Con motivo del Día Internacional de la Mujer, conviene hacer un breve análisis de lo que ha sucedido en torno a la fecha del 8 de marzo, porque la lucha de las mujeres puede dar y ha dado frutos importantes.
El Día Internacional de la Mujer fue fruto de la iniciativa de una mujer; la ilustre y luchadora socialista Clara Zetkin, amiga de Rosa Luxemburgo que lo propuso y logró antes de la Segunda Guerra Mundial. Su bandera fue el voto de la mujer; hoy éste es una realidad en todo el mundo, pues gracias a eso la situación de la mujer es mejor que antes; pero no ha sido la solución definitiva a sus problemas como lo comprobamos en este tiempo.
La revolución rusa de octubre de 1917 culminó con la vida del zar Nicolás II y la instauración de un Gobierno provisional. Esta rebelión comenzó con una huelga y una marcha de las obreras rusas con motivo, precisamente, del Día de la Mujer; (en el calendario ruso es el 23 de febrero que equivale al 8 de marzo occidental). Donde la mujer rusa es un ejemplo de valor, pues luchó por una mejor sociedad.
Las obreras de la fábrica Cotton de Nueva York, en su lucha por reducir la jornada laboral a 10 horas y mejorar las condiciones salariales, como respuesta a su lucha, fueron brutalmente reprimidas y quemadas vivas el 8 de marzo de 1908. En México, la denuncia de los casos de feminicidio en Ciudad Juárez de 1993, marcó el precedente en la visibilización de este delito tanto en México como en el ámbito internacional. Se vive una epidemia de violencia, que tiene uno de sus ejes principales, la violencia misógina, que en sus formas extremas se concreta en el asesinato de mujeres, por el hecho de serlo.
La tasa de feminicidio en nuestro país creció de manera muy importante entre 2015 y 2018; y se ha mantenido en niveles históricos. Los peores en 2021. Hay datos alarmantes: diez asesinatos diarios, víctimas de acoso sexual.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSO) da a conocer cada mes las estadísticas de incidencia delictiva de todo el país, con base en las carpetas de investigación que reportan las fiscalías generales de los estados mexicanos. En ese reporte destaca que entre enero y agosto de 2021, la tasa de víctimas de homicidio es de 1.1 por cada 100 mil mujeres en el país. Esta tasa habrá de crecer en los próximos meses, cuando se siga acumulando, de manera lamentable, un mayor número de víctimas de este cruel delito.
En el lapso señalado, el estado con mayor tasa de víctimas de feminicidio es Quintana Roo, con 2.2; le siguen Morelos con 2.1; Sonora, 2.0; Sinaloa, 1.9; Chihuahua, 1.8; Oaxaca, 1.4, y Nuevo León, Chiapas, Jalisco, Zacatecas, San Luis Potosí y Veracruz, con una tasa de 1.2 en cada uno de ellos.
Cabe señalar que México tiene 22.8 millones de mujeres que forman parte de la Población Económicamente Activa (PEA). Existen 51.7 millones de 15 años o más de edad, según Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La economía tiene débil arranque del año; cae 0.15 por ciento, tras el desplome de 8.2 por ciento de 2020, la economía rebotó sólo 4.8 por ciento en 2021 y lo que se estima para este año no es nada alentador. De acuerdo con los resultados en el nuevo Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), se estima una variación mensual del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) con una disminución de 0.15 por ciento a la tasa mensual en el primer mes del 2022.
“Si el gobierno no hace algo espectacular a corto plazo, el sexenio estará completamente perdido en materia de crecimiento. Si como espera el mercado, la economía creciera 2.2 por ciento anual durante la segunda mitad de esta administración (2022-2024), durante el sexenio de AMLO, el Producto Interno Bruto (PIB) habrá crecido solamente 0.4 por ciento promedio anual”, indicó John Soldevilla, director de Economy, Business & Indicators (EcoBi).
México, con enorme brecha salarial: sólo el 6 por ciento de los trabajadores subordinados y remunerados en México gana más de 15 mil pesos al mes, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del segundo trimestre del 2021. Los datos muestran que, de 37 millones 816 mil 267 trabajadores remunerados, sólo dos millones 541 mil personas ganan de 3 a 5 salarios mínimos, que va desde los 11 mil pesos mensuales hasta los 18 mil pesos, correspondientes a 813 mil 326 personas, que representan sólo el dos por ciento del total de trabajadores remunerados.
Del total, ocho millones 559 mil personas ganan lo equivalente a un salario mínimo, es decir, alrededor de tres mil 690 pesos al mes; 16 millones 44 mil personas ganan lo equivalente a dos salarios mínimos, alrededor de siete mil 380 pesos al mes; 5 millones 495 mil personas ganan hasta tres salarios mínimos, es decir 11 mil pesos.
El empleo independiente, informal de bajos salarios, el rostro de la recuperación laboral, de los niveles de ocupación tras el impacto de la pandemia, ha provocado una nueva configuración del mercado de trabajo en México, con muchas más personas en condiciones precarias de empleo. Es un número mayor de personas trabajando por cuenta propia, con bajos ingresos o sin prestaciones y contratos. Lo cual representa el 57 por ciento y el 26 por ciento en el trabajo no remunerado. “No hay suficiente empleo estable y con más certidumbre en la economía”. El mercado laboral tiene un nuevo rostro que evidencia “un retorno en condiciones adversas para los trabajadores”, coinciden especialistas.
La tasa de desocupación pasó de 3.4 a 4.2 por ciento en comparación, al considerar a los inactivos aumentos en un 15.5 por ciento. Según Ana Gutiérrez, coordinadora del Comercio Exterior y de Mercado para la Competitividad (IMCO), considera que la calidad del empleo se ha deteriorado debido a la insuficiencia del mercado, según ENOE.
En México la situación se agrava, pues el 50.7 por ciento de la población son mujeres, y movida por la necesidad, tiene que dividir su tiempo para aportar a la economía familiar; o en muchos casos es jefa de familia y la carga es mucho mayor; pues es la que tiene que hacerse cargo de la canasta básica familiar; pero eso al Gobierno de la 4T que encabeza Andrés Manuel López Obrador le tiene sin cuidado, no es su prioridad resolver lo que le aqueja al sexo femenino.
Cabe recordar que cuando tomó el poder dijo con respecto a la mujer: dar atención médica de calidad, trabajo y sobre todo dar atención a víctimas de violencia y a perseguir los crímenes de odio, ser un Gobierno feminista, pero ya en la realidad ha hecho lo contrario. En el primer año de su gobierno se cancelaron 20 programas de apoyo a la mujer; canceló las estancias infantiles, el seguro popular, Prospera, apoyo a niños con cáncer, etc. Desafortunadamente podemos constatar que en nuestro país hay discriminación y un menos precio a la mujer en todos los ámbitos de la vida social, particularmente en los terrenos político y laboral; un alto definitivo a la agresión física, sexual y emocional, sin garantías para una vida sin violencia sea en el hogar, en la fábrica, la oficina o la vía pública; no hay protección rápida y eficaz contra los golpeadores, violadores y asesinos de mujeres.
Muy pocas mujeres, como todo mundo sabe, cuentan con una situación económica y social que les permita llevar una vida digna, desahogada, sin apremios y carencias de todo tipo que les impida enfrentar la problemática diaria de su familia. La inmensa mayoría, que incluyen, naturalmente y en primer lugar las madres campesinas, las obreras, o esposas de obreros, las trabajadoras o esposas de trabajadores, se debaten en una situación de miseria, de insuficiencia de recursos, desamparo social, totalmente incompatible con las protestas.
Las mujeres cuando tienen la oportunidad de protestar por la injusta situación de marginación en que se debaten, ellas cuando logran sacudirse la esclavitud de la ignorancia, de la inconciencia de clase, o las mujeres del rudo y embrutecedor trabajo doméstico, y se lanzan a conquistar mejores condiciones de vida para ellas y sus hijos, lejos de recibir el trato y consideración que merecen, lejos de ello son desoídas, maltratadas y reprimidas, y sus demandas en mejor de los casos, aplazadas para calendas griegas.
En este contraste justamente se revela, con toda claridad, la hipocresía y la manipulación del sistema en que vivimos cuando festeja el 8 de marzo: “Día Internacional de la Mujer”. ¿Por qué no se actúa coherentemente? ¿Por qué no se pone en consonancia el discurso con la realidad social de la mujer como madre, con la mujer trabajadora, campesina que lucha porque sea respetada y valorada? Porque mejor en vez de homenajes, se le da protección social, trabajo bien remunerado, educación, medios de calidad, emancipación de la esclavitud doméstica, mejores escuelas, condiciones de vida y sobre todo una vida sin violencia.
En el Movimiento Antorchista, desde su fundación, hace 48 años, la mujer se le ha respetado, protegido y tratado con equidad; porque considera a la mujer como un ente social, capaz de educarse, transformarse y sumarse a la lucha en contra de la injusticia social, la marginación y la degradación. Porque queremos un mundo mejor para todos los seres humanos.
Ante tantos atropellos, ante tanta injusticia e indiferencia de Andrés Manuel López Obrador, las mujeres que quieran una vida más digna y equitativa, hago un fraterno llamado a que se sumen con el antorchismo nacional en un frente amplio y común para luchar contra la pobreza y construyamos un país más justo y equitativo.
Subrayo el llamado del líder indiscutible del antorchismo nacional, Aquiles Córdova Morán: “mujeres de México en el corazón de los antorchistas ustedes valen tanto como los hombres, valen tanto porque son la mitad de la humanidad entera; mujeres de México, vengan a Antorcha, aquí van a hallar un lugar de mujeres dignas y libertadoras de su pueblo, vengan con nosotros”.
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