Hoy quiero invitar a mis posibles lectores y en especial a todos mis compañeros antorchistas a que nos cuestionemos seriamente, sobre todo, aquellos que, seriamente y de manera desprejuiciada, se cuestionan su realidad en la calidad de vida. ¿Con los nuevos gobernantes ya cambiaron las condiciones del pueblo pobre de México? Dice la sentencia bíblica actibus eorum cognoscetis eos (por sus acciones los conoceréis), y está claro que no ha cambiado la situación de los humildes en la nación mexicana y en esta península no es la excepción. Veamos.
En Baja California Sur, como en otras entidades, hay graves contrariedades sociales que lastiman a la población y en particular a los sectores trabajadores. Al retomar algunos datos oficiales, se habla de que la pobreza extrema incrementó 163.8% en la entidad (Coneval; nota de Tribuna de la Paz ).
Las restricciones mundiales a causa de la alerta sanitaria, dejaron una devastadora ola de efectos negativos a la economía del estado, que, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Baja California Sur incrementó en un 58.1% sus índices de pobreza moderada, según indican las cifras que en el estado hay un universo de 82 mil 100 nuevas personas que entraron en esta situación, es decir que con una población aproximada de 798 mil 447 habitantes, en Baja California Sur una de cada diez personas es pobre(10.2%) y cerca de dos de cada cien vive en pobreza extrema( 1.86%)./
En el informe anual sobre la situación de la pobreza y rezago social 2022, dice que al menos 242,558 son vulnerables por carencias social, por ejemplo, 66,764 son vulnerables por ingresos, sus bajos salarios no les alcanza para adquirir la canasta básica; 140,818 sin acceso a los servicios de salud, 264,506 no cuentan con seguridad social; 92,067 no tienen vivienda o está en malas condiciones, 76,340 sin servicios básicos en sus hogares y 189,097 carecen de una alimentación suficiente y nutritiva (Coneval).
Esta es la pobreza, el gran rezago y desigualdad social históricos que carcomen, lastiman, padecen, sufren cientos de miles de sudcalifornianos todos los días, realidad que nadie puede negar u ocultar ¿Qué hacer ante este problema, resultado de históricas y malas políticas públicas, implementadas por funcionarios que anteponían sus intereses personales y nunca tomaron en cuenta las necesidades de las mayorías? Ahí está el reto que urge cambiar, pues estas malas políticas siguen acentuándose cada vez con mayor calado para las mayorías empobrecidas.
Durante décadas, en su mayoría los programas gubernamentales estuvieron sustentados en intereses de una pequeña elite que tenía el control político y económico de la entidad, mientras las mayorías las mantenían relegadas, situación que se repite en varias administraciones actuales en nuestro estado y en especial en la administración del municipio de La Paz, estos ejemplos locales son la constante que se cultiva a nivel nacional, una aguda y profunda desigualdad en la mayoría del territorio, generando una minoría empoderada y una inmensa población desposeída.
Hoy, por ejemplo, en nuestro estado, las mayorías marginadas viven en las grandes ciudades como La Paz y Los Cabos, donde cientos de comunidades y colonias, no tienen agua de calidad, transitan por calles y caminos sin pavimentar, son acechadas diariamente por la inseguridad, sus viviendas se encuentran en pésimas condiciones infrahumanas, se alimentan a medias con alimentos de mala calidad, no alcanza para más, viven sin electricidad sorteando todos los días el calor del verano, viven sin drenaje y deben de soportar los fétidos olores provocados por las altas temperaturas.
Hay decenas de centros de salud sin medicamentos ni médicos los fines de semana, el incremento de la deserción escolar es grave principalmente en la población vulnerable, las familias que reciben un mísero salario no les alcanza para nada y ahora menos por la inflación. ¿Qué acciones gubernamentales de impacto se están implementando o implementarán para ayudarlas a salir del rezago social? Nada.
Hasta ahora la moneda está en el aire, eso se percibe y se manifiesta en la poca o nula atención de los funcionarios en las oficinas gubernamentales, ahí está la Titular del INVIBCS, con su actitud franca y abierta en contra de todo lo que huela a organización social.
Otro ejemplo es lo que ocurre en La Paz, con la administración de la presidenta Milena Quiroga Romero, aparece en las encuestas como la alcaldesa sudcaliforniana mejor evaluada por la ciudadanía. Es conocido que esto es así, por que la política implementada es como si de una campaña política permanente se tratara, con recursos públicos se sigue pagando mucha propaganda, claro el ejemplo arrastra, ¿o, acaso no está haciendo lo mismo López Obrador con Claudia Sheinbaum Pardo, (las calles tapizadas de propaganda ya tendiente a elecciones 2024). Mientras la obra pública y la atención a las necesidades de la población brillan por su ausencia, y cuando la gente se presenta a solicitar atención y respuesta a sus problemas, la respuesta es que “no hay nada, no hay recursos, o lo vamos a revisar”.
Último ejemplo, aunque no son todos, el pliego petitorio que se entregó al gobierno del estado a unos meses de iniciar su gestión Víctor Manuel Castro y que sigue sin atención por parte de sus funcionarios de la administración estatal.
En los comicios de junio de 2021 se dio una alternancia de poder en nuestro estado, resultado de un hartazgo social, producto de ineficaces gobiernos anteriores, para ellos nunca fue su prioridad atender las necesidades de los sectores trabajadores, por ello a partir de la llegada de las nuevas autoridades estatales, después de muchas décadas de abandono, vino aparentemente una la idea de que todo iba a cambiar, todo iba hacer diferente con el nuevo partido de oposición.
Por eso, al enumerar los datos más arriba descritos, para argumentar, con estos datos documentados la realidad que golpea a los desprotegidos, y que no se vea que la crítica no tiene otro fin que ratificar que las necesidades no se están resolviendo y que los pobres y marginados del estado, siguen a la espera de que sean atendidos.
Los antorchistas, como siempre, apelando a la sensibilidad, capacidad y disposición de las autoridades del gobierno del estado, hemos esperado muy pacientemente, pero que esta paciencia también tiene límite. Y que tendremos que insistir, asistir en una comisiones a las puertas de las oficinas de la Secretaría General de Gobierno para pedir la intervención de su titular y puedan ser resueltas las demandas de obras y servicios diversos planteados en el pliego petitorio de hace más de un año, así como a las oficinas de la presidencia municipal de La Paz.
No pedimos privilegios, solicitamos obras, servicios y programas que sirvan a las familias más necesitadas agremiadas a nuestro movimiento. Avancemos compañeros en nuestra lucha, y sobre todo avancemos en la educación de nuestra conciencia, que los funcionarios que prometieron defender y trabajar por el pueblo, solo fue retórica, con sus hechos los estamos conociendo, y por lo tanto nos dan herramientas para determinar que, en un futuro próximo, quién tiene que tomar el poder es el pueblo educado y organizado. Manos a la obra.
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