El día 27 de noviembre se realizó la tan pregonada marcha del presidente Andrés Manuel López Obrador, anunciada como la movilización del pueblo bueno y sabio, pese a que él aseguró que llegarían miles de mexicanos para darle respaldo y legitimidad, no fue así, pues no asistió mucha gente voluntariamente que aún apoye al gobierno de la 4T.
La realidad fue aún más catastrófica para Morena, pues pese a todas las artimañas que realizaron los servidores de la nación, los gobernadores morenistas y todos aquellos que simpatizan con este partido, que haciendo uso de su cargo político amenazaron a la gente obligándola a asistir o correr el riesgo ya sea de perder su trabajo o perder algún apoyo que reciban del gobierno (sabemos que estos no alcanzan, pero no dejan de ser una ayuda a la economía de las familias mexicanas) todo esto no les rindió resultado alguno, pues la gente no se dejó amedrentar y les cobro los malos resultados de su gobierno.
Después de la marcha, Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, salió a decir a los medios de comunicación, a manera de presunción, que asistieron un millón 200 mil personas que abarrotaron el zócalo capitalino, esto a puro oído es de aplaudir, la cosa mala es que al zócalo no le cabe el millón de personas, pues si hacemos la comparación con los mismos datos que dio el gobierno con el concierto de grupo firme (280 mil asistentes) y en este evento si se abarrotó el zócalo y las calles aledañas a este.
Las cuentas no salen, es imposible creer los datos dados por el gobierno, las fotos no mienten y no se ve el millón de personas, pues los espacios sobran y no se pueden ocultar.
Este fracaso estaba anunciado para un gobierno que no cumple con las promesas, que hunde al país en la delincuencia, en un incremento a los precios de la canasta básica, con apoyos raquíticos, quitando programas que ayudaban a los mexicanos por cambiarlos por apoyos más directo (según el presidente para combatir la corrupción) todos sus fracasos como gobierno y partido les cuestan y ya están pagando por ello.
López Obrador se ha encargado de polarizar a la sociedad mexicana con sus comentarios, haciendo menos a unos sectores de esta y a otros haciéndolos dependientes de su gobierno, cosa contraria a lo que salió a presumir en el cierre de su marcha, el país no es como se presume, para empeorar las cosas nuestro presidente se cierra a reconocer que no sabe gobernar y se empeña en guiar al país a su buen entender (nada conveniente para los mexicanos) pues estamos en barco que se hunde y el capitán se empeña en navegar.
Cuatro años en el gobierno, y todos estos sin resultados; el mismo pueblo mexicano que le dio el triunfo es el mismo que ahora se está dando cuenta de que eso que se le prometió en campaña no le va a llegar con este gobierno y con ningún otro mientras sus intereses no estén representados por el presidente sea del partido que sea.
El país no va a cambiar mientras el pueblo se siga dividiendo, y no forme un frente común para tomar la presidencia, necesitamos un presidente que represente al pueblo, que salga del pueblo, mientras estemos separados como país, seguiremos padeciendo de gente que se preocupe más por un equipo de béisbol, por pelear con quienes se pronuncien en contra de su mal gobierno y no trabaje para el pueblo. Seguiremos pagando si no nos hermanamos como país.
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