MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Hablemos de poesía…

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“El poema es el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre”

Octavio Paz

El Movimiento Antorchista Nacional, en coordinación con la Comisión Nacional Cultural, el pasado sábado 19 de febrero realizó la primera edición de la Muestra Nacional de Declamación infantil, de manera virtual, a través de la página oficial de Facebook de Antorcha.

Hasta antes de la pandemia, el Concurso Nacional de Declamación incluía diversas categorías como infantil, juvenil, libre estudiantil, libre campesino-obrero-popular, hasta llegar a la semiprofesional; sin embargo, ante la dificultad de realizar este gran evento de manera presencial, la enorme tarea de educar y acercar el arte al pueblo, de popularizarlo entre las masas, obligó a trasladarlo al formato virtual y poder, con ello, consumar con éxito esta ardua tarea.

Y es que en todo momento de nuestra existencia, la poesía nos reconcilia con la vida, porque es un lenguaje universal, humano y noble. Está en la manifestación de nuestro grito de lucha y en la escucha atenta de nuestros seguidores, y es capaz de hacer un mal día en uno bueno, un día de derrota en uno lleno de esperanza, una derrota en una victoria. Está escrita con la mirada, la sustancia del poeta, porque la emoción de sentir mediante las letras de ellos va más allá de tan solo la creación del poema.

En lo personal me gustan mucho las siguientes: “El perro”, poema de Manuel José Othón; de Fernando Celada, “La caída de las hojas”; de Mario Benedetti, “Hagamos un trato” y “Un padre nuestro latinoamericano”; de José Martí, “La niña de Guatemala”; de Alfonso Reyes, “El sol de Monterrey”; “Yo te nombro, libertad” de Gian Franco Pagliaro; “Desafío Postrero” de Ismael de la Serna; “Águilas y estrellas” de Marcelino Dávalos; “La hermana”, de Francisco Villaespesa; “Fusiles y muñecas”, de Juan de Dios Peza; “Ante un cadáver” de Manuel Acuña; “El maestro”, de autor anónimo y no podía falta “Inquietud”, del Maestro Aquiles Córdova Morán, y así muchas más que no me alcanzarían las líneas para terminar.

Todas ellas de extraordinario mérito, pues han sido escritas por hombres capaces de sentir intensamente y de expresar bellamente lo sentido. Por tanto, no es sólo la alegría de lo que puedan transmitirnos los poetas con sus versos, sino además contagiarnos la tristeza, la angustia, el dolor, la duda, el odio, el caos, la pérdida, en contraparte la fe, la veneración, la esperanza, el amor, la pasión, la compasión y todos los sentimientos y emociones que, generalmente, pueden tener cabida en el alma del hombre.

A todos nos liga una afinidad sentimental que nos hace hermanos. Somos semejantes, porque pasamos por los mismos regocijos y desánimos, por las mismas ilusiones y no pocas desilusiones. El poder de explicar esos momentos íntimos de la vida del hombre lo tienen los poetas. Cada quien vibrando a su manera, tratando de manifestar los movimientos profundos del espíritu; intentando traducir de un lenguaje concreto, abstracto, hasta llegar a la misma realidad compleja y sutil del alma humana.

Es evidente que la poesía pone en práctica las más hermosas conmociones, vivencias, sensaciones, llegando a revolucionar nuestra forma de ver la vida por medio del pensamiento de alguien más. El poder de la expresión sublime, la conducta libre y humana puede ser transformada a través del poeta, y en esta ocasión los pequeños pronunciaron un canto de amor para llegar a los rincones de todo el país.

Los declamadores infantiles nos mostraron su capacidad de hacernos vibrar, de indignarnos ante las injusticias, y al mismo tiempo nos hacen estremecernos de la placidez leve de ensueño, que expresa la vida profunda de la emotividad humana. Ellos lograron transportarnos de la risa al llanto, con su interpretación asimilamos hasta lo más profundo de nuestra alma lo malo o lo bueno de la vida, y en algunas otras ocasiones lo miserable que puede llegar a ser la humanidad.

La poesía y la niñez son dos formas acabadas del espíritu, se pueden abrazar, se pueden amar, pueden cohabitar o sencillamente indispensables una de la otra. Por eso, este evento nacional fue muy importante, por el especial cuidado en la selección de las palabras, el sonido y la medida comunicada por la inocencia, por el alma noble, aquí letras y pureza hicieron simbiosis con el fin de inculcar el amor por declamar a los más chiquillos del país.

Los pequeños participantes son los que han de fundar los ideales del mañana, los que han de llevar al conocimiento para lograr los grandes cambios que han de impactar en la vida de los hombres y creo que sería muy difícil conseguirlo sin cultura, sin lenguaje y sin poesía. Para mí es importante seguir inspirando a las nuevas generaciones la pasión por el arte de la declamación siempre, vale la pena morir en el intento. ¿No te parece?

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