La falta de mantenimiento por parte de las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México y el mal estado en la que se encuentran varias de las líneas del Metro es evidente, y las consecuencias son muy lamentables:
1. El pasado 3 de mayo perdieron la vida 26 personas y hubo 80 heridos en el accidente de la línea 12. El suceso ocurrió entre las estaciones Olivos y Tezonco en la alcaldía Tláhuac.
2. Dos trenes del Metro chocaron el 10 de marzo de 2020 en la estación Tacubaya, de la Línea 1. El saldo del accidente fue de al menos 41 personas lesionadas y un hombre muerto.
3. El 9 de enero de este año ocurrió un incendio en el Centro de Control 1 del Metro, ubicado en la alcaldía Cuauhtémoc, en donde murió una mujer policía y resultaron lesionadas más de 30 personas.
A pesar de estos hechos tan lamentables en los que han perdido la vida seres humanos, no hay un compromiso serio ni fechas específicas de las autoridades del gobierno capitalino para reparar la Línea 12 del Metro, que afecta a 435 mil usuarios diarios, así como de una revisión minuciosa y exhaustiva para descartar anomalías en las otras líneas, dejando a la buena de Dios la seguridad y la vida de los casi cinco millones de usuarios que se transportan diariamente a través de este transporte masivo.
La causa profunda de estas tragedias es la política de austeridad del gobierno de Morena, por eso Andrés Manuel López Obrador al ver la inconformidad que existe entre los mexicanos por el más reciente accidente en la llamada Línea Dorada y que fue expresado en las urnas en los comicios del pasado 6 de junio, salió a decir que él se compromete a que esta línea funcione en menos de un año. Falta ver que esta promesa sea cierta y que se concrete, si no, estaría una vez más jugando con los mexicanos como lo ha hecho durante dos décadas.
Según el señor las empresas que participaron en la construcción de esta línea del Metro están dispuestas a coadyuvar para que funcione; aquí puede aplicarse el dicho de “muerto el niño a tapar el pozo”, pero estas empresas debieron desde un principio haber construido una obra funcional y no una obra que ha enlutado a México por la mala calidad de sus materiales y demás anomalías que han salido a la luz.
Esperemos que López Obrador cumpla su palabra, si no que el mismo pueblo se lo demande, pero ahora debemos exigir al señor que no solo prometa, porque eso no empobrece, sino que diga cómo y con qué recursos va a componer la Línea 12, que sea claro; es lo menos que puede hacer, además que también debe quedarle claro que no es la única línea que existe, y que está en malas condiciones, prueba de ello son los accidentes que cito renglones más arriba, por lo que debe invertir junto con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, los recursos necesarios para que se realice una revisión profunda que descarte anomalías y las detectadas se corrijan.
Los mexicanos deben exigir que las autoridades de gobierno en sus tres niveles garanticen un servicio de calidad y de máxima seguridad en el STC.
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