Es un hecho evidente que los precios de la canasta básica de las familias mexicanas aumentaron y en Quintana Roo la situación está complicando las cosas, principalmente, para la clase trabajadora que vive al día y que ahora es más difícil adquirir lo necesario para sus hogares.
Recientemente, el precio de las tortillas sigue en aumento, pese a que es uno de los principales ingredientes de la dieta de los mexicanos, pero que debido a la modificación del precio de la harina es posible que llegue a costar hasta 30 pesos, pues es insostenible para los productores.
La situación es cada vez más complicada, y ahora se ha llegado al límite de las posibilidades tanto de los que producen como de los consumidores, los insumos cada cierto periodo corto aumentan y en estos meses es imposible mantener los mismos precios que forzosamente reducirán la canasta de muchas familias que apenas y pueden comprar lo indispensable.
Los precios de este insumo indispensable serán mayores en los municipios del norte de Quintana Roo, como son los municipios de Solidaridad y Benito Juárez, aunque también en la capital del estado el aumento será considerable.
Esta situación deja a los pequeños negocios en desventaja frente a supermercados donde el kilo de tortilla cuesta entre 10 y 15 pesos, incremento que es notable por las amas de casa que se quejan porque cada mes reciben golpes a su economía con este y otros alimentos de uso común.
Otra consecuencia que impacta es que en algunos hogares optan por reducir e incluso dejar de consumir el alimento básico de maíz, pues el nuevo costo será insostenible, además de que hay lugares donde el precio es mucho más elevado de lo contrario los negocios no obtendrían ninguna ganancia.
En otros casos la opción más viable es consumir la tortilla del supermercado que como se hacía mención es más barata, pero de menor calidad, pues en familias numerosas se consumen hasta 2 kilos de tortilla al día.
La situación se torna muy difícil, incluso algunas tortillerías están pensando cerrar ya que no le es redituable con los nuevos costos, sin duda una dura decisión que incluso puede ocurrir con otros negocios donde ofrecen otros insumos que de igual manera están padeciendo aumentos de costos.
Ante este panorama los que menos tiene siempre resultan más afectados y ya incluso se encuentran trabajando más y consumiendo menos para aminorar los gastos y poder darse sustento a los miles de familias que están padeciendo esta situación.
Pues al final varias opciones quedan y una es dejar de consumir productos, incluso alimentos, que no son necesarios como refrescos, golosinas, frituras, pero también una de esas opciones es que los tres órdenes de gobierno planifiquen y solvente con apoyos alimentarios donde realmente les es imposible tratar con estos nuevos amentos que en un plazo más ocasionaran otras dificultades de salud.
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