Considero que los mexicanos pensantes y preocupados por el destino nacional no debemos permanecer indiferentes ante la alerta que lanzan expertos en Derecho e intelectuales de que el presidente de México falta al respeto a la Constitución, al solicitar a la Corte que investigue a juez que frena la reforma eléctrica y de la eventual reforma constitucional que anunció Andrés Manuel López Obrador ante los amparos que emitieron dos jueces a la Ley de la Industria eléctrica, ven actitud dictatorial del Mandatario. Consideran que AMLO invade al Poder Judicial y no respeta la Constitución.
Hasta el momento, los políticos hablan de una lucha entre poderes, es decir, del Ejecutivo contra el Judicial, pero hay columnistas quienes señalan que vivimos en tiempos de simulaciones, en el que el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, no podría sobrevivir fuera de las reglas del juego. Zaldívar hace como que le pone freno al presidente Andrés Manuel López Obrador en su embestida al Poder Judicial y dice que los jueces pueden manejarse con autonomía e independencia del Ejecutivo, pero tras la espalda de quienes dice representar, se pliega a los deseos de López Obrador, con lo cual le tiende una cortina de humo de soberanía, y le pavimenta el camino para avasallar al Poder Judicial.
Es indudable que las advertencias de los especialistas son oportunas y apegadas a la realidad, lo que señalan es cierto y grave para la salud política y democrática del país. Sin embargo, como lo he manifestado en otras ocasiones, los analistas le siguen creando una falsa imagen a López Obrador al sostener que con su actitud hostil frente a la Constitución está actuando como Nicolás Maduro o Hugo Chávez y de esta manera restan objetividad a sus análisis pues, contrario a estos mandatarios, debemos recordar que el mismo AMLO ha dicho que no es socialista, es seguidor del expresidente Donal Trump y recientemente se sabe que se puso a los requerimientos de Joe Biden.
Los mexicanos ya no podemos dejarnos engañar. Estamos a más de dos años del gobierno de la 4T y este tiempo es suficiente para entender que el ganador de esta supuesta lucha entre los dos poderes va a ser el Ejecutivo, cuyo titular va a concentrar o ya tiene concentrado en su persona el Poder Judicial, así como tiene el Legislativo. Asimismo, con este reciente episodio que está protagonizando el morenismo los perjudicados no serán propiamente los que vieron afectados sus intereses por la reforma eléctrica quienes, tardaron menos tiempo en interponer amparos que la aprobación de la iniciativa de AMLO y en cualquier momento pueden retirar sus capitales del país, en caso de que así les convenga, no por eso podemos ignorar lo que les acontece.
Los perjudicados realmente por más reformas a la Constitución que se anuncian desde Palacio Nacional serán los de siempre, los que en caso de alguna injusticia o algún reclamo al Poder Ejecutivo, además de que están imposibilitados para contratar defensores y costear amparos, ahora no hay algún poder autónomo al que puedan recurrir. No podemos perder de vista que los diputados morenistas al Congreso de la Unión desde el mismo momento en que Morena arribó al poder de la nación han aprobado leyes que contradicen abiertamente la Constitución y son claramente violatorias de varios derechos fundamentales de los ciudadanos. En medio de la pandemia y ante la proximidad del proceso electoral 2021, se ha vuelto más abierta la persecución política en México, se está haciendo un uso pervertido y faccioso de la ley, se está volviendo una práctica de gobierno cada vez más extendida y descarada.
Sin embargo, quienes tenemos conciencia del peligro, no debemos sentarnos a esperar simplemente. Debemos disponernos a unificar a todos los perjudicados, ofendidos y atropellados por el autoritarismo y las políticas desacertadas de la 4T, para iniciar una lucha conjunta en defensa de la ley y del Estado de derecho y para demandar, además, acciones eficaces contra las tres grandes plagas del momento: el desastre económico, el descontrol absoluto de la pandemia y la inseguridad rampante que amenaza la vida y la seguridad de todos.
Juntémonos todas las víctimas de la 4T, las reales y las potenciales. Convoquemos a todos los que se quedaron sin apoyo con la desaparición de “Progresa”, “Prospera”, y programas similares; a los que se quedaron sin el seguro popular, es decir, sin ningún apoyo médico; a quienes perdieron las guarderías infantiles y los comedores comunitarios; a los pueblos y comunidades sin obra pública; a los campesinos que dejaron de recibir fertilizante subsidiado; a las mujeres víctimas de violencia familiar que perdieron los albergues; a las feministas; a los padres y madres de niños con cáncer; a los diabéticos que perdieron de pronto medicina y diálisis gratuitas; a los infectados con VIH que carecen de retrovirales; a médicos, enfermeros y trabajadores de la salud en general, sin protección adecuada y sin recursos para curar a los enfermos graves de covid-19. Es momento de unificar a todos los perjudicados.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario