Casi siempre que algún escritor, periodista, académico o analista escribe o publica algún escrito sobre lo mal que va el país, la piedra siempre cae en el grupo o la persona que está en el poder estatal, y no podría ser distinto debido a que su posición los obliga a demostrar un antes y un después de su mandato.
Pero a diferencia de otros sexenios, en este encontramos una barrera perniciosa hacia los testigos estadísticos y de opinión que contienen datos reales de lo que está viviendo el país, no de la gente por supuesto, pero sí desde el palacio nacional, que desde el pódium nacional y frente a todos los medios nacionales de comunicación, niega.
Esta negatividad no nos preocupa si fuera exclusiva de una persona, pues se trataría precisamente de una negatividad o resistencia a aceptar errores o contradicciones personales, pero el caso del mandatario nacional actual, con sus calificativos negativos y discriminatorios para cualquiera que se atreva a poner en duda sus palabras por sus hechos, permea lentamente en la gente que lo escucha, hace que le crean a él y aumenta su desconfianza de organismos serios como el Coneval o el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) entre otros periodistas, analistas, que demuestran en cifras la realidad de miseria y desigualdad que vive México.
A pesar de encontrar esta resistencia, la realidad es revolucionaria, y aunque se nieguen unos a aceptarla, será imposible no verla. Mencionaré algunos datos que expiden organismos nacionales imparciales: a) económica y socialmente, la cifra de personas en situación de pobreza pasó de 51.9 millones en 2018 a 55.7 millones de pobres en 2020, es decir, el 44 por ciento de la población total del país, las cifras de pobreza extrema pasaron de 8.7 a 10.8 millones de personas en esta condición, condición con la que el Coneval identifica a una persona que dispone de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana.
Esto último, de mucha relevancia, si se toma en cuenta que una de las principales carencias del sector más pobre de la sociedad es el acceso a la salud, situación que se ha agravado exponencialmente con las medidas tomadas a la ligera por parte del gabinete de la actual administración federal, quienes afectando a más de 15 millones de mexicanos erradicaron el Seguro Popular sustituyéndolo por el Insabi, sistemas de salud que resultó ser un desastre y despilfarro de recursos y que recientemente se tomó la decisión de desaparecer por los mismo que lanzaron esta iniciativa, volcando a millones de mexicanos a tener como única opción el IMSS (que pasará a llamarse IMSS-Bienestar). b) otra de las principales carencias que enfrentan los sectores más pobres de nuestra sociedad es el acceso a la educación, la cual ha sido una de las instituciones más golpeadas con este gobierno, comenzando con la erradicación de las escuelas de tiempo completo, el cual daba apoyo alimenticio a 3.6 millones de estudiantes, 70 por ciento de las cuales se encontraban en zonas indígenas y rurales y donde el 55 por ciento de los niños bajo el manto de este programa vivían en extrema pobreza.
Aunado a esto, está el ataque a las becas universitarias tanto del Conacyt como las de Elisa Acuña, lo que provocó manifestaciones universitarias a nivel nacional, la reducción en el apoyo a infraestructura escolar de nivel básico y medio superior, aun cuando las escuelas se encontraban en pésimas condiciones por el abandono que causó la pandemia y la falta de mantenimiento por parte de las autoridades.
Lo erróneo de estas políticas es respaldado por organismos internacionales como la OCDE que en un estudio titulado “Panorama de la Educación 2022”, declaró que México invierte en educación casi cuatro veces menos que los países integrantes de la OCDE (3.6 veces menos por alumno en educación primaria y 3.9 menos en nivel secundaria). Todos estos desaciertos producto de la incapacidad o desinterés de quienes dan la pauta de estas acciones ha generado que México tenga un rezago educativo mayor que al entrar la actual administración federal.
Finalmente, en materia de violencia, la tasa de feminicidios diarios pasó de 9 a 11 en este sexenio, llegando en los primeros meses de 2022 a tener hasta 20 diarios, siendo el 2021 el año con más feminicidios en la historia de México (mil 6 según datos oficiales), siendo parte de los 2 mil 747 asesinatos de mujeres que fueron catalogados como homicidios dolosos. Ese mismo año también se batieron records históricos en delitos de violación (21 mil 188 denuncias), desde diciembre del 2018 al 24 de mayo de 2023 se registran ya un total de 156 mil 136 casos de homicidios superando así los máximos históricos de administraciones pasadas (los datos son del Inegi y del Reporte Diario de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana).
Y finalmente, el 12 de abril de 2023, dos luchadores sociales, adheridos a la organización más importante y seria del país, siendo además una de la lista negra del actual mandatario, fueron cruelmente asesinados por desalmados inhumanos, a quienes no les bastó arrebatarles la vida a golpes mortales, si no que además frente a ellos, los muy faltos de cerebro, le arrebataron el alma a un niño de cinco años ahorcándolo para torturar a sus padres para después arrebatarlas a ellos. Este crimen atroz lleva, hasta el día de hoy en que escribo estas líneas, 54 días de haberse consumado y son los mismos días que el gobierno y todas las autoridades que tienen la tarea de encontrar a los culpables y aplicar la justicia, no han podido o no han querido dar con los responsables materiales e intelectuales de este triple asesinato.
Ante este crimen, el Movimiento Antorchista se ha manifestado de todas las formas posibles y ante todos los foros que existen, para exigir justicia por nuestros compañeros caídos en Guerrero. A través de cadenas humanas, difusión de volantes y en redes sociales, redacción de artículos de opinión, campañas de Twitter, marchas y eventos culturales como el que acabamos de tener en el estado de Guerrero, el pasado 6 de junio en el que conmemoramos a los mártires antorchistas, que dieron su vida en esta lucha por un país y un mundo mejor.
Como se puede observar, la política social del presidente de la república que consiste en la entrega directa de recursos económicos y en un constante e incansable rechazo a las críticas y opiniones de todo hombre o mujer que busca mejoras en el país, no está funcionando para erradicar la pobreza de la nación.
Toda política pública debe partir de un diagnóstico para identificar el problema y focalizar las acciones, para esto una evaluación eficaz es fundamental, como diría la frase del matemático Lord Kevlin, “lo que no se define, no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”.
El gobierno actual solo sirve para crear problemas sin soluciones, sus políticas clientelares sirven para ganar votos, sus mañaneras para nublar la vista y mente de los mexicanos más pobres y desinformados, su gobierno, en general, sirve para todo menos para solucionar problemas sociales. Para cambiar todo esto estamos nosotros, el pueblo, los de abajo, los que no tenemos nada que perder y tenemos mucho por ganar.
Algunos en el estado de México se dejaron llevar por la mano adinerada, pero no puede durar para siempre este mal que mata, más temprano que tarde el pueblo recuperará su dignidad, el Movimiento Antorchista se encargará de que así sea, así como también de que se aplique la justicia para nuestros caídos y los caídos del pueblo con cuya sangre están bañadas las manos de los que ponderan el poder. Como dice la poesía, el pueblo vencerá, vencerá pronto, con su ira y su amor, vencerá pronto. Quedan tan solo algunos pasos. ¡Adelante!
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