Hace algunos días llegó a Morelos el cadáver de don Roberto Cervantes, migrante fallecido en el desierto de Estados Unidos (EE. UU.) al intentar cruzar la frontera. Don Roberto salió de su casa, hace más de tres meses, junto con otro compañero para cruzar, con el supuesto apoyo de polleros hacia Estados Unidos, pero estos, al ver que se había desfallecido por el cansancio, lo abandonaron en el desierto donde perdió la vida.
Después de una serie de trabas para que sus familiares recuperaran su cuerpo, llegó el 27 de agosto a la colonia antorchista Manuel Hernández Pasión, ubicada en el municipio de Emiliano Zapata, Morelos, de donde era originario.
Los compañeros que conocieron a Don Roberto dicen que "fue un antorchista, que siempre fue un hombre muy trabajador, lo veías en las marchas, en los mítines en las faenas y siempre trabajó activamente con la organización, pero la necesidad lo orilló a buscar trabajo en el norte del país".
Sus familiares están de luto y los antorchistas nos solidarizamos con su familia. Esta desgracia es una de tantas que ocurren a lo largo y ancho de la frontera norte; muertes, robos, fraudes, violaciones, discriminaciones, es el pan de cada día de los más de 500 mil mexicanos que cada año buscan llegar a la capital del imperialismo mundial.
La causa principal de la migración es la falta de oportunidades económicas y sociales en nuestro país, y el estado de Morelos no es la excepción. Según el Inegi, en 2020, "de Morelos salieron 13,453 personas para vivir en otro país, 76 de cada 100 se fueron a Estados Unidos de América" cifras con las que el instituto considera que Morelos tiene un grado de intensidad migratoria "Alta". (inegi.org.mx)
Está emigración tiene causas objetivas y subjetivas, evidentemente. Entre las objetivas encontramos la falta de oportunidades y condiciones de vida, responsabilidad no sólo de las grandes, medianas y pequeñas empresas sino del Estado y, por ende, del gobierno, quien debe planificar el desarrollo y crecimiento económicos. Empleos, empleos bien remunerados, infraestructura pública, vivienda digna, agua potable, drenajes, electrificación, escuelas, hospitales, son responsabilidad social del Estado y de la empresa privada.
Pero en Morelos esto es un sueño de muchos porque en la realidad no hay empleo, no hay buenos salarios y no hay obra social. Por ello, la emigración y las consecuencias de esta. En esencia lo que subyace en Morelos es el mismo fenómeno que subyace en todo el territorio nacional: la injusta distribución de la riqueza. La acumulación exagerada de unos cuantos y el descobijo de millones de hombres que hoy tienen que salir de sus colonias, de sus comunidades, de sus pueblos para buscar una vida mejor para los suyos.
Las causas subjetivas de la migración consisten en la aspiración de muchos de llegar al corazón del imperialismo para hacerse del sueño americano. Ese sueño de vivir y ganar dinero, de darle un mejor nivel de vida a su familia. De vivir incluso como viven los gringos. No se dan cuenta que la fortaleza económica del coloso del norte es fruto del saqueo y explotación del sur como lo ha evidenciado Aquiles Córdoba Morán, secretario general del Movimiento Antorchista. No se dan cuenta que la riqueza de unos países es resultado de la pobreza de otros como el caso mexicano que exporta más del 80 por ciento de su producción nacional.
La verdad es que las desgracias por la migración son dolorosas, principalmente, para aquellos que la viven en carne propia. Pero estás deben ser acompañadas de una reflexión. ¿Es posible transformar nuestras condiciones de vida, en nuestros lugares de origen sin tener que emigrar hacia otros países? ¿Aún ahora, cuando se encuentra empoderada la Cuarta Transformación quien ha negado las obras sociales y los servicios a cambio de las obras personales del presidente y en dónde se ha declarado ilegal la organización popular y su persecución continua, podremos dar la lucha por una vida mejor para nuestros hijos? ¿Tienen los morelenses la capacidad para enfrentar esta realidad adversa de nuestros tiempos?
Pienso que las condiciones materiales actuales nos están obligando a preparar las banderas de lucha e iniciar con fuerza las reivindicaciones de los pueblos. Históricamente, Morelos se ha caracterizado por ser un pueblo aguerrido en la lucha contra la opresión y contra la desigualdad.
Aquí, el “Atila del sur”, cómo le apodaban sus enemigos al gran caudillo Emiliano Zapata, demostró al pueblo de México que es posible luchar por una vida digna para los desamparados y los marginados. Demostró valentía, dignidad y respeto a quienes con sus manos producen la riqueza. Hacen falta muchos atilas en estos tiempos para luchar contra la pobreza y frenar la migración.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario