Después del “inédito” apoyo popular que tuviera en las elecciones de 2018 el partido Morena, y que le permitió llegar, como “nuevo” grupo político, a gobernar México, dicho mandato está en su recta final, por ello, los resultados de la administración en distintos rubros pueden juzgarse, por ejemplo, en materia económica, de salud, empleo, desarrollo, educación, seguridad pública, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que ha sido un fracaso, pues no se creció en 3% anualmente como se prometió; no conseguimos alcanzar el sistema de salud pública como los países nórdicos; la tasa de desempleo crece constantemente y lo confirma el alto número de migración que tenemos; reprobamos en la prueba PISA; la violencia está desbordada, arrojando cifras récords de homicidios dolosos; etc., y quien dude de esto, la prueba de verdad última, es la realidad, a ella podemos acudir y nos mostrará infinidad de ejemplos. Por tanto, de dichos resultados se desprende que la bandera de “primero los pobres” sólo fue un slogan que se utilizó en provecho de los poderosos, pero en detrimento de los sectores más vulnerables, los cuales habrán de hacerle cuentas algún día.
Por ello, ante ese experimento de “transformación”, conviene estar atentos a lo que ocurre en los demás escenarios donde gobierna Morena, tal es el caso de Oaxaca, donde a diferencia de la administración federal, han transcurrido apenas quince de los setenta y dos meses que durará el sexenio. Dicha atención, a consideración del Movimiento Antorchista de Oaxaca, debe ser en la forma en que la administración de la “primavera oaxaqueña”, viene tratando los problemas que aquejan a los habitantes de la tierra de Benito Juárez y las soluciones que plantea, veamos algunos casos que ilustran.
A la llegada del gobierno tuvieron que enfrentarse al problema de la basura, es decir, no contar con un lugar seguro dónde depositar y tratar la basura que se genera en la capital y su zona conurbada y que el gobierno municipal -también morenista- no había podido resolver, pues bien, de manera intempestiva se echaron a cuesta resolver la tarea en cuarenta días, lo cual hasta hoy no se ha cumplido y se sigue en el proceso de elaboración de proyecto y con las calles de la ciudad constantemente desbordadas de basura; ante las múltiples manifestaciones sociales implementarían mecanismos “novedosos” para contrarrestar el malestar social, sin embargo, diversos eventos confirman que eso no ha funcionado, por ello, no hay semana, incluido sábado y domingo, en que no ocurra ninguna manifestación, ya no sólo en capital sino en el interior del estado; en medio de la crisis hídrica que vive el país, la “primera oaxaqueña” ha implementado la dotación de cinco mil tinacos de mil litros cada uno, para que la gente almacene el agua que le llevarán las pipas del gobierno, es decir, afronta el problema superficialmente sin invertir en proyectos serios para rehabilitar pozos o crear nuevos; y finalmente, recurriendo al “no intermediarios” del gobierno federal, se niega la atención de los grupos organizados de la sociedad civil pero sin darle solución a los problemas o necesidades legítimas que les plantean.
De esto último, podemos dar constancia los oaxaqueños organizados en el Movimiento Antorchista, que al inicio de la administración dimos nuestro voto de confianza entregando las necesidades que tienen miles de familias en el estado que por derecho propio militan dentro de nuestro movimiento, sin embargo, después de múltiples reuniones, de cumplir los requisitos y de que acudieran los beneficiados directos, no fueron atendidos y mucho menos resueltos sus planteamientos; por ello, nuestra organización acudió el pasado 27 de febrero nuevamente a refrendar las necesidades de sus agremiados, exhortando al gobierno del estado sean atendidas, pero previendo lo que pueda ocurrir hacemos un llamado a los antorchistas oaxaqueños, en primer lugar, para que nos aprestemos y estemos atentos a las convocatorias que promueva la organización para solicitar, legal y respetuosamente, la atención de nuestras demandas en las siguientes semanas; en segundo lugar, hacemos un llamado de alerta a los oaxaqueños en general, pues de seguir con formas improvisadas y poco serias para resolver los problemas, la administración de la “primavera oaxaqueña” se convertirá en una copia, de mala calidad incluso, del gobierno federal, lo cual, desafortunadamente, para Oaxaca será un retroceso más, por ello habrá que vigilar el funcionamiento de nuestros gobernantes, pero sobre todo, exigir que cumplan la ley, a eso convoca el antorchismo a los oaxaqueños de bien, a organizarse y luchar.
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