MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El voto desperdiciado

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El pasado 6 de junio, volvió a triunfar el abstencionismo en México durante la elección más grande que se haya celebrado; sin embargo, los que no acudieron a cumplir con su derecho de elegir a nuestros nuevos gobernantes, llevan tanta responsabilidad como aquellos que lo hicieron y que desperdiciaron su voto respaldando en las urnas a mujeres y hombres que contendían por un cargo de elección popular pero solo por simpatía, nunca porque hayan presentado las mejores propuestas o los mejores proyectos para el bienestar de los mexicanos o para el progreso de la patria.

De tal forma que después de la contienda, debe llegar la revaloración ciudadana para ver que nuestro sufragio fue desperdiciado al impulsar a quienes sin duda alguna continuarán hundiendo a México, al carecer de elementos que permitan poner fin a tantas calamidades como la miseria extrema, la pobreza, el hambre, la inseguridad, la falta de oportunidades para las grandes mayorías, el abandono de sectores como el campesino, los trabajadores, las constantes agresiones a las mujeres, así como la descarada persecución fiscal en contra del pueblo por parte de la llamada Unidad de Inteligencia Financiera.

Es decir, lejos de haber aprendido la lección de la equivocada forma de gobernar por parte de los promotores de la 4T y de todo ese reducto emanado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), los electores volvieron a votar por todos ellos, como brindándole la oportunidad de seguir cometiendo más equivocaciones que mantienen al país empantanado en los aspectos más importantes, donde no escapan la falta de servicios médicos para los ciudadanos, así como el desastre de nuestra economía.

Todo buen compatriota debe reflexionar sobre la Nación que desea y que eligió en la elección del 6 de junio pasado, porque está de por medio el buen futuro para nuestros hijos, ese progreso que en manos de quienes ostentan el poder político en la patria, se encuentra extraviado, que tampoco habrá de llegar mientras persista el mal gobierno implementado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus principales funcionarios. 

Ya no quedó duda alguna de que mientras persista la necesidad en los hogares de los mexicanos, el voto seguirá estando al mejor postor, eso lo saben perfectamente los partidos políticos más grandes y que cuentan con mayores recursos económicos, porque antes de la contienda electoral se dedican a distribuir dinero a manos llenas, en una descarada compra de conciencias que al final arroja triunfos para quienes una vez llegando al poder, olvidarse de los compromisos que los pudiesen atar a los electores.

Es evidente que no tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre, porque al sufragar únicamente por haber recibido a cambio de la credencial de elector diversas cantidades de dinero o demás obsequios, pone en desventaja a quienes verdaderamente participan por mejorar las condiciones de vida de la gente.

Por ello es que se debe cuestionar a la ciudadanía por elegir perfiles de candidatos a elección popular con poca preparación para que se conviertan en gobernantes, lo que puede traer consecuencias en el país y en los estados, de mayor pobreza y abandono.

Cuando llega un candidato con poca preparación a un puesto es  50 por ciento culpa de los que lo postularon y el otro 50 por ciento de  quienes lo eligieron, como puede suceder con Evelyn Salgado de Morena en Guerrero y Ricardo Gallardo del PVEM en San Luis Potosí.

Hoy, los mexicanos debemos tomar consciencia de esto, tenemos que preguntarnos qué piensan y por qué lo piensan quienes desperdician así su voto; o peor aún, lo usan para dañar sus propios intereses.

Tenemos que preguntarles, si tenemos esa oportunidad, qué esperan de una bailarina o de un descerebrado que no es capaz de hilar dos frases coherentes seguidas; ¿no les interesa el futuro de sus hijos, de su pueblo, de su país?

Todo buen ciudadano mexicano debe reflexionar sobre qué país desea, a qué clase de vida aspira y revisar quiénes son los mejores perfiles capacitados para lograr esas aspiraciones, aunque se podría decir que en esta ocasión ya es demasiado tarde, solo habrá que esperar a que se sigan cometiendo fallas por parte de esos “iluminados” que saben perfectamente que llegaron al poder bajo la compra de conciencias y que México se siga hundiendo en el fango de la desesperanza. 

Aunque no todo está perdido, ésta es la oportunidad que tenemos para reflexionar y entender que los electores mexicanos podemos hacer de nuestro voto un arma poderosa para defender nuestros intereses legítimos y no una mercancía que vendemos o alquilamos por unos cuantos pesos, a cambio de soportar a un mamarracho de tres o seis años.

Porque es sumamente necesario e importante que durante cada proceso electoral sepamos a conciencia por quién se vota y por qué se vota por el perfil de un candidato, ya que de lo contrario, de no hacerlo, nos estamos condenando a vivir como estamos ahora, donde nadie puede venir a decirnos estamos viviendo en un paraíso, donde todo es miel sobre hojuelas, donde no hay niños, mujeres y hombres falleciendo de hambre, de enfermedades curables, olvidados por quienes nos prometieron una cuarta transformación que se ha convertido en transformación de cuarta.

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