Muchas veces se ha dicho y se ha pregonado hasta el cansancio que los jóvenes son el futuro de México; una idea que encierra mucha verdad, pero que desafortunadamente ha sido utilizada como eslogan de políticos cuyo único interés es ocupar algún cargo público y quienes fingen interesarse en este sector solo en periodos electorales.
Desde que inició la pandemia, las primeras instalaciones en cerrar fueron las escuelas, lo que dejó vacías millones de sillas y aulas a lo largo del país, obligando a los profesores, estudiantes y padres de familia a adaptarse a una nueva forma de educación cuya base primordial resultó ser la tecnología y el internet, a la que no todos tienen la facilidad de acceder. En México, tan sólo el 44.3 por ciento de los hogares cuentan con una computadora y sólo el 56.4 tienen acceso a internet.
El difícil acceso a una educación virtual provocó que tan sólo del nivel básico; es decir, preescolar, primaria y secundaria, desertara el 10 por ciento de la matrícula, lo que equivale a 2 millones 525 mil alumnos; además en el nivel universitario fueron más de 305 mil los que abandonaron su educación, todo esto sin tomar en cuenta a los 800 mil alumnos de secundaria que ya no transitaron al nivel bachillerato; un grave panorama en el sector que se encarga de formar al futuro de nuestro país.
Alguna vez leí que la costumbre es mala consejera, y creo que es cierto, pues para millones de mexicanos ya no es novedad ver a niños y jóvenes vendiendo en los semáforos o trabajando en centrales de abasto como cargadores de mercancía, para poder aportar una pequeña cantidad de dinero a la economía familiar; aquí en esta patria nuestra, ese esto es un fenómeno común; quienes deberían estar en las aulas, o en este caso en casa, aprendiendo y preparándose, ahora están en las calles, sin infancia, y sin esperanza en el futuro.
El gobierno de Morena, que encabeza Andrés Manuel López Obrador, nada ha hecho tampoco por mejorar la situación en la que nos encontramos en este sentido, al igual que en sectores como la salud, la ciencia, la tecnología, el arte, el deporte y otros más, que se encuentra también en total abandono, con recortes cada vez más severos como los que ha hecho ya práctica común este gobierno.
En el área de los docentes, la situación no es mejor, pues aproximadamente el 60 por ciento de ellos no cuenta con condiciones para la práctica de la enseñanza digital, lo que hace que le sea también difícil impartir una clase de forma que los alumnos puedan entenderla y aprenderla.
A este panorama hay que agregar los datos de las escuelas en localidades rurales, a las que poca atención se ha dado y donde existen 7 millones de alumnos, el 26.5 por ciento del estudiantado nacional, en 188 mil localidades; una característica de estas instituciones es que tienen aproximadamente entre seis y nueve alumnos por grado, lo que ocasiona que se generen las escuelas multigrado, donde los docentes atienden a alumnos de diferentes grados en un solo grupo.
En estas circunstancias y partiendo también de las crisis económica y de salud por la que atravesamos, difícilmente las familias lograrán tener las condiciones necesarias para mejorar y adaptarse a esta nueva forma de educación, por lo que, como adelantábamos, se ha desatado la deserción escolar.
Poco o nada se ha hecho por parte del gobierno de Morena para resolver esta problemática; las escuelas, que fueron las primeras en cerrar sus puertas, serán también las últimas en volver a abrirlas, y de donde salieron millones de niños y jóvenes un día, para ya no volver en los siguientes meses por la pandemia, de todos el miles no volverán a ocupar sus butacas; urge, al igual que en los otros sectores, que el mandatario nacional asuma su responsabilidad, que presente y aplique un verdadero proyecto de nación. Lamentablemente, a pesar de nuestros deseos de que esto se haga, los hechos muestran que no lo hará, y que el pueblo quedará condenado a seguir esperando la atención gubernamental a sus necesidades... hasta que aprenda a reclamarlas convertido en una fuerza que imponga respeto: organizado y consciente; entonces sí habrá soluciones. Seguro.
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