Un tema, de muchos que quedaron pendientes de resolverse en la administración de AMLO, es sin lugar a dudas el de la corrupción, que como todos vemos, en estos últimos días de su gobierno, sin rubor alguno y al ver que no pudo o no quiso combatirla, maniobra para justificar su fracaso diciendo “la única mancha es Segalmex”. Es algo parecido a aquel caso donde alguien dijo “sí robé, pero fue poquito”.
Veamos la siguiente nota de Meridiano del 25 de julio:
“Durante la conferencia matutina del 25 de julio de 2024, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que ‘la mancha que se lleva’ es el caso de corrupción de Segalmex.
El presidente admite que hay corrupción en su Gobierno y esto es importante resaltarlo, porque él dijo hace algunos meses que ya se había acabado con la corrupción, lo que significa una contradicción, una mentira.
En este sentido, el Ejecutivo declaró que ha enfrentado ‘pocos casos de traición’ durante su gobierno y que estos no han tenido efectos nocivos (…) Expresó que en política y procesos de transformación, es común enfrentarse a ‘quienes olvidan los principios y el amor al pueblo, motivados únicamente por la ambición al poder y al dinero (…) Sin embargo, AMLO admitió que por descuido y mala suerte, Segalmex se corrompió, dejando una mancha en su administración. El Ejecutivo reconoció este caso como un golpe a sus esfuerzos por eliminar la corrupción y promover la transparencia en su Gobierno. Este reconocimiento subraya la importancia de mantener la integridad en las instituciones creadas para beneficiar a la sociedad”.
Sobre esta nota de lo que dice el presidente de México sobre la corrupción es necesario decir lo siguiente:
El presidente admite que hay corrupción en su Gobierno y esto es importante resaltarlo, porque él dijo hace algunos meses que ya se había acabado con la corrupción, lo que significa una contradicción, una mentira pues, porque el mal ahí está presente.
Dice también que ha enfrentado pocos casos de traición en su Gobierno, pero todo el mundo sabe, “excepto él” tal vez, que están sobradamente documentados los casos de corrupción de Delfina Gómez, de Pío López, de Felipa, de Rocío Nahle y su gran mansión en Boca del Río, Veracruz, que hace quedar chiquito el caso de la mansión de “La Gaviota”.
Y deja a un lado, claro está, los casos de corrupción donde salen señalados los hijos del propio presidente. Como vemos, no son pocos los casos donde salta la pus de la corrupción de los impolutos de la 4T.
Me llama la atención el cinismo con que se dice “son pocos casos” de corrupción y que estos no han tenido “efectos nocivos”. O sea, que para AMLO, como ahora gobierna Morena, no hay consecuencias ni daños para el pueblo por el hecho de que se hayan robado 9 mil 500 millones de pesos.
Se reafirma que es admirador del señor de San Blas. Nada diferente de los anteriores gobernantes. Por eso no hay obras en comunidades y colonias pobres de México.
Ahora el presidente dice que en una transformación es “común”, o sea, algo frecuente, que los funcionarios se olviden de los principios y del amor al pueblo. ¡Quiubo!
¿Dónde quedó pues esa no tolerancia ante la corrupción? ¿O se exige ser implacable contra la corrupción solamente cuando administra un Gobierno diferente a la 4T?
Por último, AMLO admite que hubo corrupción por descuido y mala suerte en Segalmex, pero esto es como si quisiera tratarnos a todos como niños chiquitos.
Todos sabemos que el Gobierno tiene los mecanismos para vigilar que los recursos no se desvíen, recordemos cómo era Santiago Nieto en la UIF.
Por eso no es creíble que se diga que fue por descuido, y menos que sea por mala suerte. Evidentemente, lo que dice AMLO no tiene lógica y no se sostiene ni es creíble.
¿Cuál es el fondo de todo esto? Que el presidente quiere seguir mintiéndole al pueblo de México. Está claro para el que no cierre los ojos intencionalmente que la corrupción sigue viva y en crecimiento.
El pueblo de México debe parar las antenas y razonar que no se trata de la única mancha sino de una raya más al tigre y que lo que tanto se prometió resultó un engaño más.
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