Unos días antes de esa nota, el mismo medio de comunicación redactó en su portal: “Presentan desnutrición 60 por ciento de los niños indígenas en la Sierra de Chihuahua. De acuerdo con Ernesto Granados Muñoz, experto en nutrición, que colabora con la organización civil Alianza Sierra Madre, y quienes han realizado diversos diagnósticos en comunidades de Guadalupe y Calvo, Urique y Bocoyna, dice: Hasta un 60 por ciento de la población infantil indígena de la Sierra Tarahumara presenta signos de desnutrición crónica, es decir, que afectan su correcto desarrollo físico, manifestándose en bajo peso y tallas más pequeñas a lo que corresponde por edad”.
El nueve de agosto de 2020, es decir, dos años atrás -El Sol de Parral- escribió: “Predomina la desnutrición infantil en escuelas de los municipios serranos de la región sur del estado, Guadalupe y Calvo, Guachochi y Balleza enfrentan mayores porcentajes de talla baja en niños de entre seis y nueve años. Contrario a que en Parral se destacan problemas con sobrepeso y obesidad”
Estas dos notas, de distintos años, demuestran que es un tema vigente y que se viene arrastrando de décadas, no es un problema que acaba de surgir, incluso, ni siquiera es un problema que sea privativo de la Sierra Tarahumara, es un problema nacional, pues en todos los estados de la república existen zonas de pobreza y marginación. Aun así las notas tienen un efecto permanente, pues cada vez que se habla del hambre en la Sierra, se activan planes municipales y estatales de programas alimentarios, en la que los políticos van cargados con despensas a entregarlas a los afectados, y claro, a tomarse la foto, para decirle al pueblo que él ya cumplió. Lo que se les olvida a esos políticos es que el pueblo tiene que comer todos los días, no solo en campañas o en visitas de personajes a sus pueblos.
De acuerdo con el CONEVAL, en su reporte de Estimaciones de Pobreza Multidimensional 2018-2020, dice: “En los últimos dos años, más de 17 mil personas entraron en situación de pobreza extrema en el estado. Chihuahua pasó de tener 93 mil 300 personas en pobreza extrema en 2018, a 110 mil quinientos en 2020. Este incremento es mayor al identificado en la media nacional que es del 2 por ciento, pasando de 51.9 millones de personas a 55.7 millones”
Estos datos y otros tantos que ofrecen organismos como el CONEVAL, el INEGI, OXFAM, revelan un verdadero problema social en México, un problema que no está siendo atacado desde su raíz, pues las despensas calman el hambre unos días, pero no de por vida, los programas de transferencia monetaria del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador tampoco han resuelto el problema, tampoco las becas para los ninis, ni Sembrando Vida. La política social de la 4T es estéril, su combate a la pobreza solo queda en palabras, porque los hechos demuestran un incremento en el número de pobres. Además hay que agregarle el problema de seguridad que viven los pobladores de la Sierra.
La solución de este problema tan grave, no va a venir de la clase política, pues tantos personajes que han desfilado por los cargos públicos, y en sus administraciones la pobreza sigue aumentando, lo mismo en esta administración de AMLO y su 4T. La verdadera solución para acabar con la pobreza en México tiene que ser obra de quienes la sufren, es decir, del pueblo de México.
Tenemos que ser capaces de organizarnos y luchar por una patria más justa, una patria en la que se erradique la pobreza de todos los hogares de los mexicanos. El pueblo tiene que entender que por más despensas, becas o dinero que le den, las cosas no van a cambiar. Así que te invito a que te sumes a las filas del Movimiento Antorchista Nacional, y que juntos luchemos por esa patria tan anhelada en la que no exista el sufrimiento del pueblo.
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