En México impera un clima de desesperación y de incertidumbre en todos los aspectos de la vida cotidiana de cada uno de sus habitantes. En el que se quiera ver: salud, educación, economía, seguridad, alimentación, pero la prioridad del presidente y la de todo su equipo está enfocada en desviar la atención y gastar toda su energía en sus ya conocidas cortinas de humo para mandar la mirada publica lejos de él, de su familia y de sus más cercanos colaboradores y así dejar atrás lo que ha representado ya un gran golpe a su popularidad, la corrupción en obvio ascenso.
Así el escándalo de su hijo José Ramón, que vive exactamente al contrario de lo que su padre ha predicado, austeridad en todos los sentidos. El sí vive en el extranjero, vivió en una mansión con alberca y cine privado, viaja en automóviles lujosos.
Recientemente el presidente, en una de sus mañaneras, volvió a lanzarse contra el INE y no importándole que le esté expresamente prohibido hablar sobre la revocación de mandato, utilizó este tema para arremeter contra el instituto. La queja ahora fue que no se instalarán el número de casilla establecidas en la constitución para la consulta de revocación de mandato, que el instituto organiza este este ejercicio a regañadientes y que así no se puede. Al presidente se le acaban los discursos y tiene que echar mano de lo que sea.
Recordemos qué el mismo López Obrador estaba de acuerdo en que se hiciera la consulta, incluso con la reducción del presupuesto, y era sabido que se tendrían deficiencias tanto en la realización como en la logística operativa. A ese hecho, el presidente se mostraba tan complacido y animoso que aceptaba todas esas deficiencias que conllevaría la falta de presupuesto.
Entonces, ahora, ¿como se explica que el presidente vuelva a arremeter en contra del instituto? Simple y sencillamente porque para el presidente el tener un enemigo a quien culpar de todos los males ha sido su salvación, la forma en que ha encontrado la salida para desviar la atención a todo lo que le ha salido mal y es que todo le ha ido saliendo mal.
Esto forma también parte de su actuar con el queda demostrado que su desprecio hacia los organismos autónomos que él considere perjudiciales para su gobierno y su popularidad los atacara con todo su poderío. Primero comienza su campaña mediática en su mañanera en contra de algún enemigo suyo diciendo a los cuatro vientos y seguro que tendrán eco sus palabras, sus opiniones que por lo general son erradas y llenas de odio, de tal o cual proceso, de su actuar, de las personas que lo componen.
El presidente siempre suelta la piedra y esconde la mano seguro de que su comitiva le va a hacer el caldo gordo y armará toda la campaña, mientras él solo se sienta a ver como la atención se aleja de su primer círculo familiar y de amigos.
Pero ¿porque no ha seguido con el tema? La respuesta es más simple de lo que se pudiera pensar. Otros temas ocupan su atención, como los nuevos casos de corrupción que han salido a la luz, por lo que nuevamente utilizará algún chivo expiatorio para desviar la atención.
Así se ha consolidado la estrategia del gobierno federal para que todos los que son de algún modo molestos para el gobierno, la popularidad del presidente, de sus cercanos y de su cuarta transformación salgan de escena y dejen de molestar, presuponiendo que, con eso, con el ataque dejen de hablar. El presidente defensor de la libertad de expresión es el que más reprime y ataca a los medios, el presidente que se dice ser el que defiende la autonomía de poderes es el que más conflictos e injerencia tiene dentro de los organismos autónomos, el que dice ser el más honesto, y el que no permite ningún tipo de delito, es al que le han explotado todas las bombas de corrupción hasta en su propia familia.
A nosotros, amables lectores solo nos quedan estar muy atentos a las acciones que se vienen en contra de estos institutos y en particular del INE, porque esta campaña, emprendida desde palacio nacional, avizora una desaparición forzada, que algún departamento de su oficina absorba las funciones de organizar, vigilar y dictar ganadores de las elecciones y con ello asegurar la perpetuación de los como dos del presidente así, a la vieja usanza del antiguo PRI.
Tengamos claro también que todos estos actores políticos que militan en Morena no es sangre nueva, limpia y sin contaminar, son parte de la clase política podrida de antaño que solo se vistió de los colores de este partido y lo peor, que todos los jóvenes que militan ahí indiscutiblemente que también corromperán sus buenos deseos, sus principios y moral para seguir junto a la 4T que ha demostrado, con los hechos, que ha resultado algo de lo peor que ha gobernado al país; y si algún escéptico me tacha de extremista y de traidor a la patria, solo podría yo responder: el tiempo, solo el tiempo dará la razón.
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