A casi cuatro meses de causar serias afectaciones a 17 municipios indígenas del Estado de Tabasco, los huracanes "Eta” y "Iota", y el número de afectados oscila arriba de los 623,000 damnificados, y para sorpresa de todos nosotros es que a pesar de haber transcurrido un lapso de tiempo considerable, el Ejecutivo federal no ha podido resolver o cuando menos intentar apoyar por la vía del hecho a los afectados en desgracia, sino que los ha dejado a su suerte, y no es de extrañarse apreciado lector, ya que esa ha sido siempre la actitud del primer mandatario y un ejemplo claro es el mal manejo de la covid-19 donde su actuar ha sido de forma similar, sin preocupación alguna y como consecuencia ha arrojado hasta la fecha 162,922 muertes y 1,899,820 casos de contagiados, lo que nos coloca en el deshonroso tercer lugar a nivel mundial, y aún la ayuda no se visualiza por ningún lado de parte del primer mandatario, solamente almas sensibles, conscientes, comprometidos con su filosofía de ayudar a los más desvalidos y menesterosos como dijo el célebre Miguel de Cervantes Saavedra en su inmortal obra cumbre "Don Quijote de la Mancha", han salido a solicitar apoyos, en diferentes estados de la República mexicana, sin importar el hambre, la sed o la calor que agobia el cuerpo, pero con la firme convicción y propósito de ayudar a sus semejantes, motivo por el cual se colocaron centros de acopio por el Movimiento Antorchista en Oaxaca, Puebla, Veracruz, Guerrero, Estado de México, Tlaxcala entre otros, recolectando 200 toneladas entre víveres, ropas, agua embotellada que se enviaron a miles de damnificados en Tabasco, otros países y organizaciones que también se sumaron a esta titánica labor, a pesar de ello aún falta mucho por hacer en Tabasco, la ayuda no ha sido suficiente y los afectados demandan más alimentos, medicinas, desazolve de sus casas, saneamiento, obras de infraestructura etc., por tanto se le exige al Gobierno federal y estatal, realicen un plan estratégico para resolver esta necesidad apremiante que hoy aqueja a miles de familias tabasqueñas, debido a que el problema de la inundación y la necesidad de ayuda en Tabasco existe independientemente que el presidente de la República o el gobernador de ese estado, quieran o no admitirlo, ésa es la realidad objetiva. Los afectados de Tabasco como entes cognoscentes, ante la falta de apoyos de los ya mencionadas autoridades responsables a nivel nacional, estatal y empujados por la necesidad se han opuesto a seguir viviendo en tan deplorable situación, y se empieza a mostrar descontento, malestar e indignación de las familias, que al no sentirse apoyadas y respaldadas por el presidente en turno, iniciaran con un plan de lucha para ser escuchados, atendidos y resueltos los planteamientos de obras sociales de gran envergadura que termine de una vez por todas con el temor e incertidumbre de los tabasqueños que año con año son víctimas frecuentes de inundaciones, ante esta situación los propios afectados en coordinación con los antorchistas de ese estado trabajaron en conjunto para recibir los apoyos que la población llevo a los diversos centros de acopio, de todo esto, la lección que han aprendido los afectados de toda esta negligencia de la autoridad federal y estatal por los casi nulos apoyos que han obtenido por esa vía, es que con el transcurso de los días observan que solo el pueblo organizado es el único capaz de apoyar en el momento que realmente se le necesita, por tanto, la solidaridad fraterna y la unidad juegan un papel fundamental para resolver cualquier problema que se presente por muy complejo que éste sea, quedando demostrado históricamente una vez más, que para poder sobrevivir es necesaria una organización fuerte de individuos decididos a transformar su entorno social en beneficio de las mayorías, razón por la cual urge formar un frente común, que realmente se preocupe por deshacer agravios, enderezar entuertos y que le dispute el poder político a Morena quienes no representan los intereses del pueblo pobre, noble y trabajador de nuestra patria. Como prueba fehaciente de lo que digo sólo basta mencionar dos de ellas: el caso de la covid-19 y recientemente la tragedia en Tabasco. Si existe la duda, entonces habría que preguntarle a los enfermos y damnificados para ver qué opinan al respecto. Vale.
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