Uno mi grito al de más de dos millones de antorchistas que exigimos castigo para los autores materiales e intelectuales del atroz crimen cometido contra nuestros compañeros Conrado, Mercedes y su pequeño hijo, ocurrido en Guerrero, el pasado 12 de abril. Como dijo el poeta y político chileno, Pablo Neruda en su poema “Los enemigos” y del cual les comparto un fragmento:
Por esos muertos, nuestros muertos, pido castigo.
Por los que de sangre salpicaron la patria, pido castigo.
Para el verdugo que mandó esta muerte, pido castigo.
Para el que dio la orden de agonía, pido castigo.
Para los que defendieron este crimen, pido castigo….
Conra y Meche eran dos jóvenes luchadores sociales y su hijo, que aún no llegaba a los seis años, quienes buscaban un mundo mejor, no sólo para su hijo y su familia más cercana, sino para todos los mexicanos más desprotegidos del país. Prueba de ello es que, a pesar de ser originarios de otro estado, al momento de su fallecimiento luchaban, hombro con hombro, con los guerrerenses más pobres, los cuales los respetaban y querían por la labor diaria que hacían en pueblos y colonias beneficiando con su gestión y educando a miles de pobladores, pues desde su época estudiantil abrazaron los ideales de lucha y justicia para el pueblo al que ellos pertenecían y pusieron al servicio de esta causa sus conocimientos (que no eran pocos), ¡cuántos en su lugar prefieren vivir de lo que saben en lugar de ponerlos al servicio del pueblo!
Estos eran nuestros hermanos de lucha para quienes exigimos justicia, pues lejos de hacer el mal a alguien, dedicaron su vida a hacer el bien y no estamos dispuesto a que se archive su expediente y se empolve el caso como otros miles que quedan sin justicia en nuestro país, no permitiremos la deshumanización de la gente a tal grado que veamos como algo normal el derramamiento de sangre a lo largo y ancho del territorio donde ya se suman más de 150 mil víctimas por asesinato doloso y menos, dejaremos en el olvido el crimen de auténticos luchadores sociales, pues ha pasado más de un mes y no existe ni el mínimo indicio de que se esté trabajando seriamente en el caso, esto nos ha dado razones para iniciar un plan de movilizaciones, en días pasados en Chilpancingo y con los antorchistas de aquel estado, pero que no parará ahí, pues dado que la respuesta es nula, iremos escalando en cantidad hasta donde sea necesario para obtener justicia; es por eso que los antorchistas michoacanos como los de todo el país, sólo estamos en espera de la convocatoria de la organización para acudir a donde se nos indique y con el contingente que se nos programe.
Desde aquí, exigimos a las autoridades políticas del estado de Guerrero, no porque desconozcamos que la fiscalía es la que debe resolver, sino porque si verdaderamente están interesados en disminuir los índices de violencia y no solo es eslogan de campaña, debe verse su auténtica preocupación y actuación dando indicaciones y facilidades a los organismos estatales correspondientes.
Deseo fervientemente contar en esta lucha con la simpatía de la ciudadanía que ha sido también afectada y por los que sin tener familiares asesinados comprendan lo grave de la situación y se unan a nuestra justa exigencia. Quien se atreva a atentar contra un antorchista, debe esperar la respuesta colectiva.
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