En días pasados se conmemoró el Día Internacional de la Alimentación, fecha instaurada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) cuyo objetivo es “dar a conocer los problemas relacionados con el hambre, así como sensibilizar a todos los pueblos del mundo para fortalecer la solidaridad, contra la desnutrición y contra los problemas asociados. Durante esta celebración se invita a todos los países, y especialmente a los países desarrollados, a que trabajen y proporcionen los recursos necesarios para erradicar el hambre en el mundo”.

Pues bien, México no es ajeno a conmemorar esta fecha. Sin embargo, lo hace con una agravante, pues en medio de una riqueza natural, miles de familias viven agobiadas día a día, porque apenas y si tienen para alimentarse y es incierto al siguiente día.

De acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional sobre Salud y Nutrición (ENSANUT) 2021, uno de cada cuatro hogares mexicanos padece inseguridad alimentaria, entendida esta como que las familias no tienen los recursos económicos suficientes para comprar sus alimentos, situación que se complicó durante 2022 debido al aumento desproporcionado de los precios.

Y aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador puso en marcha un nuevo plan para disminuir la inflación, en la realidad –como el primero-, no está funcionando, pues los precios de los productos de la canasta básica aumentan casi a diario, haciendo que los más pobres no puedan adquirirlos.

El gobierno de López Obrador entrega apoyos directos, justificando que así se acaba con la corrupción, y en consecuencia con la pobreza, lo cual es falso, pues en cuatro años de gobierno, la corrupción persiste, e incluso ha incrementado y de la pobreza ni se diga, las cifras oficiales hablan por sí solas: más pobres.

Un ejemplo reciente de corrupción es la que acontece en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), que derivó en irregularidades por unos 11 mil millones de pesos tan sólo en los dos primeros años de operación en esa dependencia creada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para garantizar la seguridad y soberanía alimentaria, según reportó la propia Auditoria Superior de la Federación (ASF).

La “Estafa maestra” en tiempos de Enrique Peña Nieto se queda corta comparada con el desvió millonario en Segalmex con López Obrador. En Segalmex hay 53 implicados en esta red de corrupción, 29 de ellos servidores y ex servidores públicos que laboraron en esta dependencia. Es sin duda una burla para los mexicanos, pero sobre todo para los yucatecos que una dependencia que fue creada a fin de proteger la alimentación de la gente, hoy se ven desfalcos y los perjudicados, una vez más, los mexicanos.

Yucatán es el estado de la península que encabeza las cifras con mayor inseguridad alimentaria. La situación es severa, ya que se encuentra en 1.4 puntos porcentuales, ligeramente más alto que el resto del país, de acuerdo con el ENSANUT.

En el mismo estudio, reveló que, en la Península de Yucatán, el 18.3 por ciento de las familias ha padecido inseguridad alimentaria moderada, 11.5 por ciento de forma severa; situaciones estrechamente relacionadas con pobreza moderada, hasta la extrema.

México es la quinceava economía del mundo y a pesar de ello la pobreza no ha bajado desde hace 20 años, 55 millones 700 mil personas son pobres, es urgente y necesario que el pueblo de Yucatán, así como el de todo México se unan, pues está claro que los que están en el poder gobiernan para unos cuantos. Ante estas políticas, el pueblo debe prepararse para que el día de mañana tome el poder político del país, de no hacerlo, seguiremos en inseguridad no sólo alimentaria sino viviendo en un país rico con un pueblo pobre.