Desde que la sociedad se dividió en dos clases, entre pobres y ricos, la humanidad empezó a tratar de explicar el origen de los males que sufren los desvalidos, situación que tiende a agravarse conforme se desarrolla la misma sociedad en lugar de mejorar con el desarrollo de las ciencias y la tecnología, la dominación de una clase sobre otra se vuelve a veces sutil, es necesario dominar la lógica dialéctica para comprenderla. La explotación del hombre por el hombre hoy es eficaz y poco se advierte a simple vista, y algunos porque así conviene a sus intereses, lo ocultan para mantener el status quo.
Marta Harnecker dice “En la época de Marx todo el mundo percibía, describía, los síntomas de la “enfermedad capitalista”: la pobreza de las masas, la riqueza de ciertos pequeños grupos, la explotación de la mujer y del niño, etc. Algunos se rebelaban, otros buscaban explicar esta situación recurriendo a las leyes divinas fatalistas: “siempre habrá pobres entre nosotros”.
Ahora sabemos que nuestra especie, en sus orígenes, vivió millones de años en comunidad de colaboración recíproca, en ese entonces, era necesario para la sobrevivencia y se disolvió cuando el producto del trabajo colectivo se hizo propiedad privada y con ello vino también la apropiación del poder político por los poseedores, el Estado, ya como aparato de dominación lo han cambiado las luchas de dos clases antagónicas que se enfrentan a veces de manera abierta, como la sociedad, esclavista y feudalista, nuestra actual sociedad capitalista donde dominan los que han acumulado la riqueza producida por todos los trabajadores en forma de capital y medios de producción que lo invierten para acrecentarla, gracias al valor que genera el trabajador.
En otro párrafo Marta Harnecker afirma: “Pero Marx y Engels supieron pasar de la descripción al conocimiento de las causas y de las leyes de desarrollo capitalista”. Explicaron que en el fondo las relaciones de producción capitalistas residen en la combinación de relaciones sociales y técnicas de producción: “por una parte, el capitalista es el propietario de los medios de producción y de subsistencia del trabajador lo que obliga a éste a vender su fuerza de trabajo al capitalista".
Este pronunciamiento de dos grandes sabios de la humanidad hoy es más cierto que en el tiempo que les tocó vivir a estos genios.
Recientemente, el Doctor en Economía por la London School of Economics, Abel Pérez Zamorano, publicó el “Reporte Mundial de Desigualdad 2022” donde los expertos dicen: “A nivel mundial, durante 2020 la fortuna de los más ricos registró su máximo incremento desde 1995. El diez por ciento de los habitantes más ricos posee 76% de la riqueza existente (en México el 78.7%), mientras la mitad más pobres de la humanidad posee sólo el 2% (en América Latina apenas el 1%)”.
Por ello, las opiniones de algunos analistas buscan confundir a los pueblos al intentar desentrañar las diferentes manifestaciones de la descomposición social mexicana, le dan una explicación a los efectos como causas profundas a los males que tiene nuestra sociedad.
Por eso hay planteamientos como las “teorías de las ventanas rotas” que desarrollaron los alemanes (James Q. Wilson y George Kelling) que atribuyen a la conducta humana al sentenciar: “Es que no se trata de pobreza. Es evidentemente algo que tiene que ver con la psicología humana y con las relaciones sociales. Acá viene lo interesante: un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, desinterés, despreocupación, que va rompiendo códigos de convivencia. Es como una sensación de ausencia de ley, de normas, de reglas, algo así como que “vale todo”. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional”.
Es cierto que el aspecto material influye con cierta impresión en la mente del ser humano, pero no lo define, es su economía, en última instancia, la que determina su forma de ser, en todo caso nos encontramos con un efecto más que tiene causas que explica el comportamiento.
Así como ésta hay muchas redes ideológicas que atrapan al pueblo pobre y lo dejan imposibilitado de comprender la verdadera explicación científica de la realidad y por tanto lo privan de una real y verdadera libertad de las masas trabajadoras.
Hoy, la clase política que nos gobierna, - los mexicanos debemos saber-, le atribuye a la corrupción como el origen y la causa de todos los males de nuestro país, eso quiere decir que aparte que no se entiende las leyes económicas del capital, no tienen el interés de resolver las verdaderas causas que originan los males de los mexicanos, por ello la receta que aplican no va curar las carencias que tiene el pueblo de México, la pobreza va crecer puesto que los programas asistenciales sólo sirven como paliativos, lo que sí es evidente, se utiliza el dinero del pueblo aprovechándose de su pobreza y necesidad ante la escasez que están produciendo las erróneas políticas públicas del gobierno federal.
Por eso tiene razón la Secretaria de Desarrollo y Bienestar Social de Guerrero, Lic. Maricarmen Cabrera Lagunas, cuando afirma que: “Ha aumentado el número de pobres. Recibimos un gobierno con el 64% de la población en pobreza y un 34% por ciento en pobreza extrema. ¿Qué significa? Que no sé a dónde se fueron los recursos que estuvieron dando en los últimos años. No sé cómo incidieron porque en los índices de marginación y pobreza no se ve reflejado nada de los millones y millones de pesos que se invirtieron”, señaló. (Vértice, 5 de diciembre de 2021 Pag 8, IRZA)
Sólo no hay que olvidar que el gobierno federal entró en el año 2018 y en los informes que ha dado aquí se refuta cuando dice que el pueblo ahora vive feliz, que ya no es como antes, ahora no hay corrupción y todo es miel sobre hojuelas.
La realidad exige a gritos una distribución equitativa de la riqueza porque nuestro país es uno de los más desiguales del mundo y allí el ejemplo de China, el mismo Banco Mundial lo reconoce como “el país donde más persona han salido de la pobreza.”
Es momento de que los guerrerenses nos detengamos a analizar la vida que llevamos y nos decidamos a cambiar el rumbo de nuestro país, despertemos del discurso anestésico lleno de demagogia y sofisma de la presidencia. No solamente organizarnos, sino educarnos, puesto que la organización no basta si no se tiene claridad de por qué camino seguir. Esa es la invitación que nos hace el Movimiento Antorchista Nacional a todos los mexicanos progresistas. Para establecer cuatro ejes que propone nuestra organización: trabajo para todos los que estamos en condiciones físicas de hacerlo, salarios bien remunerados que alcance, que paguen más impuestos los más ricos y se gaste el dinero que recauda el gobierno en los sectores más pobres, sólo así podemos combatir en serio la pobreza y construir una sociedad moderna pero más humana.
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