A finales de cada año la clase política mexicana acostumbra realizar la celebración de eventos multitudinarios con el fin de mostrar los resultados de las administraciones municipales o los cargos públicos que ostentan. En este sentido, en el oriente del Estado de México, los alcaldes de Chimalhuacán, Ixtapaluca, La Paz, Nezahualcóyotl, Texcoco y Chicoloapan, entre otros, han hecho lo propio; sin embargo, se percibe el disgusto de la sociedad por el desencanto de lo hecho por los gobiernos morenistas en los municipios mencionados.
La crisis gubernamental que viven los municipios de Chimalhuacán e Ixtapaluca por la creciente inseguridad que mantiene asolada a la población, la falta de la distribución del abasto de agua potable, el maltrato animal por parte de funcionarios municipales, la represión a protestas públicas, la imposición a pueblos de usos y costumbres, la nula inversión en mantenimiento o renovación de la obra pública como se demostró con la caída del puente peatonal en Chimalhuacán, y otros hechos, se han convertido en escándalos a nivel estatal y nacional, los cuales han evidenciado el mal manejo de dichas administraciones por parte de Xóchitl Flores Jiménez y Felipe Arvizu.
Contrario a esto, la administración municipal de Los Reyes La Paz, de la priista Cristina González Cruz, se ha mantenido en bajo perfil de polémicas y escándalos, ha logrado conciliar y trabajar en equipo con grupos sociales importantes y numerosos como lo es Antorcha, para mejorar la calidad de vida de los habitantes de colonias del municipio, de igual forma generando programas de servicios de salud para la población. Sin embargo, cuenta con una oposición como lo es la senadora Martha Guerrero, de Morena, quien posiblemente podría dar la batalla para las próximas elecciones del 2024, pero que no ha hecho gran cosa en beneficio de la gente durante sus cinco años de funciones, poco conocen sus pírricas gestiones y estuvo más ocupada como operadora de la anterior elección estatal, por lo que González Cruz deberá armar una gran estrategia para continuar en la punta de la popularidad en las encuestas de la localidad.
En los casos de Texcoco y Chicoloapan, lugares donde los alcaldes son hegemónicamente elegidos por el manto del senador Higinio Martínez Miranda (quien por cierto regresó hace unos días a su curul por no entenderse con la gobernadora Delfina Gómez), son administrados por las presidentas Sandra Luz Falcon y Nancy Gómez Vargas –de Texcoco y Chicoloapan, respectivamente– que si bien cuentan con cierto apoyo de la población gracias a los programas federales. La realidad es que la falta de obra pública pluvial e hidráulica está a la vista por las recientes lluvias que han colapsado los drenajes de gran parte de las colonias urbanas del centro de los municipios, o sea que no cumplieron con sus promesas de renovarlos. Además, en el caso de Chicoloapan la inseguridad es el pan de cada día que viven los comerciantes y los choferes del transporte público que han sido extorsionados por parte de grupos delincuenciales vinculados al hermano de la misma presidenta municipal.
El 2024 está a la vuelta de la esquina, por lo que la población deberá evaluar los resultados de los mandatarios locales, y reflexionar la decisión de quién gobernará los municipios mencionados contrastando con justicia sus resultados en tres años o seis años de gobierno, según sea el caso, pues veo que muchos personajes ya andan promocionándose, pero nunca hicieron nada y ni harán. Si bien los programas federales son apoyos que coadyuban a mejorar la economía de las familias beneficiadas, de ninguna manera deberían ser usados para coaccionar la voluntad de la gente a favor de algún partido político.
En este aspecto, como ciudadanos debemos poner en la balanza el futuro de nuestra nación que se ve cada vez más amenazada por un gobierno de Morena con rasgos totalitarios y de dictadura al querer controlar los tres poderes de la unión a como dé lugar. Por eso, elijamos inteligentemente a los diputados y alcaldes en las elecciones que se aproximan, no nos dejemos apabullar con el dinero de los programas porque son un derecho constitucional y proviene de los impuestos de todos los mexicanos, y, dicho sea de paso: son un coctel para una bomba de tiempo, estamos en vísperas de una crisis económica peor que la de los años 90´s. No hay presupuesto suficiente destinado a renovar obras de mejoramiento urbano pues lo que existe ya se está cayendo y los servicios de los ayuntamientos son pésimos, por eso los informes de los alcaldes del oriente mexiquense de morena están llenos de demagogia y aunque sus voceros afirmen que según van muy bien, todos vemos sus evidentes malos resultados. Ya veremos qué pasa, al tiempo.
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