Actualmente, en el olimpo político de las Cámaras Legislativas y de Palacio Nacional cada día retumba con mayor insistencia la remota y espeluznante idea de una posible cancelación de las elecciones que se llevarían a cabo el próximo julio de 2021. El argumento oficial para dicha cancelación sería que la crisis de salud se agravará a tal grado que no hubiera condiciones sanitarias para su realización. Indiscutiblemente esta cancelación sería evidentemente un perfecto pretexto "como anillo al dedo” para Morena, pues perpetuaría su poder por un plazo más, sobre todo si las tendencias políticas de la sociedad para esas fechas no favorecieran al partido del primer mandatario.
Antes habría que saber si ¿el presidente será capaz de tomar esa decisión de tan grande envergadura? a pesar de que, en la historia reciente de nuestro país, no existe registro alguno sobre ello. En definitiva, no sería sorpresa alguna que "al grito de: si yo nos la gano no las gana nadie", el presidente sería capaz de eso y más. Sólo recordemos incluyendo su conducta altamente insensible ante los 159,533 mexicanos muertos por covid-19 (oficiales). Asimismo, habría que hacernos claridad de si en verdad existirán las condiciones políticas, económicas y de descontento social, que orillen al gobierno a tomar una determinación de ese calado.
Para empezar, por si o por no, López Obrador cuenta con el apoyo de facto y el respaldo incondicional del Ejército Nacional, que como sabemos, lo ha venido sobre protegiendo, lo consiente y le solapa con toda impunidad los delitos nacionales y extranjeros que han cometido sus miembros so pena de generar conflictos de nivel internacional con el Gobierno de Estados Unidos, con el caso de General Cienfuegos. Pero, sobre todo y lo más importante, es que el primer mandatario ha venido empoderando al Ejercito a tal grado que, hoy en los hechos el presidente gobierna junto con él; es decir, les ha creado grandes intereses de poder político y económico que muy dífilamente estarán dispuestos a ceder y mucho menos a perder, por ello sabemos perfectamente el que los de verde olivo están y estarán dispuestos a actuar y defender a costa de lo que sea esos intereses y los de su presidente.
Aunque aparentemente en la actualidad se nos ha hecho creer que del primer mandatario cuenta con un elevado apoyo popular, la verdad es que, en términos generales, esa popularidad ha venido en picada, la sociedad cada día esta menos dispuesta a creerle y mucho menos apoyar su política, sobre todo por los nefastos y criminales resultados. Peor aún, el arrastre político que pudiera aún tener el presidente, es sólo personal, no así de su partido y, mucho menos, de sus líderes e integrantes locales en los estados y en los municipios que son quienes contenderán en las elecciones, recordemos que muchos de ellos llegaron al poder por el Tsunami obradorista, y no por méritos propios. A la gran mayoría ni siquiera los conocían. Estando así las cosas, el panorama político se torna peligroso para los morenistas.
¿Cómo está la sociedad? Nos mintieron en el proceso de crecimiento de la pandemia, se nos dijo que ya estaba domada, que ya habíamos llegamos al pico, que no iba a ver tantos muertos (cuando mucho 60,000) que el virus no es tan letal, que había que salir y abrazarse, que la raza de bronce resistirá, etc. Y hoy nuevamente en el proceso de vacunación nos vuelven a mentir, dosis que dice que hay y que alcanzarán y en la realidad vemos escasez, la segunda fase de dosis contratada con Pfizer fue recortada por mitad, debido a intereses ambiciosamente comerciales de la farmacéutica y no por un proceso de humanidad para con los países más pobres, como se dijo. En el proceso de vacunación reina la anarquía, las preferencias abusivas ventajosas, el "agandalle” personal y político de los responsables, las brigadas de vacunación se han convertido en cínicas y evidentes brigadas de promoción de voto para Morena.
El virus es igual para todo el mundo, lo que hace la diferencia entre los países es que cada gobierno y cada sociedad han dado un manejo diferente al problema, unos con gran éxito y otros con un pésimo y desastroso resultado, como es el caso de Estados Unidos, Brasil, India y México. La estrategia del manejo de la pandemia y del proceso de vacunación en México se han tornado en un rotundo fracaso; sin embargo, una parte de la sociedad considera que estos errores no son devenidos por el pésimo actuar del presidente y su gobierno, puesto que sus medios aliados y el propio gobierno, nos ha vendido la idea que los únicos responsables son los anteriores y corruptos gobiernos del PRI y el PAN, incluso el presidente, a fin de no chocar con la sociedad, ha sido muy cauteloso en no responsabilizar al pueblo de nada, al contrario, lo ha calificado como el pueblo sabio inteligente y bueno; ha sabido manejar mediáticamente a los mexicanos, en el sentido de aparecer a través de las mañaneras como el mayor y el más interesado en los problemas nacionales, conmueve al pueblo, cuando al aparentar ser un presidente sencillo y popular, que hasta se ha llegado a contagiar de covid, como muchos mexicanos. El baño de pueblo que se ha querido dar con la supuesta condición de contagio, está pensada y diseñada para fortalecer su presencia y su calidad política ante la nación. Nos han hecho creer que el agravamiento de la pandemia no es responsabilidad del gobierno y que lejos de criticarlo hay que ser solidarios, unidos con él y aquel que no lo sea, estará en contra de los intereses de la nación.
"La crisis se dio porque la pandemia está en todo el mundo” se pretende convencer de ello al pueblo, si algún familiar fallece, es porque tendrá que irremediablemente ser así, nos quieren hacer pensar que innegablemente así tendrá que ser, hágase lo que se haga, y dígase lo que se diga. Su muerte -dicen- es responsabilidad particular del fallecido o de algún familiar cercano que lo contagio por negligente y descuidado, o por el PRIAN, que nos dejó a lo largo de muchos años un sistema de salud corrupto, pésimo e inoperante o por una infinidad de circunstancias adversas, pero nunca jamás será responsabilidad del actual gobierno. A toda costa han evitado que la sociedad conozca y se convenza que había otras formas y estrategias de manejar la pandemia mucho más efectivas, se esconde la información de la estrategia de países como Japón, China, Corea, es esta la gran mentira que han impuesto a los mexicanos.
El Estado de forma grosera e impune ha renunciado a su responsabilidad de aceptar su culpa, por no haber comprado vacunas y medicinas a tiempo y equipo suficiente, por no haber implementado una estrategia adecuada y efectiva, que hubiera evitado tanto sufrimiento y dolor a miles de familias por la muerte de sus seres queridos.
Además, de manera por demás evidente, prioriza el mantenimiento de su popularidad y la imagen política de su gobierno sobre los intereses de la población, esto explica por qué se empeña en convertir las brigadas de vacunación, en brigadas de promoción de voto, al incorporar a los Ciervos de la Nación (que no son más que activistas de morena) en el proceso de vacunación, explica también su necia e insidiosa intención de "vigilar de cerca” y personalmente el proceso electoral y su oposición a la suspensión de las mañanera durante el proceso de campaña.
Aunque de dientes para afuera aparenta una completa seguridad política, el presidente acepta para sus adentros el gran peligro y le preocupa su condición y la de su partido. Sabe perfectamente el gran riesgo político que le acecha, se da cuenta que su imagen mesiánica y "endiosada” se está desvalorando poco a poco, sabe que las cosas se están moviendo con mucha rapidez y muchas de las veces en contra suya, que la oposición unida ya está poco a poco tomando fuerza, de tal manera que es imposible hacer hoy una predicción confiada, segura de sí y mucho menos tranquilizadora. Por tanto, es casi seguro que en caso de incendio y de verdadera alarma política, no dudara en lo absoluto hacer uso de la alternativa de la cancelación de las elecciones...
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