Un nuevo melodrama que no precisa de un horario estelar ni de canal televisivo exclusivo se despliega ante los mexicanos. ¿Cuántos no caerán en la trampa que se presenta bajo la forma de un pleito entre el Gobierno federal y un empresario?
El empresario ejecuta magistralmente su papel. Tiene presente que mientras más se niegue a pagar los supuestos adeudos que tiene con el fisco y mientras más se burle de Andrés Manuel, hay una parte considerable de la población que se sentirá ofendida y que dará la razón al presidente. Este apoyo se hará efectivo al momento de las votaciones que se avecinan, es decir, parece ser que esta absurda comedia está magistralmente planificada y ejecutada para mantener a los dueños de la 4T en la Presidencia y para que, de esta manera, los empresarios continúen beneficiándose, no importa si en esta representación teatral aparentan ser enemigos a la vista del respetable público.
La sumisión del titular del poder Ejecutivo es evidente; no ha contestado a Ricardo Salinas con sus bravuconadas habituales; hay un excesivo respeto cuando se dirige al empresario…
No puede ocultarse que, como empresario, Salinas Pliego se ha beneficiado, al igual que los demás ricos, con las facilidades que este gobierno les ha ofrecido. Los resultados de esas bondades se observan directamente en el aumento de su fortuna, que no ha sido la única; eso ha sucedido con todos los representantes de la oligarquía mexicana.
Sus empresas se han expandido y no sólo en nuestro país. Grupo Elektra, que ofrece servicios financieros y la comercialización masiva de productos, por ejemplo, está conformado por un conjunto de negocios como las tiendas Elektra, Salinas y Rocha, Banco Azteca, Seguros y Afore Azteca e Italika. Este grupo de negocios también se encuentra en Centro y Sudamérica.
Otro grupo de empresas está encabezado por TV Azteca, dedicada a los contenidos televisivos, dentro de las cuales se encuentran: Azteca uno, Azteca 7, ADN 40, TV Azteca Digital, que cuentan también con sucursales en Honduras y Guatemala. En telecomunicaciones, es dueño de Totalplay; en tiendas de autoservicio con la cadena Don Neto y un equipo de futbol, entre otros negocios.
Algunos medios señalan que la fortuna de Salinas Pliego en el año 2023 creció 2 mil millones de dólares. Sin embargo, otros (Bloomberg) calculan que el patrimonio de este empresario ha crecido 3 mil 10 millones de dólares entre el 1° de enero y el 26 de diciembre de 2023, por lo que se puede deducir que obtuvo un incremento de 8 millones 361 mil 111 dólares por cada uno de los días del 2023, lo que en pesos mexicanos significan 141.5 millones diarios, es decir, 348 mil 380 dólares por cada hora transcurrida.
Este crecimiento de sus negocios y de sus ganancias, de ninguna manera son una justificación para polarizar de forma real los intereses del empresario y los del señor presidente. A lo mucho, el magnate podría estar molesto porque su riqueza no crece con la rapidez que había calculado y es normal que, en el mundo empresarial, el empleador exija resultados al empleado.
La sumisión del titular del poder ejecutivo es evidente; no ha contestado con sus bravuconadas habituales; hay un excesivo respeto cuando se dirige al empresario y no sucede lo mismo cuando recrimina para descalificar e insultar a los periodistas y organizaciones sociales que no coinciden con su proyecto de Gobierno ni con el incremento de la violencia y la miseria bajo su sexenio. Ese es el verdadero significado de la expresión: "Yo espero que Ricardo entienda que esto es lo que se está haciendo, que no hay nada personal, que no hay interés de nuestra parte de perjudicar a nadie, de dañar a nadie", emitida por el señor presidente.
Se trata de una simple puesta en escena, en la que el villano tiene presente que esta actuación es su forma de arrimarle votos a este proyecto al que también ha apoyado económicamente, de tal manera que es una manera de asegurar que el próximo Gobierno estará también a su servicio.
Esta telenovela bien montada cumple con su función social, la transmisión de la ideología dominante a la población dominada y, por tanto, de la enajenación, que sustrae a los individuos de su realidad y los coloca en otra que no es la suya, que no les pertenece, olvidando sus propios problemas que les aquejan como la falta de empleo seguro, salud, la renta, educación, comida y la carencia de agua potable.
El efecto que produce entre la población una divergencia dramatizada como la que estamos señalando, es el que las personas se identifiquen con alguno de los dos contendientes ficticios, sea por una cuestión sentimental, aspecto que las telenovelas mexicanas son expertas en explotar para su beneficio, o por las aspiraciones personales.
Lo cierto es que, quienes son atrapados en esta realidad perversa, tienen la percepción de que en realidad se trata de dos contrarios, cuyos principios en uno son maquiavélicos y en el otro son nobles; se cree con toda sinceridad que hay un malo y un bueno. Lo que no se alcanza a distinguir, producto de las elevadas capacidades histriónicas de los personajes, es que en realidad no hay tal contradicción, es más, uno sirve al otro.
El resultado de esta dramatización al final de un sexenio lamentable en materia social y económica será un fortalecimiento de quien representa el papel de la víctima y esto significa que triunfe nuevamente la camarilla del señor presidente en las próximas elecciones; este triunfo, a su vez, significa otra victoria más para los empresarios.
Ese triunfo para ellos significa mantener el sometimiento de los trabajadores. De continuar los mismos en el poder, por un lado, asegura el incremento de la riqueza de los empresarios, como el caso que acabamos de exponer; por otro lado, también significa la prolongación por seis años más de todos los males sociales que rebasaron los límites a los que habían llegado los gobiernos anteriores; los asesinatos, la pobreza creciente, inseguridad, violaciones, feminicidios, deficiente atención al cuidado de la salud, mala educación, elevados índices de deserción escolar, crecimiento del empleo informal, aumento del número de personas sin seguridad social, sin agua potable ni vivienda.
Dejarse embaucar por esta ficticia enemistad será, para los pobres, prolongar por un tiempo más nuestra falta de certeza para contar con un empleo formal, con un buen salario, de contar con alimento seguro, de tener lo suficiente para cubrir las necesidades de nuestra familia y de continuar viviendo si el crimen nos encuentra a la vuelta de la esquina.
Los pobres de México debemos comenzar a organizarnos para crear un país con menos desigualdad económica, con mejores oportunidades para todos y donde los principales beneficios los obtengan los trabajadores, que son los verdaderos creadores de la riqueza.
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