MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Impuestos ahorcan al pueblo mientras estos no se aplican en obras sociales

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Muchos escuchamos o hablamos sobre los impuestos, pero poco realmente nos paramos en el tema y reflexionamos sobre qué quiere decir esto. Si bien los impuestos son el tributo que todos los habitantes de México pagamos y donde estos a su vez se deben de traducir en la atención de necesidades públicas, esto no ocurre así. Veamos.

El Estado si bien determina “legalmente” las cargas impositivas a través del Servicio de Administración Tributaria (SAT) para que las autoridades tengan recursos, y bienes y servicios que la comunidad necesita, recalco de nueva cuenta, que esto queda sólo en la teoría pues en los hechos el pueblo carece.

Si bien el pago de tributos es un ejercicio muy antiguo en el territorio de México, donde desde la época del imperio azteca constituía una práctica que se efectuó con el pago de maíz, chiles o frijoles; y a su vez con la llegada de los españoles se estableció el registro de contribuyentes a indígenas, aplicando la Real Hacienda, cobrando atribuciones a productos como nalpes, pólvora, pulque, o tabaco.

Realizando más adelante con Benito Juárez, reformas que cimentaron las bases para el pago de impuestos de la época moderna. Aplicando impuestos al petróleo, energía, o timbre postal. Mientras que en el Gobierno del presidente Álvaro Obregón, 1920 a 1924, se creó la Ley del Impuesto sobre la Renta y posteriormente, rigió a México a partir del 1 de enero de 1980 durante la administración de José López Portilla el Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Hoy en día escuchamos en la calle o del mismo Gobierno decir frases como “hay gente que no le gusta pagar impuestos”, pero no profundiza el porqué de esta acción o quiénes son los principales que “no pagan”. Esta acción recae principalmente en el pueblo humilde y trabajador, y no necesariamente porque no quiera, sino en la mayoría de los casos no tiene el recurso necesario para poder pagarlos.

Posiblemente el pueblo haría el esfuerzo de pagar los impuestos si estos los viera traducidos en obras sociales que el mismo Gobierno tiene la obligación de proveer, pero esto, de nueva cuenta, no ocurre. Según especialista, los impuestos es el tributo que todos los actores que integran el entramado social de México, entidad o ciudad, entregan al Estado para hacer frente a las necesidades públicas.

Con ello debería de funcionar y potenciar la economía colectiva para financiar la educación, y seguridad, el transporte y la infraestructura y salud pública, por mencionar algunos. Pero contrario a esto, durante la pandemia los impuestos no tuvieron un alto, al contrario, se hicieron más rapaces, a pesar de comprometerse el presidente Andrés Manuel López Obrador a que no subirían.

Ahí tenemos las escuelas que por dos años no se usaron, y lejos de darles mantenimiento, se dejaron y hoy vemos los estragos, sin vidrios, bancas, pizarras, mismas que fueron bandalizadas. Aunado al sistema de salud, que fue otro eslabón que careció durante este mismo periodo, no se construyeron hospitales, a pesar de ser necesarios dado a la pandemia que aún vive entre nosotros.

Reitero y citando a los especialistas, “las cargar impositivas son para que el Estado administre el ente público y produzca servicios y bienes para la sociedad. En términos legales, son mecanismos que tienen la obligación de cobrar a las personas y a las empresas para recibir una contraprestación en forma de bienes y servicios”.   

Ante esta explicación, los impuestos deben de usarse en favor del pueblo y para aquellos que los pagan; pero vemos que eso no ocurre, se desangra más a los mexicanos que viven al día, mientras los que ganan más no se les cobra lo correspondiente.

México es la 14 economía, a la picota está a nivel nacional, pero esto no corresponde con la pobreza de millones de mexicanos que clamas seguro de vida, servicios, vivienda, regularización de predios y más.

En este sentido se encuentra el pueblo yucateco, aquel que se dice en los medios de comunicación convencionales que viven bien o que tienen al mejor Gobierno, pero en la realidad esto no es así. Vemos a los campesinos, a los apicultores que carecen de apoyo o que sufren por las inclemencias del tiempo y no se les da una opción para que no pierdan sus cosechas o panales.

Mientras que la educación no se queda atrás y más aún que en la entidad se declararon clases presenciales y donde bien se ha documentado que las escuelas carecen de infraestructura, pues estas fueron dañadas durante los dos años de pandemia.

El pueblo sufre y no se hace nada para remediar esta situación, ante ello, el Movimiento Antorchista ha declarado que el pueblo mexicano es quien debe de tomar el poder político del país y ver por ellos y sus necesidades, pero para ello es urgente el cambio de modelo económico y donde también el antorchismo ha propuesto 4 ejes para aliviar este mal.

1. Creación de empleo para todo aquel que esté en edad de hacerlo; 2. Aumento de salarios; 3. Un cambio de política fiscal progresiva, donde paguen más los que ganen más y menos los que ganen menos; 4. Reorientación del gasto público. De hacer esto, el pueblo de México y sobre todo el de Yucatán, tendrá una vida más decorosa y menos marginal. 

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