Huitzilan se encuentra en las entrañas de la Sierra Norte de Puebla. Entre los años 1940 -1970 vivió una época de terror por el yugo del cacicazgo de los Aco; es decir, el pueblo huitzilteco se encontraba en el olvido, sólo existía una escuela primaria en la que los niños sólo podían cursar hasta el tercer grado de primaria, el futuro para la niñez y juventud, se aseguraba para que las mujeres se convirtieran en amas de casa y los varones en peones para los hacendados de esos tiempos; no había ningún centro de salud, lo que ocasionó la muerte de mujeres embarazadas por complicaciones en el parto (debido a que muchas mujeres eran atendidas por parteras), los niños perdían la vida por gripe, sarampión o alguna enfermedad curable, sólo por no recibir atención médica oportuna se agravaba el problema y fallecían; sus calles de piedra y tierra, una presidencia municipal en deterioro, sin carreteras con pavimento; sin embargo, los huitziltecos se trasladan caminando a los municipios vecinos, y en caso de urgencias movían a sus enfermos cargándolos con una silla de madera y mecapal sobre la espalda, movían sus mercancías en burros de carga.
Años adelante, un grupo de "libertadores” llegó a Huitzilan, bajo el cobijo de la Unión Campesina Independiente (UCI) con el fin de terminar con las cadenas de esclavitud en las que se encontraba el pueblo huitzilteco, con el tiempo se convirtió en el acontecimiento más devastador para los huitziltecos. En los primeros años de la llegada de esa organización armada, se desató un conflicto entre los caciques del municipio y la UCI, porque los "libertadores” tomaban por la fuerza grandes extensiones de tierras que pertenecían a los caciques, hecho que molestó tanto a los caciques y con el poder que tenían en las manos, mandaron a asesinar a algunos líderes de la UCI, Felipe Reyes y Marcos Vázquez. A raíz de este conflicto, entre 70 y mitad de los 80, en Huitzilan corrían olas de sangre por sus calles, perdieron la vida poco más de un centenar de personas, decenas de mujeres sufrieron violaciones, cientos de personas huyeron hacia los municipios de Tetela de Ocampo, Zacapoaxtla, Zongozotla y Zapotitlán por el miedo a morir, el terror gobernó al pueblo huitzilteco.
Un 21 de marzo de 1984, un grupo de huitziltecos se armó de valor para frenar ola de violencia en la que estaba sometido el pueblo huitzilteco, con la ayuda de Antorcha Campesina junto con el ejército mexicano y las familias que habían huido de su lugar de origen, llegaron al municipio serrano para frenar por completo la época de terror. El camino no fue fácil e inmediato. A la llegada de los huitziltecos y el Movimiento Antorchista, se aliaron integrantes de la UCI junto con los caciques para formar un frente opositor, que no dudaron en amenazar, perseguir y hacer correr la sangre de quienes se atrevieron a desafiarlos. Pero los años de terrible sometimiento y la justeza de su inconformidad templaron la decisión de los humildes de Huitzilan y no se detuvieron en su lucha hasta verse liberados. En este camino por su libertad, dieron la vida Ignacio Gómez Cipriano, Francisco Luna Gobierno, Máximo de la Cruz Rivera, Bartolomé Tadeo Arellano, José Ramírez Velázquez Gobierno, Fulgencio Sánchez Martínez, y recientemente, Manuel Hernández Pasión, entre otros mártires huitziltecos. Esta es la época oscurantista del "lugar donde abundan los colibríes” (según el significado, en náhuatl, de Huitzilan de Serdán, en la lengua materna del lugar).
El desarrollo y progreso se han materializado gracias a la lucha que ha dado el pueblo organizado en Antorcha. A lo largo de 37 años de trabajo del antorchismo huitzilteco, se le ha cambiado el rostro al municipio serrano. a) En educación, niños y jóvenes se educan de manera integral, debido a que se han construido aulas dignas para todos los niveles educativos, desde preescolar hasta superior, las instituciones cuentan con plazas cívicas, con laboratorios de Física, Biología y Química, salas de cómputo, canchas deportivas y demás infraestructura que garantiza que los estudiantes huitziltecos se preparen en el ámbito académico, cultural y deportivo. b) En salud, cuenta con un hospital que funciona los 365 días del año y 24 horas, con una Unidad Básica Rehabilitación (UBR) con médicos especializados para brindar atención médica de calidad, clínicas y casas de salud en la junta auxiliar de Totutla y casas de salud en las distintas comunidades. Finalmente, c) Obra pública y servicios básicos, tiene pavimentados los principales accesos al municipio Pahuata- Huitzilan, Totutla- Pahuata y El Paraíso- Huitzilan, decenas de kilómetros de calles en la cabera municipal y sus comunidades están pavimentadas con concreto hidráulico, tiene un auditorio municipal, una presidencia municipal, una unidad deportiva, un parque, se cuenta con el servicio de luz eléctrica, agua potable, drenaje, sólo por mencionar algunos de los beneficios con lo que hoy cuenta el pueblo huitzilteco. Estos logros se han podido concretar por el resultado del trabajo colectivo de los ciudadanos de Huitzilan, por el papel tan importante que han jugado, durante 37 años, los Ayuntamientos Antorchistas y por la guía del Movimiento Antorchista.
De los trienios más relevantes que detonaron el desarrollo sustancial de Huitzilan de Serdán, se encuentran el que encabezó el licenciado Manuel Hernández Pasión -quien fue abatido por las balas asesinas del cacicazgo, el pasado 10 de octubre de 2017-, tan sólo durante su gobierno se invirtieron poco más de 700 millones de pesos, que cristalizaron en obra pública y servicios básicos para el pueblo de Huitzilan. Manuel no solamente le entregó su trabajo práctico, sino que se preocupó por educar y politizar a sus paisanos, es decir, su principal aportación fue desarrollar el espíritu antorchista de los huitziltecos.
Ahora, los hijos que ha engendrado el pueblo huitzilteco son seres humanos más conscientes, humanistas y sensibles ante la realidad existente. Encontramos a médicos, enfermeras, abogados, ingenieros y maestros comprometidos con su pueblo, para seguir guiándose por el sendero de progreso que se ha trazado, a lo largo de más de tres décadas de lucha organizada y con el compromiso de que los más humildes cada día mejoren sus condiciones de vida.
El pueblo hutzilteco tras vivir una época de violencia, llena de crímenes y asesinatos, logró resurgir y convertirse en un municipio ejemplo para los municipios de la sierra nororiental. Por tanto, se detonó una época de prosperidad que se refleja en el avance y desarrollo en beneficio de la gente humilde. Este trabajo por sobresalir y ser un modelo a seguir a convertido a Huitzilan de Serdán en el rubí de la sierra norte, una joya preciosa que brilla por la luz que le ha dado el antorchismo, y que será la llama que logre iluminar el camino del pueblo pobre de la sierra norte de Puebla.
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