Cuando el Consejo Nacional de Población (conapo) en el 2006 declaró, al recién creado, Municipio de Cochoapa el Grande como el más pobre y marginado de México, se pensó que el gobierno federal y estatal tomarían cartas en el asunto para impulsar ese municipio y sacarlo de su atraso. Sin embargo, muy poco se hizo y dos años más tarde, es decir en el 2008, un organismo internacional, en este caso la Organización de Naciones Unidas ONU, declaró al municipio de Cochoapa el Grande como el más pobre, no sólo de México, sino de América Latina. En aquel entonces el gobierno federal invirtió en la construcción de una carretera que redujo considerablemente el tiempo entre Tlapa y Cochoapa, obra que duró más de seis años en concluirse, se hicieron algunas mejoras en la cabecera municipal y paremos de contar. Ahora resulta que nuevamente Guerrero sigue teniendo un municipio que concentra el mayor número de pobres en el país, y no es precisamente Cochoapa el Grande, éste pasó a segundo lugar, ahora quien ostenta este nada honroso primer lugar, es el municipio de Acapulco. Sí, Acapulco, precisamente donde se encuentra el puerto, que en su momento fue uno de los más famosos del mundo por la cantidad de turistas que lo visitaban y que hoy en día, sigue siendo un destino turístico de más afluencia, a pesar de tener fama de ser el más violento e inseguro del país.
Según el Consejo Nacional de Evaluación CONEVAL, en su informe de Medición de pobreza en los municipios de México, del 15 de diciembre de 2021, dice que en este municipio 126 mil 672 personas viven en la pobreza extrema, cifra que representa el 16.73% de la población total. Lo grave es que este récord no lo alcanza por primera vez, ya en los años 2010 y 2015 también se distinguió con ese vergonzoso primer lugar, pero en este pasado 2020 la cifra aumentó considerablemente. Quiero resaltar el contraste entre estos dos municipios, por un lado, está el Municipio de Cochoapa, ubicado en la Región de la Montaña, zona que en el Estado de Guerrero se ha caracterizado por ser un lugar con enorme rezago social, donde sus habitantes, en su totalidad son indígenas que hablan el mixteco. Donde la mayoría de las comunidades, no sólo de Cochoapa el Grande sino las de los 19 municipios que conforman la Región de la Montaña, carecen de los servicios más elementales, como agua potable, drenaje, vivienda, servicios educativos y de salud, algunas incluso de energía eléctrica, de vías de comunicación en buenas condiciones. De esta región salen cada año miles de trabajadores agrícolas en busca de empleo a los estados del norte del país. Las condiciones aisladas, y por la ubicación geográfica se puede explicar, pero de ninguna manera justificar, la situación de pobreza extrema en que vive su población debido a inacción de los gobiernos federales que no han querido poner en práctica un plan de desarrollo social en esta región.
Pero en el caso de Acapulco es otro polo totalmente opuesto. Es el municipio más importante del estado de Guerrero, por la generación de empleos y la derrama económica que realizan los visitantes tanto nacionales como internacionales; cuenta con servicios de alto nivel, como la zona hotelera, vías de comunicación rápidas y eficientes, centros de diversiones, un aeropuerto moderno e incluso aquí, se encuentran los hospitales tanto privados como públicos más grandes de la entidad. Por todo lo anterior podríamos decir entonces que es inexplicable la existencia de ciudadanos que viven en la pobreza extrema en una ciudad donde hay un desarrollo muy alto en cuanto a infraestructura social, sin embargo, existe. Esa es una de las grandes contradicciones de nuestra sociedad actual, que tiene como base un modelo económico que fomenta la concentración de la riqueza social en unas cuantas manos, creando, por consiguiente, la pobreza extrema porque el gobierno no ha sido capaz de aplicar políticas sociales encaminadas a atenuar esta desigualdad social.
Según el Coneval, una persona se encuentra en situación de pobreza cuando tiene un ingreso inferior al valor de la canasta alimentaria y presenta al menos una de las seis carencias sociales, es decir, alimentación, rezago educativo, salud, seguridad social, servicios básicos de la vivienda y calidad y espacios de la vivienda. En esas condiciones se encuentran millones de mexicanos, desgraciadamente en nuestro estado no hay un municipio que tenga un índice de desarrollo humano alto, por el contrario, la mayoría de la población vive en un grado de pobreza y pobreza extrema como es el caso de Acapulco. Cabe señalar que en esas condiciones se encuentran las principales ciudades del estado, empezando por la capital que es Chilpancingo de los Bravo, Iguala de la Independencia y Zihuatanejo.
Así se explica que, en Acapulco, la ciudad y puerto más importante del estado estén viviendo 126 mil 672 personas en pobreza extrema, familias completas que carecen de una vivienda digna, que no tienen seguro social y un empleo seguro y bien pagado, sin drenaje ni agua potable y sin calles pavimentadas. Ante esta realidad que nadie puede ocultar pero que los gobiernos pasados y presentes se empeñan en ocultar con cifras y discursos que caen en el ridículo asegurando que todo está bien. Acapulco como el resto del estado sigue empobreciéndose y los programas asistencialistas y electoreros no son la solución para combatir la pobreza, es necesario que los guerrerenses reflexionen y asimilen que se requiere algo más profundo, que es necesario eliminar el modelo económico en los hechos y no por decreto; se requiere poner en práctica lo que ha estado planteando el Movimiento Antorchista Nacional, organizarnos y educarnos todos los pobres para conquistar, de manera democrática el poder político del país y aplicar una política social más justa en la distribución de la riqueza social, ese es el gran reto que tenemos los mexicanos que aspiramos tener un país más justo y democrático.
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