MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Más pobreza y desigualdad social con López Obrador

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La desnutrición es un problema que afecta principalmente a los niños y adolescentes, aunque no excluye, por supuesto, a los adultos mayores. El problema tiene múltiples responsables, pero el principal es el gobierno, en sus tres órdenes, pues no tiene la capacidad de respuesta a ese grave problema, por ello ocurre lo que miles viven en Quintana Roo, que penosamente ocupa el primer lugar a nivel afectación.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en su último informe 2020 ha revelado una radiografía nada halagadora y sí muy preocupante de la situación que viven miles de ciudadanos, que en gran porcentaje están inmersos en la pobreza, otros miles más que se sumaron a los nuevos pobres y 553 mil personas que carecen de una alimentación digna, lo que implica en muchas ocasiones padecer hambre como consecuencia de no poder tener alimentos, ya no se digan sanos.

Son datos muy duros pero reales, aunque el presidente de la 4T, Andrés Manuel López Obrador, no lo quiera aceptar y se niegue a reconocer porque ello implica admitir que en sus tres años de gobierno sus políticas sociales no han funcionado, que su cacaraqueado cambio para bienestar de los más necesitados han sido palabras, que sus programas no benefician a quien verdaderamente lo requiere y el resultado es lo que ha dado a conocer el Coneval, la pobreza cubre con su manto a la gran mayoría del país y asienta sus reales en Quintana Roo.

Ese informe dice que Quintana Roo ocupa el primer lugar nacional con mayor crecimiento de la población carente de una alimentación nutritiva y de calidad, que pasó de tener de 20 por ciento de su población en esta condición en 2018, a 29.4 por ciento en el 2020, y como están las cosas lo más seguro es que la tendencia vaya en aumento.

Como ya hemos señalado, ese porcentaje significa que 553 mil personas en el estado carecen de una alimentación digna, que sea nutritiva y que ayude a tener una salud digna; ese es un indicativo que esas personas padecen en algún momento, pero de manera continua serios apuros para abatir el hambre que les aqueja.

En 2018, el número de quintanarroenses sin garantía alimentaria alcanzó los 308 mil 700. De acuerdo con el Coneval, el derecho a la alimentación implica garantizar, en primer lugar, no padecer hambre, y en segundo, gozar de elementos para que las personas no padezcan enfermedades. ¿Qué lectura le podemos dar a ese informe y que Quintana Roo ocupe el primer lugar en carencia alimentaria, en pobreza y generador de nuevos pobres? En primer lugar, que no hay los esfuerzos serios ni una política de gobierno para hacer frente a este flagelo que viven los mexicanos y en especial los quintanarroenses.

Los gobiernos de López Obrador y de Carlos Joaquín González, pasando también por los municipales, han sido incapaces de liderar las acciones para frenar la desnutrición y la pobreza que hoy devela el Coneval; lo vivimos en momentos difíciles de la pandemia, cuando la población de diversas formas les pidió el auxilio, pero fueron incapaces de responder, de asistirlos, de ayudarlos en su aislamiento que fue ordenado por el propio gobierno pero que no los visitó en nada, siquiera en proporcionarles los alimentos para que no padecieran hambre.

Aun cuando ha sido el Coneval, la institución que tiene como objetivo evaluar las políticas y los programas de desarrollo social, así como medir la pobreza, de acuerdo con la Ley General de Desarrollo Social, la que informó sobre la alarmante situación de millones de mexicanos, nuestros gobernantes son incapaces de aceptar esa gris realidad y se aferran a una ilusión de un México sin problemas, sin carencias, de sólo abrazos, pero donde los muertos, por diversas causas, son cada vez más.

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