Las cifras son alarmantes y todos los días millones de mexicanos tratamos de sobrevivir a un ambiente marcado por la violencia.
En el Informe “Homicidios en México, cifras diarias e históricas”, actualizado hasta el 1 de marzo de 2024, la empresa TResearch indicó que en la reciente administración federal suman ya 180 mil 609 homicidios, con un promedio diario de 95 personas asesinadas, o sea una persona cada 15 minutos es privada de su vida.
En medio de esta ola de violencia que está afectando incluso a mexicanos trabajadores, amas de casa y hasta niños, fallecieron hace un año nuestros compañeros antorchistas: dos jóvenes luchadores sociales y su pequeño hijo de 6 años, en el estado de Guerrero a manos de criminales, que sin tentarse el corazón los mataron.
Los antorchistas siempre nos hemos dirigido con respeto a las autoridades, sin embargo, este mutismo por parte de estas mismas autoridades es una falta de respeto hacia todo el antorchismo nacional.
Conrado, Mercedes y su hijo fueron encontrados sin vida el 12 de abril en su carro en una barranca de la carretera México-Acapulco, muy cerca de Chilpancingo, la capital de este estado. Los reportes forenses arrojaron que Conrado y Meche fueron asesinados a golpes y al pequeño Vladimir, lo asfixiaron. ¿Qué clase de bestia pudo realizar este brutal crimen? ¿Qué clase de ser humano es capaz de privar de su vida a seres inocentes, que lo único que habían hecho es organizar a las masas más pobres?
Ellos eran seres buenos, como muchos activistas que militamos en las filas del Movimiento Antorchista, que nos hemos dado a la tarea de descender hasta donde está la gente más humilde para llevarle un hálito de esperanza en que es posible y necesario crear un mundo mejor y más justo para todos, pero sobre todo hacerles conciencia que para lograrlo debemos trabajar en conjunto, debemos esforzarnos y luchar por él. Hacerles conciencia a los más desprotegidos de nuestro país de sus derechos, para que los conozcan y exijan su cabal cumplimiento.
Eso eran Conrado y Meche, activistas comprometidos con esta causa justa, que desde muy temprana edad entregaron su inteligencia y su tiempo a esta labor tan genuina de sacar de su ignorancia y pobreza a miles de campesinos y obreros, que tienen que tronarse los dedos todos los días porque no saben qué comerán mañana.
Conrado y Meche eran luz en medio de tanta oscuridad, y como lo mencionó con gran emotividad una joven estudiante, hace un año, en un evento que realizamos en Guerrero para exigir justicia por este atroz crimen: eran ruiseñores y es un crimen matar a un ruiseñor.
Hace un año cientos de antorchistas acudimos a exigir justicia en la conferencia mañanera para nuestros compañeros asesinados, exigir que las bestias asesinas sean encarceladas. Como resultado de esta movilización, una comisión de nuestros compañeros fue atendida por la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, quien se comprometió a actuar para que este crimen no quedara impune y se castigara con cárcel a los verdugos de nuestros compañeros.
Posteriormente, el 29 de mayo de este mismo año, otra comisión de antorchistas se reunió con la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado y la fiscal general del estado, Sandra Luz Valdovinos, también aquí, los funcionarios en cuestión ofrecieron su apoyo para dar con los asesinos para ser castigados.
Un año ha pasado después del crimen de Conrado, Meche y Vladimir y no hay nada, sólo el silencio de las autoridades. Esto es una muestra muy clara de la impunidad que reina en nuestro país y de que no se están atendiendo con celeridad los reclamos de ciudadanos ofendidos.
Los antorchistas siempre nos hemos dirigido con respeto a las autoridades, sin embargo, este mutismo por parte de estas mismas autoridades es una falta de respeto hacia todo el antorchismo nacional.
Este 12 de abril se cumple un año de que nuestros compañeros fueron encontrados en condiciones trágicas. México está sumido en un baño de sangre, México sufre por todos sus hijos que han sido asesinados.
Los mexicanos debemos levantar la voz porque están matando a nuestros hermanos, a nuestros padres, a nuestros hijos. Debemos acabar con este clima de terror y muerte en la que ha sumido a nuestro país la estrategia de abrazos no balazos, impuesta por el gobierno actual.
El viernes 12 de abril acudimos cientos de antorchistas a manifestar nuestro repudio por la ola de asesinatos que se vive en el país y por la ola de violencia que el gobierno actual, con su ineptitud, ha desatado; el domingo 14 de abril realizaremos una concentración masiva en Guerrero para exigir justicia.
Exigimos justicia porque ningún crimen debe quedar impune. Exijamos juntos hoy, mañana puede ser demasiado tarde.
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