lo que más llama la atención es que el presidente se ha negado rotundamente a aclarar estas inversiones a tal grado que varios regidores, incluso de su mismo partido, estén pidiendo que se investiguen en profundidad estas irregularidades. En este municipio por su mismo desprestigio Morena ya no es opción para proponerse como la mejor opción en las próximas contiendas electorales.
Es curioso ver que el partido que desde su campaña decía acabar con la corrupción ahora es el que se ve más envuelto en estos casos y lo peor que se pasen por alto e incluso se defiendan este tipo de circunstancias, esto solo deja una cosa a la conciencia de los mexicanos y en este caso a los quintanarroenses, de quien y porque ya no deben seguir gobernando ni en Quintana Roo y mucho menos a este país.
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